Encasillar a Lucila Pivetta sería un pecado. Bajista, vocalista, y compositora, son tan solo algunas de las tantas aristas que componen el mundo maravilloso de la multifascética artista. Metódica y sensible, la actual bajista de Mi Amigo Invencible también trabaja con otros solistas como Anyi, Tomi Lebrero, María Pién o Celli, entre decenas de otros proyectos musicales de distintos géneros. Por ese mismo motivo, entre tanta música ajena, necesitaba encontrar un espacio propio donde plasmar lo suyo.
A través de una sensibilidad permeable, Pivetta muestra su lado más frágil -aunque encantador y ecléctico- con su proyecto solista, donde ella es sin duda alguna la protagonista de un compendio de canciones profundas y fraternales. Su primer material de estudio bajo su nombre fue Lo nuevo, lo viejo, lo azul y lo prestado en el año 2017, un disco que recoge poesías hechas canción que marcan diversos momentos de su vida.
El debut de la argentina se configura bajo un sonido personal, con canciones que vislumbran elementos de folk y a la vez se empaña de rock setentoso, samba, instantes electrónicos, y algunos arreglos de vientos y cuerdas que se cuelan entre los espacios para adornar con estridencia el carácter del álbum.
Actualmente, Pivetta se encuetra presentando el EP Las marcas, su regreso al universo de la composición solista. “Pensé que me había dado de bajo del mundo de la composición de canciones… pero pude reconocer que es un motor muy gigante en mi vida y es lo que soy y lo que tengo para compartir“, explica la artista sobre su decisión de volver a la creación de canciones.
Su más reciente lanzamiento nació de un proceso de investigación junto a la compositora, pianista y docente Carmen Baliero, con la intención de recorrer diferentes texturas emotivas y oníricas de la canción. Dice Lucila: “Las marcas trazan un planisferio, de miedos o sueños. La inspiración surge de historias de amor truncas, de deseos, de una cicatriz en el pecho, de las ganas de resignificar las heridas con humor y volverlas canción”.
Bajo esa esa premisa, Las marcas encuentra su punto de partida en las heridas -físicas y emocionales- pero desde la perspectiva de superación y entendimiento de que cada proceso lleva consigo un sacrificio. Lejos de ser un disco que habla de penurias, el EP narra con optimismo el lado luminoso del dolor, con una simpatía contagiosa y un claro sentido del humor, bajo programaciones voladas y guitarras deambulantes.
Escuchá Las marcas a continuación o en plataformas de streaming (Spotify, Apple Music, Tidal):