Múltiples personalidades, paranoia, pobreza, nostalgia de la infancia y referencias a la cultura popular de los ‘80. Todo esto y mucho más forma parte de No soy Hordak, uno de los últimos libros del prolífico Pedro Mancini, que recopila las desventuras de uno de los muchos alter ego del autor.
No soy Hordak plantea un diálogo evidente con Alien triste, tira de humor gráfico que fue publicada en paralelo. Las coincidencias son evidentes: en ambos casos, la autobiografía (referente a la niñez, a la música, al mundo de las historietas) se ficcionaliza a través del uso de un personaje monstruoso (en este caso, el villano del mundo de Masters of the universe; en aquel, un alien alargado con extrañas manchas en su cabeza). En las dos obras, el humor ácido de Mancini se extrema y abundan las exageraciones sobre sus condiciones materiales y mentales de vida. Si existe una configuración de la figura de su autor que se extiende a sus apariciones virtuales en las redes sociales, podríamos decir que comienza a desplegarse en estas dos publicaciones. Aquí aparece una de las figuras clave en la trayectoria de Mancini: la del perdedor al que no le va tan mal, el loser que despierta ternura.
Más allá de algunas diferencias formales (si en Alien triste el humor aparece en forma de tiras, No soy Hordak está conformado por pequeños capítulos autoconclusivos con páginas de pocos cuadros que generan una continuidad en el lector), las dos obras logran que el lector se adentre en la ficticia vida del creador de historietas. Ni la niñez ni el presente de Hordak-Alien deben ser tomados muy en serio: la maldad, la timidez, la pobreza e incluso la ternura se presentan como máscaras intercambiables. Mancini es, acaso, un poco de todas ellas y, al mismo tiempo ninguna.
No soy Hordak
2017 – LocoRabia
Novela gráfica. 116 páginas.
Guion y dibujo: Pedro Mancini.