Con el cuerpo como instrumento, An Espil se mueve con soltura entre una cantidad de proyectos que no solo implican versatilidad musical, sino también la entrega necesaria para pasar de lo individual a lo colectivo. “Vengo diciendo que son distintos personajes —cuenta la artista argentina en conversación con Indie Hoy—. Al fin y al cabo, es metafísicamente imposible que sea de otra forma. No soy siempre la misma. Creo que se me habilitan distintas cosas en cada lugar”.
Desde un primer momento, Espil supo subirse a un escenario sin necesidad de nada más. “Al principio no tenía nada grabado y tocaba igual —recuerda—. Cuando empecé a grabar cosas, me empecé a sentir acompañada. No hay nada más lindo que te digan: por favor, tocá esa canción. Se hace muy lindo cuando no estás mostrando algo nuevo, sino que estás dando lo que el otro quiere escuchar”.
Esa construcción múltiple también aparece en sus álbumes. Jessica Alegría (2021) y Laura Polines (2025). En colaboración con el productor Iván C. Bakmas, ambos toman como eje conceptual a dos personajes de Los Simpson; no las protagonistas ni las más canónicas, sino dos chicas que orbitan la periferia simpsoniana y también social en su forma de romper con las estructuras. “Soy parte de ese grupo de gente molesta que vive tirando frases de Los Simpson —confiesa Espil—. Me parece que estos dos personajes, Jessica y Laura, son como unas locas en comparación con lo cuadrados que son todos los personajes que aparecen”.
Las canciones de Laura Polines surgieron a partir de un nuevo punto de partida: Bakmas le compartió a An una carpeta de beats y ella eligió sobre cuáles escribir. Sugerente, original y entusiasta son los tres rasgos que Espil destaca del trabajo del productor. “Imagino que debe ser muy difícil entregarle tu música a alguien y aceptar lo que le hagan encima. Para aceptarlo, te tiene que gustar en serio. Y lo logramos bastante bien”, dice sobre su vínculo creativo. El resultado oscila entre el hip hop, el rock y el R&B, todos estos sonidos no exentos de su cuota de oscuridad, y letras que transitan sin titubear tanto el humor como la vulnerabilidad.
“Es impohsible” es un claro ejemplo de la soltura para habitar estos extremos. Allí, Espil repite frases negativas hasta que se vuelven una espiral de terror. “Pensé en algo repetitivo y de frases negativas, como emular un pseudo ataque de pánico —cuenta—. Es muy jodido de cantar en vivo, te agota al intentar, pero está buenísimo porque es precisamente a lo que quiero llegar: al entrar en pánico. Termina siendo imposible de cantar, como su título dice”.
Desde hace años que An forma parte de Nafta, grupo con el que vivió hitos como tocar en el festival Cosquín Rock o llenar el Movistar Arena. De allí surgió también el trabajo a dúo con Abril Olivera, con el que lanzaron un disco que les permitía explorar abordajes más íntimos y experimentales. De forma recurrente, une fuerzas con el trío 442, integrado por Bakmas en guitarra, Fer Moreno en batería y Tomás Caso en bajo.
“Los instrumentistas se fundan en conjunto —puntualiza sobre estas experiencias—. Generalmente el solista se aísla, se mete en sí mismo, y tiene la costumbre de tomar todas las decisiones. Por ser cantante, creo que tiendo más a lo solitario. Pero, a la vez, en el grupo encuentro el alivio de que no sea todo mi responsabilidad”.
Respecto a las experiencias recientes con la banda en estadios y festivales, la cantante oriunda de Pilar comenta: “Es muy emotivo, pero me cuesta romantizarlo. Le huyo a esa emocionalidad que me puede sacar de eje en el momento de cantar, precisamente porque yo me puedo emocionar facilísimo. En esos momentos trato de ser una niña: olvidarme del pasado y del futuro, y estar ahí, presente”. En su faceta solista, en cambio, Espil abre el juego con más ligereza: “Eso cambia con mi proyecto: me chupa un huevo. Pero con Nafta creo que todos estamos con esto: un grupo se necesita”.
Revisitando el soundtrack de su infancia y la calidez del karaoke, Espil se aventuró junto al pianista Cirilo Fernández a reinterpretar solo con piano y voz los primeros discos de Coldplay, y ahora algunos discos de Radiohead, en una serie de shows en Bebop Club. “Me encanta sacarle todo a las canciones y dejarlas peladas —cuenta sobre estas experiencias—. Las canciones de Radiohead tienen tanto bardo, tanta producción intensa, que se marca mucho ese contraste. Y sin embargo, la canción está ahí. Existe. Esa canción que yo desnudo, existe, está escondida adentro del producto”. Durante junio se dedicará a la interpretación de Kid A (2000), mientras que en agosto llega el turno de In Rainbows (2007).
An tendrá la oportunidad de presentar Laura Polines este viernes 13 de junio en el Teatro Margarita Xirgu en junto a 442. Según adelanta Espil, el sonido se vuelve más crudo y visceral en este formato en vivo, pasando del soul al punk y rock.
Escucha a An Espil en plataformas (Spotify, Tidal, Apple Music).