Foot Massage arrastró cinco años de producción hasta dar forma a Pequeñas avalanchas, su segundo EP. El disco, publicado tras la pandemia, condensa un recorrido de etapas que la banda reconoce como propio de “una banda de ensayos”, donde cada encuentro equivalía a una nueva canción. Activos desde 2018 en Buenos Aires —con Mateo “Chaca” Luppi en voz y guitarra, Luciano Álvarez en batería, Octavio Flesca en teclados y Galo Galliani en bajo—, encuentran en los shows en vivo su centro vital: allí la radiación pop de los sintetizadores se cruza con la crudeza de lo analógico para encarnar movimiento y emoción.

El estilo de la banda se mueve entre el pop, el punk y el rock. “Las etiquetas siempre son un poco difíciles: a veces ayudan a entenderse a uno mismo, otras son engañosas —cuenta Chaca en conversación con Indie Hoy—. Buscamos el indie no por el indie en sí mismo, sino por el lugar del que viene. Siempre me llamó la atención que fuera la consecuencia más lógica de la sumatoria de la música que había gustado durante gran parte del siglo XX. Eso que llamamos indie es una bola de espejos hecha de muchos espejos rotos”.

Vuelco

Pequeñas avalanchas tematiza los reflejos del amor, que pueden romper en belleza y en angustia. Los versos son precisos y alcanzan de lleno a cualquier corazón roto. En “Vuelco”, el primer track, cantan “todo de mí habla de vos” sobre sintetizadores con ecos de The Strokes, mientras el objeto amoroso aparece como una avalancha capaz de arrebatar el descanso. La producción del EP atravesó lapsos muertos y dilatados: “El título Pequeñas avalanchas terminó estando ligado al proceso de hacer el disco. Este lapso tan largo no fue ideal”, reconoce la banda.

En “Deseo automático”, el verso “me quise ir y cuando me fui traté de volver sin avisar” abre un tramo final marcado por el desasosiego: “encuentro otra manera de decir adiós”. “L’ Arcade”, sostenida en un piano danzante, se dedica a alguien que se quiere perder, aunque se admite el reencuentro si su nombre resuena. El vaivén vuelve en “Límites”, donde la voz, filtrada en autotune, confiesa: “Tus ojos no me ven,/ camino para atrás”. Y en esa deriva ansiosa por el qué dirán, se pregunta: “¿Quién soy? No tiene sentido. ¿Para quién? Nadie nos está mirando”. Aun así, el pensamiento se vuelve automático, como si hablara una máquina de observar.

Deseo Automático

Los últimos cuarenta segundos de “Deseo automático” sorprenden con un quiebre orquestal hecho de sintetizadores profundos. “Muchos temas de este EP se grabaron primero como maquetas en la compu —explica Chaca—. Era más fácil sumar teclados que guitarras, porque el MIDI sonaba bien sin pensarlo demasiado. Eso explica su abundancia”. En el cierre, “Pequeña avalancha”, lo frío y lo cálido arden al mismo tiempo. Pasado y presente quedan suspendidos en un amor que se deshace: “Algo cambió/ Y te empezás a ir”. El tema parece escrito en invierno, en un paisaje nevado de El joven manos de tijera, y se extingue como una pequeña muerte.

“La inocencia es virtud”, se escucha en uno de los versos que mejor condensan la esencia del disco. La elaboración del EP reúne etapas que van de 2018 hasta su publicación en 2024, con una precisión que no deja de lado la frescura. “Si hubiéramos sacado un disco en el medio, hubiese sido cien por ciento punk —comparte el grupo—. Ese sonido crudo y agresivo, propio de la adolescencia, siempre lo disfrutamos mucho. Que no esté representado en este EP nos quedó como una espina. No es el recorrido típico de una banda, pero queremos recuperar mucho más el punk en nuestro próximo disco”.

Escuchá a Foot Massage en plataformas (Spotify, Apple Music).

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