“Con un pie en el río y otro en el asfalto”. Con esa frase Micol Maguna se presenta a sí misma en su cuenta de Instagram. De alguna manera, esas palabras logran sintetizar a la perfección la esencia de su alter ego artístico -mitad humano, mitad reptil-, al que hace tiempo bautizó como Mimí Lagarto, y con el que acaba de publicar su EP debut titulado Delaluz.
Su música es un híbrido entre ritmos latinos y cadencias urbanas que dialogan con fluidez. Beats propios del trap se fusionan con percusiones candomberas y guitarras eléctricas loopeadas. Con la experimentación como estandarte, Mimi se atreve a transitar en territorios desconocidos sin miedo a perderse en el camino. “En mi música hay una búsqueda de la raíz latina”, explica, y agrega: “Hoy en día decir ‘latino’ quizás te lleve a lugares más relacionados a la música centroamericana. Yo busco qué es lo que heredamos de todo eso y a la vez busco mezclarlo con sonidos más actuales, que sea más globalizado”.
Las cuatro canciones que componen a Delaluz (“Delaluz”, “Adt”, “Cataratas” y “Medusa”) son el reflejo de un momento en específico de su vida y cada una de ellas son producto de procesos creativos diferentes, con distintas personas involucradas. Ninguna fue concebida de la misma forma que la otra, en eso también radica su atractivo y heterogeneidad. “Escuché las canciones y me fui dando cuenta que había algo que las unía; una sonoridad, ponele, y que habían ciertos conceptos que las podían configurar como una sola obra”, cuenta Micol sobre la confección del disco.
Sus inicios en la música no difieren mucho de las historias que muchos otros artistas en cierto punto comparten. De chica quedó fascinada con las guitarras eléctricas hasta que por fin pudo comprarse una a sus 12 años. Clases con el instrumento, pequeñas fechas en bares, a prueba y error, la fueron formando como música hasta que finalmente en 2016, junto a las artistas Miel y Antonella Casanova “Melodrama” formaron MUTXA. Con el tiempo, la banda se fue disolviendo pero bastó para que, entre tardes de mates, terraza y loops, germinara la semilla de su nuevo proyecto. “Con ellas aprendí mucho de la constancia, de juntarse a hacer música, del encuentro y de la experimentación”, concluye.
Su personaje está marcado por dualidades antagónicas que conviven en armonía: agua-tierra, calma-caos, interior-exterior. En sus letras se permite exteriorizar tanto las inquietudes que ahondan en su cabeza, como reflexionar sobre el entorno que la rodea y que contempla para plasmar con sensibilidad. Otra característica fundamental que configura a su otro yo es su vestuario, algo que aprendió a crear a partir de sus estudios en Diseño y Artes electrónicas. “La ropa que uso cuando toco me pone en distintos lugares y en diferentes estados para transmitir la música -dice Micol-. Me parece importante buscar el estado en que se quiere estar antes de tocar. La ropa me ayuda a eso, a meterme en el personaje y poder transmitir mejor lo que quiero comunicar”.
¿De dónde viene el nombre “Mimí Lagarto”?
Me empezaron a decir “Mimí” a los 16 años. Ahí empecé a armar un personaje ficticio con unas amigas que era como un lagarto que bailaba, así que ya era Mimí Lagarto antes de tener el proyecto. Después le fui encontrando significados al nombre que antes no tenía y pude darle un concepto. En principio, el hecho de conformar un personaje me sirvió para enfrentarme a la situación de estar sola en el escenario. Separarme un poco de mí y cargar el asunto con cierta mitología o misticismo. El lagarto pasó del chiste a un personaje que está entre el agua y la tierra, como atento a lo que pasa.
Hubo varias colaboraciones en este EP. ¿Es algo que tenías planeado?
Fue surgiendo espontáneamente. Las personas con las que me junté son todos colegas y amigos, las personas con las que me suelo juntar a ranchear. Tenemos un vínculo de amistad pero que también está atravesado por la música. En algunos casos yo me acerqué y les dije “che, hagamos un tema”, y en otros ellos vinieron a mí con alguna instrumentación o beat y trabajamos a partir de eso. Por ejemplo, en “Medusa” ya había un instrumental armado por un amigo que lo escuché en el auto cuando me lo mandó por WhatsApp y apenas puse play ya me lo imaginé terminado. Con “Adt” fue distinto, empecé a componerlo en la guitarra y después lo llevamos al mundo de la producción. “Cataratas” fue un tema que tuvo muchas etapas, muchas capas; la semilla salió en una jam con amigos. Este EP estuvo marcado por los tiempos largos.
El disco salió al final de un año bastante particular. ¿Cómo llevaste la cuarentena?
Con la cuarentena entré en una situación más introspectiva en cuanto a la composición y a producir en profundidad temas que tenía maquetados. Por otro lado, también me pasó de no sentir presión a la hora de estar sacando material. Venía con un ritmo de tocar en fechas muy seguido y parar un toque me vino bien para repensar cómo estaba haciendo las cosas. No tener la presión del tiempo me ayudó a no perder instancias de exploración.
La presentación oficial de Delaluz va a ser el 10 de febrero y se titula Ir y venir. ¿Qué nos podés adelantar sobre el show?
Va a ser una obra de media hora más o menos. Últimamente la vengo llamando “largatometraje”. En esta pieza van a haber canciones del EP, un cóver y también un tema que no salió todavía. Va a ser una cosa híbrida entre algo que está grabado en vivo y cosas con montaje. Son seis temas donde trabajamos mucho la narrativa y el concepto que los aborda. También van a haber transiciones sonoras entre tema y tema que aportan a contar esa historia. La obra refleja un poco el ir y venir, el desconectar por un rato, el estar en un lugar físico pero mentalmente en otro.
¿Qué es Delaluz para vos?
Hay algo de estos temas que son fieles a las sensaciones que tenía en ese entonces y por eso no se quedan viejas. Cuando algo es genuino, trasciende. Es un manifiesto sonoro con su cuestión indescifrable. Es mi manera de ver el mundo.
¿Ya tenés planes para el 2021?
Tengo muchas canciones para sacar. Tengo tres singles más y tengo preparado un EP de remixes de este disco. Lo que tiene de característico es que fueron todas mujeres productoras las que lo remixaron. Me parecía importante que sea así porque creo que hay un montón de pibas muy talentosas del sonido que les falta muchísima más visibilidad y que las súper admiro. También me gustaría colaborar con Lupe, Faraonika o con Dinastía. Y como deseo me gustaría hacer un disco completamente conceptual, ojalá se dé.
Mimi Lagarto estrenará Ir y venir el miércoles 10 de febrero a las 19 h, entradas disponibles a través de Alpogo. Escuchá Delaluz en plataformas de streaming (Spotify, Apple Music).