Fue durante la cuarentena, que Paula Sosa Holt experimentó -haciendo retratos de artistas- la línea con pincel y tinta china con tonalidades grises acuareladas; técnica que caracteriza a Campamento negación. En sus cuarenta páginas, logra una hermosa composición en la que palabra e imagen se potencian y se complementan. “Me gusta el juego que se genera al comenzar a relatar en simultáneo dos historias que poco a poco van confluyendo en la misma”, explica la autora.
Campamento negación escapa de la literalidad al estar construida a partir de poemas y dibujos que coexisten en cada página y que el lector puede unir a su gusto. Es un viaje a lo más profundo, en el bosque, en las emociones que nos atan a lo luminoso o a la misma oscuridad de la que a veces es tan difícil salir. La poesía funciona como un espacio de reflexión para hablar de esas temáticas que nos invitan a ahondar en nuestra lectura. Este juego entre texto e imagen surge de su predilección por los libros-álbum, en los que se genera una dinámica similar: “Lo que pasa en los poemas no es exactamente lo mismo que pasa en las páginas de la historieta, pero siempre guardan una relación. Creo que la poesía amplía sensaciones y sentimientos, crea una atmósfera, da contexto y conecta un poco más lo que sucede en el mundo de fantasía de las páginas de historietas con algo más terrenal, más cotidiano, como lo que se relata en los poemas”, afirma Sosa Holt.
Cada poema puede ser una metáfora de algo, depende de cómo el lector lo perciba en cada lectura. Así, el texto y la imagen se suelen contradecir para dibujar esas partes de nosotros que están dentro y que salen siempre a la luz para decirnos algo. “A veces uno se enamora de estar mal y quizá llegar al fondo es la manera de salir”, comenta Sosa Holt.
Perderse en un bosque, negar que algo se termina, adentrarse en el placer, el hedonismo, el dolor, escapar, son tópicos que se repiten en el libro y que nos dan un panorama completo de eso que pasa cuando acampamos en la negación y que se percibe en la composición de la portada misma del libro. Y aunque el libro se presta para una interpretación abierta a cada mirada, la figuración de cada tiene una representación simbólica, que la ilustradora describe en la entrevista con Espacio Paradojas, que pueden ver en su canal de IGTV:
Finalmente, vale la pena resaltar los referentes que hacen parte de este proyecto para el que se hizo un fanzine que acompañó el lanzamiento del libro, entre los que están Kitty Crowther, Maurice Sendak, Cronenberg, Jim Henson, series como Los Simpson, Steven Universe, Primal, Over The Garden Wall y en poesía Antolín, Rosario Bléfari, Alejandra Pizarnik, Idea Vilariño y José Sbarra.