Al pasear por la obra de Gustavo Sala es inevitable escuchar su voz cómplice en nuestra cabeza. Tan inevitable como permanecer indiferente frente al humor negro y escatológico desplegado en libros como Bife angosto, ¡Viva la caca!, Tumor gráfico, Desgracias totales, Ordinario, Lo que no importa está acá, El baño violeta (España), Enfermito (Chile) y Casi uruguayo (Uruguay), entre otros.
El acuerdo entre el humorista y sus lectores está instalado hace rato. Ya no hacen falta presentaciones y eso se palpa en cada una de las 128 páginas de Buenos Aires en pelotas: La guía definitiva para pasarla mal en la París de Sudamérica. Un libro que escribió e ilustró durante los últimos cuatro años, pero que de movida nada tiene que ver con la pandemia.
Se trata de un paseo guiado por los íconos de la capital argentina donde el foco se irá corriendo una y otra vez en modo pendular desde el brillo y la gloria de su cultura hacia las miserias propias de su idiosincrasia. Dirigido a toda persona que haya nacido en el país y conozca la ciudad, así como a quienes estén de visita y quieran aventurarse a entrar en el código y dejarse llevar por la atracción contradictoria de la urbe porteña y sus notables transeúntes.
Una especie de Guernica criollo plagado de “calles intransitables llenas de basura y gente iracunda, taxistas fachos y colectiveros desatados”; un universo en el que nada es del todo malo y nada es del todo bueno, sino que son opuestos que se complementan en pos de amalgamar una identidad.
La tesis que propone este humorista gráfico y conductor de radio nacido en Mar del Plata es la siguiente: porteños y porteñas necesitamos pasarla mal entre la mugre, el ruido y el alto costo de vida para poder quejarnos con conocimiento de causa. Así es la mecánica con la que nos vinculamos entre propios y ajenos y también con la que articulamos y disfrutamos del humor.
Sala no deja tema por tocar: la configuración del porteño tipo, los distintos barrios, la gente cariñosa, los modismos verbales, la discusión en la calle y en los bares, la venta ambulante, la fauna urbana, el transporte público y sus vicisitudes, las puteadas cotidianas, la gastronomía, las aspiraciones de la clase media y su evolución con el paso del tiempo, el tango, el lunfardo, el fútbol y, por supuesto, la política.
Esta nueva obra de Gustavo Sala lanzada por Editorial Sudamericana es un retrato cínico, crudo y muy divertido sobre la sociedad argentina y su lugar en el mundo. Una buena oportunidad para sincerarse, reírse de uno mismo y ejercitar la interpretación del -cada vez menos frecuente- terreno de lo políticamente incorrecto.