A fines de mayo, Netflix entregó una fuerte producción propia: Ya no estoy aquí. El film es una coproducción entre México y EE.UU. y bucea en la cultura “kolombiana” dentro de México. Esta contracultura nació en Monterrey, donde fue rodado el film, entre las clases bajas y tuvo su auge en los años 2000. Ya no estoy aquí retrata a un grupo de jóvenes portadores de esta subcultura y su interacción, desde ese lugar, con la sociedad.
La película está dirigida por Luis Fernando Frías de la Parra y ha recibido tantos halagos como detracciones. Desde la población de Monterrey se produjeron críticas sobre cómo se mostraba la ciudad al mundo, aunque lo cierto es que el film es de corte realista y hasta por momentos con dejos documentales.
Ulises es el protagonista de esta historia y lleva lo kolombiano como bandera. Su vestimenta, bien característica, mixtura rasgos cholos con elementos urbanos; su pelo es excéntrico y perfectamente preparado, siendo el estilo característico de los kolombianos. Este personaje tiene tanto de la pertenencia a lo kolombiano como tanto de adolescente, etapa en la que aferrarse a una identidad se vuelve imperioso. Ulises muestra sus dotes como bailarín de cumbia kolombiana en toda ocasión que puede. Se niega a hablar inglés y no sale de su casa si no está perfectamente lookeado.
En algunos puntos como la película colombiana Monos, Ya no estoy aquí pinta el momento histórico de una región desde la desfachatez adolescente y mostrando cómo la coyuntura cruza lo identitario. Ulises tiene diálogos de resistencia con angloparlantes: no solo que no se esfuerza por hacerse entender, sino que su castellano también está signado por la cultura kolombiana y casi incomprensible en varios momentos.
La película también bucea en el panorama social de Monterrey, apuntando hacia lo discriminatorio y segregatorio. La violencia policial, la violencia racial y la desconexión de culturas que conviven a la fuerza y a punto de explotar.
Ya no estoy aquí se vuelve valiosa en cuanto a visibilización se refiere. Al haber sido estrenada en Netflix y convertirse en uno de los contenidos más vistos, el film asegura la puesta en visibilidad de esta cultura, la hace existir para miles de espectadores que desconocían de su existencia.
La película se vuelve una exposición de los rasgos de lo kolmbiano, representados principalmente a través del personaje de Ulises, pero lo hace de manera sutil aunque algo repetitiva.