¿Qué características tienen los relatos de aprendizaje o, como lo conocemos hoy en día, el género de coming of age? La motivación personal, el autoconocimiento, la búsqueda de sabiduría, la formación del carácter en el pasaje tanto de la infancia a la preadolescencia como de la adolescencia a la adultez.
No es un invento contemporáneo. En cierto modo, todos estos condimentos ya habían aparecido en el romanticismo alemán entre finales del Siglo XVIII y principios del XIX. El bildungsroman, ese estilo de novela de formación a la que dio forma Goethe, sería el antecedente directo del coming of age. Tanto en la literatura, el cine o la historieta, este género que pone el foco en la exploración interior y el proceso de aprendizaje afectivo, dio ineludibles obras maestras. Acá te proponemos tres novelas gráficas que son exponentes de ese género.
Aquel verano, de Jillian Tamaki y Mariko Tamaki
Ediciones La Cúpula
Rose viaja con sus padres todos los veranos a Awago Beach, un pequeño pueblo donde también pasa la temporada estival su amiga Windy. Los días fulgurantes del del verano, las horas interminables en la playa, el visionado de películas de terror para acompasar el tedio de la noche. El guion y la astucia gráfica de este dueto de artistas canadienses nos transportan a ese clima excepcional y lírico de las vacaciones en la preadolescencia. El amor idealizado (e incómodo) no tarda en llegar cuando aparece un adolescente que trabaja en el videoclub del lugar; unos años mayor que las niñas protagonistas.
De allí en adelante se disparan progresivamente motivos como el embarazo adolescente, inquietudes sobre la sexualidad, sin renunciar a poner el acento en la experiencia de la niñez. Paralelamente, de manera sugerida, se van develando pequeños “asuntos” familiares que explican el comportamiento de incertidumbre y malestar de Rose. Además de la extrema habilidad para dibujar la naturaleza, las personas y la arquitectura, una de las virtudes es su ritmo narrativo reposado. Las autoras se toman el tiempo necesario para dosificar la información en sus casi 300 páginas.
The End of the F***ing World, de Charles Forsman
La bola editora
Esta historia que dio origen a la serie televisiva producida por Netflix, fue publicada originalmente en formato de comics breves autoeditados (Oily Comics) y se puede leer en español en un tomo recopilatorio desde 2018. James y Alyssa son dos adolescentes sin rumbo, hastiados y rabiosos que tienen una intensa conexión a partir de sus frustraciones. Como si fueran la pareja protagónica de Asesinos por naturaleza, o Thelma y Louise pero en versión trash, los chicos emprenden un viaje en auto por Estados Unidos que supone riesgo, ferocidad y una crueldad extrema que, intuimos, es producto de la sensación de incomprensión.
Capítulo tras capítulo, la narración va alternando el punto de vista de cada protagonista, evitando la comprensión unidimensional de los hechos. Progresivamente va sacando a la luz los traumas de James y Alyssa, pero sin ningún sentimentalismo: de manera seca y desafectada. El coming of age se mixtura con una road movie de alto impacto.
Shloishim, de Brian Janchez
Ediciones Noviembre
La historieta argentina tiene grandes exponentes del coming of age. Shloishim es el nombre de una ceremonia judía relacionada con el proceso de duelo ante la pérdida de un ser querido, y el eje por el cual Brian Janchez nos cuenta cómo aprendió a tocar el piano, sus comienzos en la creación de historietas, su manera de relacionarse con su familia. Pero también nos relata su educación cinéfila portátil, tal vez la dimensión más lírica del libro, donde el autor describe esas imágenes que se marcaron a fuego en la memoria, esa especie de aprendizaje del mundo a 24 cuadros por segundo.
Shloishim fue la primera novela gráfica que publicó el dibujante y guionista en la que expande el formato diario íntimo: parece confesar el esfuerzo que implica hacerle una gambeta al mandato paterno y ser feliz mientras se está saliendo de una cruda adolescencia. Un recorrido melancólico al universo de la infancia.