Víctor García nació en Alcalá de Henares, a 37 kilómetros del centro de Madrid, y compuso sus primeras canciones a los 12 años. Al poco tiempo ya estaba agitando a sus amigos para formar bandas, y pronto se acercó al mundo de las rimas rápidas cuando conoció lo que eran las batallas de freestyle. Love Yi, su nombre artístico, refleja dos costados su personalidad: Love por su costado más romántico, sentimental y emocional; Yi por su lado más “cabroncete”, de barrio (originalmente era una G que provenía de su apellido). Con 15 años grabó su primer videoclip y a los 17 trabajó en almacenes y de camarero, pero él quería dedicarse a la música. Mentalizó este objetivo y con el pasar de los años su público creció.
Hubo un momento clave que permitió que el resto entendiera su visión. Se trató de un concierto al aire libre que se llevó a cabo en el 2019 en Alcalá donde asistieron cerca de 4.000 personas. “Mentalmente necesitaba eso, que todos lo vieran para apostarlo en grande”, cuenta García. “No he visto a nadie, a ningún artista tan pequeño y tan emergente como yo, hacer eso. No tengo millones, no tengo una cifra en Instagram que alucinas, en YouTube tampoco. Entonces a mí me sirvió para darme cuenta que mi movida es real, que mi público es real”.
Su 2020 comenzó con la salida de su primer álbum, Fortuna, trabajo que cuenta con colaboraciones de Recycled J en el hit “De ti me olvido”, Aleesha en la romántica “Por qué será”, y el icónico Israel B en el reggaetón “Feos”. “Para mí Israel B es una referencia máxima del rap en español, yo lo escuchaba cuando estaba en Corredores del Bloque, cuando ni Pxxr Gvng existía, cuando nada de esto existía”, recuerda García. “El es como un padre”.
Otro artista con el que colaboró este año fue el chileno Gianluca, juntos sacaron la canción “No me canso”. “El es el artista que más se asemeja a mí, incluso el hecho de teñirnos el pelo. Vino a España, fui a su presentación de su disco, nos conocimos, comimos, charlamos. Conectamos muy bien y la vibra que hubo en el estudio cuando grabamos el estribillo fue super guay”.
Fortuna era la oportunidad de Love Yi para presentarse en cada boliche y escenario de España, aunque el virus y la pandemia tuvieron otros planes. Pero García no frenó, y en junio sacó dos canciones en anticipo de su próximo álbum, Espíritu. La primera canción fue “Chino”, producida por Royce Rolo. Esta canción da una primera pista del nuevo camino de Love Yi. “Fortuna no era el disco, era para que calentaran. Se lo di a la gente como un súper disco porque es como lo he tratado, es como lo he hecho. Pero pasé de darle ese valor tan grande a no darle valor, destruirlo. Vengo con un proyecto más duro y con música más dura porque estamos creciendo, evolucionando y yo quiero que la gente vea eso de mí, que venimos con un proyecto más duro que Fortuna”.
El segundo single fue “Con los míos”, en colaboración con Delarue y Naes Beats, su productor estrella. Esta es un canción diferente a lo que es el universo de Love Yi. Con esta canción, él buscó visualizar aquello de donde él viene, lo que es, de empezar en calle, del barrio. “Es para que la gente vea que pegamos en el pop y en la calle también. Esa es mi finalidad, darle importancia y respeto a la calle. Y hacer este tema con Delarue, representa eso, el mayor respeto”.
Dentro del género, muchos latinos miran con asombro a la movida española, mientras que también sucede al revés. Tratando de entender esa visión, Love Yi lo cuenta de la siguiente manera: “Pienso que aquí en España nos falta humildad a todos. En Latinoamérica creo que existe esa ambición y lucha por conseguirlo, sin parar de trabajar. Artistas como Duki o C.R.O. no han parado desde que salieron de las batallas, no pasan ni dos meses que no sepas algo de ellos, de su música, y eso acá en España no ha pasado. Realmente no sé de quién es la culpa. Lo que es evidente es que aquí hay mucho talento, hay mucha diversidad de géneros, gran talento audiovisual, en producciones de beats, de vocales y escrituras. Falta un poco de unión entre todos, ya no entre artistas, sino entre todos”.
En tiempos en los que la etiqueta del género “urbano”, instalada por los medios, se está poniendo en duda, Love Yi aclara ser fiel a dicho género. Él defiende esta postura destacando que es evidente que hay artistas que empezaron su carrera en un sitio en particular, que moldea los ideales y que hay otro tipo de artistas que empezaron en otro lugar. “La educación mía viene de lo urbano, de artistas urbanos como Tupac o Daddy Yankee. Ahora mismo el género urbano está allá arriba pero me jode que lo quieran eliminar porque pienso que los que hemos crecido con esto, apoyados por esta cultura, ahora mismo tenemos importancia en la industria a nivel mundial y no quiero que quiten esa etiqueta. Para mí es importante separar lo que es un artista al uso y lo que es un artista urbano de verdad. La cultura rap es lo importante al fin y al cabo. Yo vengo de la cultura del rap, del respeto, del pensar lo que estás diciendo o que quieres transmitir y no quiero que eso muera. Lo que une al rap, trap, reggaetón y dembow desde sus inicios, es su contexto que es la calle, lo urbano. Para mí, lo más bonito es que el reggaetón lleva 20 años y ahora mismo es potencia mundial, es la música que más se escucha en el planeta y eso ha salido de una placita de barrio. Eso es la finalidad”.
Por estos días, Love Yi andaba buscando un poco de sangre nueva y colaborar con seguidores reales, entonces pidió a través de un posteo de Instagram que le manden temas o demos por mail, y su casilla de correo explotó. “Es para demostrar y demostrarme a mí también que no importan los números del artista, no importa si está firmado o no. Lo que importa es la canción, la movida es la música. Cuando tú escuchas una canción que te gusta, es que te gusta aunque venga de la otra punta del mundo, lo que te gusta es la canción”.
Sin más que decir, Love Yi tiene seguidores reales que lo apoyan desde lo virtual hasta en los recitales. 2020, el año de la pandemia, será recordado por el año en que Fortuna no pudo realizar su gira, se destruyó, y se aproximó Espíritu con su lado más real y callejero. Vemos un artista que tiene en claro hacia donde quiere ir y que por la cultura, lo da todo.