Mburucuyá es una planta, una leyenda y un símbolo. Conocida también como pasionaria y muy común en los montes del nordeste argentino, dicen que esta flor se originó en la tumba de dos amantes desdichados, la hija de un capitán español y un cacique guaraní, durante los años de la colonia en el sur de América. Por otro lado, para los españoles simbolizaba la Pasión de Cristo, pues veían en su flor y frutos representados clavos, espinas, coronas y otros atributos del mito cristiano.
Es -la mburucuyá y toda la poesía a su alrededor- también la inspiración para el imaginario musical del trío formado por el productor Nicolás Pfeifer, el guitarrista y compositor Gustavo Semmartín y el DJ y productor electrónico Ezequiel Lodeiro quienes, proviniendo de diferentes esferas de la música, se juntaron para dar vida a un proyecto mayormente instrumental que fusiona la tradición folclórica argentina con elementos de la electrónica y el dub. De esta manera, y apoyándose en samples, teclados, guitarras, bajo y secuencias, Mburucuyá crea paisajes sonoros profundos, introspectivos y de a ratos bailables, a los que les suman breves pero poderosos recitados de versos de figuras como José Santos Chocano y Ramón Ayala, entonados con emoción por Graciela Borges y Verónica Condomí, entre otros.
Su primer álbum homónimo fue estrenado en mayo de este año, y en los ocho tracks que lo componen se despliega con fuerza el concepto del trío, el que pretende entregar “un recorrido cinemático por la diversidad de una herencia musical, la certeza de la soledad en la inmensidad del paisaje y las formas del poder”, según explica su comunicado de prensa. Este recorrido por las diferentes zonas del continente es contemplativo, reflexivo y luminoso. Bucea, entre otras cosas, en lo poético de los paisajes, buscando en ritmos como la milonga, el carnavalito, el huayno, la zamba y la galopa los secretos del monte, las raíces de las preguntas y los frutos de la soledad. También el paisaje urbano se hace presente con elementos del trip hop, el house y el down tempo, fragmentos sonoros que integran el ambiente cotidiano de los artistas al disco y que logran que la arquitectura del sonido se enriquezca con una perspectiva actualizada de la naturaleza de este lado del mundo.
La guitarra de nylon es un elemento clave en el debut de Mburucuyá. Ejecutada con maestría por Gustavo Semmartín, funciona como un elemento cohesivo que, junto a los samples extraídos por Ezequiel Lodeiro con infinita paciencia de una cantidad innumerable de LPs originales en vinilo, hacen que el álbum -aún con una base y un vuelo dado por muchos elementos electrónicos- se sienta orgánico e interne al oyente en senderos vivos que son a veces litoral, pero a la vez también horizonte y pampa ilimitada, precordillera, altiplano, y zonas desérticas que terminan en selva. Realismo mágico hecho música, eso es.
Escuchá a Mburucuyá en plataformas de streaming (Bandcamp, Spotify, Tidal, Apple Music).