Luego de la gran trascendecia que Tangerine supo tener, film del año 2015 y rodado en su totalidad con un iPhone (el primer film de este tipo), Sean Baker, su director, decidió continuar un camino directo hacia el relato de historias olvidadas en sectores oscuros, al retrato de personajes riquísimos y con muchos matices pero con una realidad difícil, que tranquilamente puede trasladarse a cualquier sector del mundo, debido a la naturaleza fundamentalmente humana de sus historias.
El caso de The Florida Project es más bien similar en este espíritu pero diferente en sus personajes y problemáticas ya que se trata de una película protagonizada por niños utilizados para contar problemáticas de adultos, es decir, los niños actúan como un vehículo para contar historias que retratan marginalidad y un sueño americano que se deshace, que es imposible de mantener y que ahoga a sus personajes, los ilusiona con falsas esperanzas de cambio.
Se trata de la historia de Moone y su madre Halley que viven en una habitación alquilada en una especie de hotel en Florida, a la sombra de Disney World. Es un edificio colorido, pintoresco, violáceo, que se asemeja a un castillo pero con problemáticas que exceden a aquel mundo de fantasías inocentes.
Halley hará lo que sea por su hija, que siempre corre libre entre otros hoteles y construcciones lindantes, hace travesuras junto a sus amigos durante el verano. Seguirá sus juegos y tratará de mantenerla siempre al margen de sus dificultades económicas, de su falta de trabajo y de sus problemáticas relaciones humanas. Sorteando aquellos problemas con ingenio por cierto tiempo, hasta que la burbuja se rompe y el sueño se transforma en pesadilla.
En esta historia también está Bobby, el administrador y gerente del edificio, protagonizado por Willem Dafoe (su actuación en este film le valió una nominación a los Oscar) y que actúa como una especie de voz de la conciencia de Halley, siempre mediando entre ella y sus problemas, siempre intentando ser paciente ante las travesuras de su hija y sus amigos y esforzándose por entender todas las situaciones que se presentan en su edificio.
La cámara en mano nos mete dentro de la ternura y el color de sus personajes, su inocencia y despreocupación.
Que los títulos iniciales de The Florida Project comiencen con la canción “Celebration” de Kool & The Gang, no es casualidad ya que junto con los colores pasteles, el verano, Disney y la picardía de los niños, esta historia humana difícil y dramática se hace un poco más digerible. Pero una vez que la inocencia se termina, comienzan a desintegrarse los sueños.