Luciano Lamtzev llegó a Bariloche como si escapara de su pasado. El músico de Bahía Blanca se había embarcado en una gira por Chile tocando con su proyecto Principiante, y cuando llegó a la ciudad patagónica en los primeros meses de 2019 sintió que ese proyecto había llegado a su fin.
“Principiante siempre tuvo mucho que ver con cómo viví el último año en Bahía: no tenía casa, estaba de acá para allá, y los momentos en los que podía grabar era porque le cuidaba la casa a alguien. Tocar en vivo esa música tan nostálgica e introspectiva durante diez días seguidos me terminó de agotar, ya no quería saber más nada con Principiante”, dice Luciano desde uno de los barrios ubicados a los pies del Cerro Otto en Bariloche, donde hace unos días empezó a nevar. El cerro toma su nombre del montañista alemán Otto Goedecke, quien construyó su casa en la zona superior de la montaña y la llamó “Paz de montaña”. La quietud del sur, los paisajes montañosos y las ganas de empezar de nuevo tuvieron una influencia esencial en la creación de su nuevo proyecto, Lumtz.
En paralelo a Principiante, Luciano formaba parte de Dos Astronautas, la banda de post rock orquestal que emergió en 2014 con un casero pero ambicioso primer disco titulado Campamento. En la sala de ensayo que instalaron en su casa, a solas con todos los instrumentos de la banda, Luciano empezó a experimentar con largas melodías y texturas de guitarras y teclados con ayuda de un pedal de loop. Así comenzó Principiante, como una suerte de “diario íntimo sonoro” que fue tomando forma en sus tiempos libres. En junio de 2015 tocó por primera vez en una exposición del fotógrafo Renzo Luna Chima y en agosto publicó su primer disco, Viajes.
Hay una intensa emocionalidad en la música de Principiante. Sus seis discos subidos a Bandcamp son una dispersión de melodías solitarias, texturas profundas y ambientes sentimentales, pero también contienen muchos de los elementos que más tarde formarían el universo de Lumtz, como el uso de grabaciones en cassette, el sonido ambiente y la fotografía analógica.
Su última presentación como Principiante fue después de la gira chilena, ya instalado en Bariloche. “Apenas llegué me ofrecieron tocar y me presenté como Principiante, pero ya era otra cosa -recuerda Luciano-. Ya tenía la idea de que quería hacer algo nuevo con un sonido más limpio y jugar más con todo lo que había aprendido en Dos Astronautas”. La experiencia con su antigua banda aparece en los primeros discos de Lumtz en forma de nubes de reverb y melodías de guitarra en reversa. Pero también hay una exploración electrónica que se despega de la nostalgia analógica de Principiante, con canciones como “Octubre 3” compuestas únicamente a través de sintetizadores.
La mejor manera de escuchar la diferencia entre ambos proyectos puede encontrarse en “Transmigración”, canción que Luciano compuso en 2007 e interpretó con ambos proyectos. La versión como Principiante tiene una paciencia solemne, con el piano y las cuerdas llevando el sentimentalismo en la canción. En cambio, la versión como Lumtz publicada en el compilado Templo Animal Vol. 2 incorpora efectos digitales y es un experimento más lúdico y minimalista. La melodía principal de la canción es solo insinuada, antes de esfumarse rápidamente como niebla.
En Bariloche, Luciano comenzó a trabajar a un ritmo más prolífico. Además de su propia música, empezó a involucrarse en la producción de artistas locales como la banda de dark pop Loup, y su propia banda de emo instrumental Las Mañanas, un proyecto que había comenzado por su cuenta en Bahía Blanca en 2016. “En Bahía me la pasaba buscando el momento, esperando la hora específica donde todo se daba para poder grabar. No tenía tiempo o no me sentía inspirado -recuerda-. Acá es como que siempre es el momento adecuado”.
A fines de 2019 salió su primer y delicado álbum como Lumtz titulado Península, y el año siguiente publicó tres trabajos más: Los amores imaginarios, una suite de post rock grabada en el Cerro Otto; Atardeceres, una recopilación de los loops que compartió durante un año a los suscriptores de su newsletter; y La estación de moras silvestres, en colaboración con el músico de hondureño Almanacs. También volvió a mezclar y producir un álbum de Principiante, Otoño, y lo publicó como el primer lanzamiento de su propio sello discográfico de cassettes, Bruma del Sur.
Luciano venía trabajando en ediciones en cassette a pedido para otros artistas, pero fue en 2020, con la publicación de Otoño, que decidió comenzar el sello. Su catálogo lleva 19 obras editadas en cassette, discos que van desde la música ambient y las grabaciones de campo, hasta la electrónica más experimental y libre de etiquetas de género, como lo demuestra la selección tracks de su mixtape.
