Banzai, el último libro de Jules Inés Mamone (alias Femimutancia), inaugura la colección “Criaturas gráficas” del flamante sello editorial Feminismo gráfico. Esta novela gráfica de 92 páginas a color -la tercera de Jules, que ya incursionó en este formato anteriormente con Alienígena y Piedra bruja– sigue a Be, un personaje no binarix que en sus recorridos habituales por la ciudad se cruza con miradas inquisidoras que intentan arrancar respuestas y palabras ciegas que asumen sin preguntar. “Quieren saber qué soy”, reflexiona Be en uno de sus viajes en subte. “A veces quisiera contarles que no soy ni un chico ni una chica. O que soy las dos cosas. Pero todo eso me llevaría a una conversación larga y sin sentido. Entonces prefiero el silencio”. Por eso Be, que en la calle se pierde entre la muchedumbre, encuentra en la experiencia del anonimato un lugar en el que guarescerse, una suerte de refugio.
De naturaleza híbrida, Banzai presenta un universo en el que los límites entre lo cotidiano y lo fantástico son más que difusos. Femimutancia narra diferentes situaciones del día a día de lx protagonista en el que pueden aparecer personas, personajes imaginarios o perros parlantes. Cada secuencia se siente tan inesperada como natural; allí reside el encanto particular de la novela. Por eso no resulta extraño que los encuentros que Be tiene con su pareja, con su terapeuta o con su hermana se intercalen con sueños de paisajes psicodélicos o conversaciones profundas con animales mutantes que viven cautivos en museos. En cada intercambio se destapan algunas partes de la historia de Be, que intenta sanar las heridas del pasado y lidiar con las incomodidades del presente.
El registro gráfico de líneas urgentes y colores vibrantes tan característico de lx autorx es uno de los rasgos de Banzai que tal vez más llamen atención en una primera leída. Pero lo más interesante es lo intimista y sensible del relato, que además de presentar un trabajo destacable tanto en los diálogos como en el desarrollo narrativo, aborda con sutileza temas de gran relevancia en el presente como la identidad de género y la salud mental.
En las últimas páginas del libro, cuando Be está sentadx en un micro a punto de partir, Jules cita una canción de la artista Gata Cattana que reza: “Yo me destruyo en cada obra de estas (…) El nuevo milenio me ha pillado en medio gritando ¡Banzai!”. La palabra Banzai, de origen japonés, refiere a un grito que indica una muerte en ataque ante la posibilidad de perder una batalla o rendirse ante el enemigo. Tal vez en Banzai es el grito que anticipa la muerte simbólica, tan dolorosa como necesaria, de una identidad impuesta. Rebelarse y estallar. Habitar la incomodidad como un modo de liberarse de la exigencia moral de encajar. Encontrarse en la diferencia, trazar nuevos caminos, nuevos paisajes.