Babeblade es el nombre con el que Milagros Ugarte decidió bautizar a su alter ego, bajo el cual lanzó su primer disco de estudio en 2022: Llorar en un baño público. El álbum debut de la actriz y cantante fueguina se configura como una obra confesional y contundente, que no cabe bajo ninguna etiqueta, pero que en su búsqueda hay un sentido estético y sonoro pulido y bien marcado.
Según explica la joven artista, su proyecto surgió más como una necesidad de poder explayar lo que sentía a través de la música como canal, que el simple deseo de subirse a un escenario y tocar un instrumento. Esa urgencia apareció luego de vivir un tiempo en la India y se manifestó de forma espontánea después de años componiendo y buscando una voz e identidad propia.
Es por ese mismo motivo que Ugarte se propuso como objetivo materializar la música que necesitaba oír, y no había forma más sincera de hacerlo que contando su propio derrotero, plasmando sus emociones y desahogos en canciones. De esta forma, sus letras parten de una profunda confianza y respeto en el poder del inconsciente como motor, la sinceridad y la sencillez en la palabra como bandera.
Con bandas y artistas como The 1975, 070 Shake, The Japanese House y Drake de influencias, Babeblade pasó dos años en el estudio junto a su productor y compañero Guacho Bleu en la pesquisa de dar en la clave con un sonido que fuera coherente con lo que quería expresar. El secreto fue no delimitarse, por eso incorporaron elementos de géneros como el hyperpop, el shoegaze y el UK garage de forma sutil, utilizando samples y un bitcrusher.
Llorar en un baño público es un universo irisado pero con una cuota de oscuridad, un tándem de emociones cándidas que fluyen a través de un pop dentellado y sensible. Es también un bálsamo para todos aquellos que se sientan interpelados con su mensaje: no hay mejor forma de vivir que inundado de sentimientos.
Escuchá Llorar en un baño público a continuación o en plataformas de streaming (Spotify, Apple Music, Tidal):