Pero su interés en el cassette va más allá del formato material: la música de Lumtz toma la calidez analógica que se obtiene de grabar en las cintas magnéticas como un efecto en sí mismo, algo que descubrió por primera vez grabando el ensayo de una banda de hardcore punk que tuvo en 2014. “Me gusta lo que el formato le aporta al audio. Cuando hago un tema, después lo grabo en cassette y tiene otra textura que no puedo lograr mediante un proceso digital”, dice.
Grabar con cassette también lo llevó a experimentar con las grabaciones de campo y el sonido ambiente incorporado en sus canciones, dejando de lado las cuestiones técnicas y el enfoque perfeccionista para permitirse jugar y ser consciente de cómo el entorno puede influir en la creación musical. “Mis grabaciones favoritas las hice con el micrófono del celular -agrega Luciano-. De hecho, he ido con la compu y un micrófono profesional a grabar al bosque, pero hasta ahora usé más las del celular, las que grabé porque necesitaba grabarlas. Generalmente grabo de noche, volviendo a casa, en esos momentos sensibles cuando te baja un pensamiento, una emoción, o te das cuenta de cómo estás haciendo las cosas o cómo deberías hacerlas, y te hacen reflexionar… Está también en el aire de acá, el frío silencioso. En las grabaciones se escucha mi respiración, los pasos, algún perro que ladraba, los pájaros, pero no hay nada tratado acústicamente. Creo que eso también aporta algo desgarrador del momento”.
El camino de Lumtz hacia la relajación y el minimalismo alcanzó su momento de mayor síntesis en Río, el disco de cuatro canciones que grabó solo con un sintetizador Korg Volca FM y publicó en marzo a través del sello Templo Animal y en cassette con Bruma del Sur. Es su trabajo más conciso, una exploración libre que logra crear melodías en loop que se sienten orgánicas por más que vengan de un teclado secuenciador.
“Había leído un comentario de Brian Eno que decía que hoy en día sigue habiendo música más interesante tocada con una guitarra criolla que con sintetizadores -dice Luciano-. Una persona se puede quedar mil horas frente a todos los parámetros y todos los procesos que puede hacer un sintetizador, mientras que en la guitarra se sienta y toca. Y como que ese comentario destrabó algo en mí. Justo había permutado un micrófono por el Volca y me puse a jugar. Me interesó ese acercamiento, de tocar por intuición antes de ponerme a leer el manual”.
Luciano siguió creando loops y registrando grabaciones de campo mientras viajó a San Martín de los Andes, Villa La Angostura y Viedma, la ciudad donde nació. Algunos de esos loops los pasó directo a cassette para escucharlos. “De hecho, el tema tres, ‘Barda’, está directamente ripeado desde el cassette. El primero también, ‘Junco’, solo le puse un poquito de delay cuando lo mezclé -dice Luciano-. Hoy lo escucho y a veces siento que no está terminado, pero a la vez sí. Creo que es un disco que me representa, por lo menos en mi criterio compositivo porque el sonido podría estar mejor. Pero la composición, los pequeños arpegiadores, el juego con los delays, todo eso forma la base de cuando compongo. A veces arranco así y después lo paso a otros instrumentos, pero en Río quise exponer el crudo”.
Si bien Río es un trabajo que se siente como la consagración de muchos de los intereses de Luciano, él prefiere no encasillarse en un solo sonido o género. “El mundo del ambient puede ser cerrado, el mundo de cualquier género se termina volviendo algo muy ortodoxo, como si tuviese que cumplir ciertos parámetros. Me di cuenta que no apunto al ambient, el ambient sale como una consecuencia de estar acá y de estar tan tranca”.
Tal vez el más ambicioso de sus proyectos actuales es un disco de cóvers, un proyecto en el que lleva más de un año trabajando y en el que pretende volcar todos sus conocimientos sobre producción. El álbum incluye versiones de composiciones de artistas como Juana Molina, Shaman Herrera, Violeta Castillo y Mount Eerie, pero todavía no definió si publicarlo con el nombre de Lumtz. “Un amigo me decía que no lo saque como Lumtz porque no tenía nada que ver. Pero a la vez no quiero que me vuelva a pasar lo mismo, otra vez tener que cambiar el pseudónimo porque ya no me representa. Creo que Lumtz sigue contando algo, sigue relatando un camino”.
Escuchá Río en plataformas de streaming (Bandcamp, Spotify, Apple Music).