Hace un buen par de años, nació en Rosario una revista de antología que a fuerza de excelentes tapas y autores frescos (algunos pocos conocidos en el formato papel local) se hizo un lugar en las bibliotecas argentinas, ofreciendo historias autoconclusivas y miniseries. Se llamaba Terminus, y en octubre del 2016 llegaba a su número 12 dando por finalizado su ciclo como revista para evolucionar un sello editorial, Términus Libros, saliendo al mercado con un personaje conocido de la revista: Rip Val Hellsing de Barreiro, Ferua y Santana. Ampliando la oferta de la editorial, sale El Borde de Bruno Chiroleu.
Si tuvimos la suerte de leer a este autor dentro de las páginas de la extinta revista, ya podemos darnos una idea de que lo que podemos encontrar, más allá de lo que se va a contar, y es el acompañamiento de un tono reflexivo o bien filosófico. Una elección del autor que le da su propio estilo a sus historias y que quedan muy bien; no tenemos diálogos muy extensos con una abundancia de reflexión, que podrían atentar contra la narración, haciendo al lector olvidar lo que estaba pasando. Elige muy bien los momentos para hacerlo y en las dosis justas, lo que aporta mucho ritmo en la lectura.
En esta oportunidad, se nos presenta un hotel en una frontera indefinida como punto de reunión para varios personajes con distintas historias y caminos recorridos. Una vez que ya ingresaron todos los huéspedes, conoceremos más sobre ellos y veremos que el hotel es administrado por dos hombres tan peculiares como sus huéspedes. Con el pasar de las horas, sus historias comenzarán a unirse y cerrarse hasta chocarse entre sí. Es en este punto donde el guion se desinfla, si bien las historias de los protagonistas no son del todo novedosas e interesantes, sí lo hacen la forma en que el autor las presenta utilizando muy bien el tiempo y mezclando formas de narración (oníricas, una voz en off, recuerdos). Esta mezcla aporta mucho para dar misterio a la historia y frescura a la narración porque ninguna historia se presenta igual. Pero es sobre el desenlace cuando esto se pierde, se cambia a una narración más lineal, con situaciones que no se terminan de comprender para lo que veníamos leyendo y que terminan por sentirse forzadas para llegar a un final que no deje nada suelto y que las historias se puedan relacionar.
El trabajo en el dibujo es más que correcto con un gran armado de secuencias, nos da la sensación de que todo el libro hubiese sido pensado desde el primer cuadro al último para que todos pudieran estar relacionados y armar una sola gran secuencia, es lo que nos lleva a no soltarnos del libro y recorrer rápidamente cuadro a cuadro, con una excelente elección y ejecución de planos y secuencias. El resto del dibujo cumple en todo momento pero no sorprende, si apelamos al recuerdo (o a la biblioteca) encontraremos dentro de las páginas de la revista Terminus trabajos más logrados que en esta oportunidad, aunque hay un cambio notorio de estilos, donde la presencia de negros es escasa.
El Borde es un libro entretenido con secuencias y situaciones atrapantes pero que no termina por cumplir con las expectativas generadas y nos entrega un final forzado para cerrar todo en un mismo clímax.
El Borde
Bruno Chiroleu
Ed. Terminus Libros