En inglés, el término “flamboyant” era comúnmente utilizado para referirse a la grandeza y ostentación de la arquitectura gótica, aunque hace poco tiempo se transformó en una palabra para denostar a un gay afeminado que no se adapta a las normas heteronormativas. Lx artistx norteamericanx Dorian Electra tomó ese término como propio y lo alzó como una bandera, valiéndose de ambas raíces y fundiéndolas para articular su trabajo debut.
Teniendo como ídolos confesos a David Bowie y Bono, comenzó a hacer música interpretando frente a su familia covers de uno e imitando el estilo del otro, añadiéndole un bigote delineado porque según sus propias palabras es el símbolo primigenio de un hombre, o de lo que un hombre debería ser. Sin embargo, Electra erige esta idea para luego tumbar a patadas con sus sonidos y su estética.
Su carrera comenzó alrededor de 2010 con varios singles desparramados, primero educativos/universitarios como por ejemplo “I’m in love with Friedrich Hayek”, una oda dedicada a un filósofo austríaco, para adentrarse seis años más tarde en terrenos pop y con mayores niveles de producción. De esta última etapa pueden nombrarse algunos como “Clitopia”, “Vibrator” y uno que específicamente allanaría el terreno para todo lo que vendría después: “Mind Body Problem”. Esta disociación entre lo que se siente y lo que se es, forjó la propia identidad de Dorian, quien se refiere a sí mismx como algo diferente a una mujer vestida de hombre, algo mucho más complejo que eso.
Sin embargo, Electra dio el gran salto y se hizo conocidx por colaborar junto a Mykki Blanco en “Femmebot”, robótico y futurista track del mixtape Pop 2 de Charli XCX, algo que marcaría su sonido futuro. En 2018 se escurrieron dentro del abarrotado mundo del pop “Man to Man” y “Career Boy” en forma de singles, para finalmente debutar el año pasado con Flamboyant. Este primer trabajo (que reeditó en formato deluxe este año con más tracks) es ecléctico y cuestiona la masculinidad, el género y los roles, así como también experimenta con el pop y sus límites hasta volverlo extravagante. Electra le da forma caricaturesca a un personaje distinto en cada canción (todas co-escritas junto a los productores del disco), desde un adicto al trabajo, un sugar daddy, pasando por un hombre que pide que lo castren para acabar con su toxicidad hasta una reescritura de la historia bíblica. Esto logra derrumbar estereotipos actuales y además contar en primera persona lo que las personas trans experimentan todos los días.
En lo particular, Flamboyant juega con los sonidos y las estructuras pop más convencionales en sus primeras canciones, retorciéndolos y sobrecargándolas luego para redefinirlos conforme el disco avanza, siempre valiéndose del vocoder para articular una voz andrógina. Acompañando a su estética barroquizada, los sonidos que Dorian utiliza pueden parecer demasiado saturados, pero evidentemente el futuro del pop está situado entre capas de sintetizadores y voces moduladas, posicionándose en lo humano antes que en el género, y una vez más demostrando ser una herramienta para la liberación.