Al leer el título y ver la portada de la obra se nos vienen a la mente miles de historias que podríamos encontrar al entrar en este libro de Andrés Alberto. Queriendo alargar un poco el suspenso recurrimos a la contratapa en búsqueda de una pista que nos permita resolver el enigma, pero solo nos encontramos con la trampa de que no existe una sinopsis, tan solo el remate de la ilustración planteada en la portada.
Desahuciados buscamos nuestra última posibilidad para develar el argumento y buscamos la ayuda del invitado de ocasión que escribe el prólogo pero el muy amigo del autor prefiere seguir con este plan maestro y nos deja un breve texto igual de enigmático que la presentación del libro y a su vez asertivo con lo que estamos a punto de leer. Agotadas las alternativas, damos vuelta la página: entramos a la obra de Alberto.
Lo que nos espera es una selección perfecta y correcta del autor que nos da una visión humorística del mundo en todos sus aspectos: cultura, tecnológico, comercial, religioso y un largo etcétera, sin escatimar ningún aspecto del mundo en que vivimos. Ni siquiera el mismo tiempo es un límite y nos propone tiras sobre el pasado, presente y futuro. Y esto se convierte en un gran acierto de la obra, la no existencia de límites para abordar, no se propone ningún tópico para no tocar si el chiste es bueno, manteniendo a su vez una temática general para centrar la obra en esta visión generalizada del mundo.
Las tiras están tan bien ejecutadas, como la selección que aborda el autor. Siempre respetando la clásica fórmula de una tira de humor con su remate al final, cada una nos hará reír agarrándonos desprevenidos aunque en los primeros cuadros ya nos esté dando pistas de lo que nos espera en el final. Andrés Alberto demuestra su habilidad al controlar los tiempos del remate como lo necesita su planteo.
Adiós Mundo Cruel es una obra correcta con grandes chistes que nos dejará la risa por varios días, riéndonos a veces de nosotros mismo al vernos reflejados en sus personajes. La edición acompaña muy bien a la calidad de la obra, lo notamos en el formato elegido (que a pesar de las cantidades de tira por página no se pierde su legibilidad en ningún momento) y en la decisión de “cortar” con las tiras con una ilustración o una tira única por pagina.
Estamos ante un libro de humor que sintetiza a este mundo (cruel) en que vivimos y del que tenemos que despedirnos, sin saber quién es el que se está yendo.
Adiós mundo cruel
Andrés Alberto
Galería Editorial