Mick Strauss es una personalidad alternativa, una especie de Mr. Hyde salido de la mente del músico Arthur B. Gillette, que le sirve como medio para explorar su lado más desfachatado. Un viajante sin destino que se nutre de las historias que escucha en el camino para componer sus propias canciones. “Mick es la parte de mí que puede hacer todas las cosas que yo no me atrevo. Es como un animal salvaje”, así define Arthur a su alter ego desde su casa en Francia.
En palabras del artista franco-americano, su otro yo nació en uno de sus incontables viajes por el mundo como un alias que se le quedó impregnado y que, con el tiempo, pasó a ser algo mucho más grande. Es que Mick Strauss no se limita a ser solo un sobrenombre cool para distinguirse entre la gente, también tiene sus propios vicios y cualidades. “Él puede volverse loco arriba del escenario, puede quedarse despierto hasta tarde y tomar mate todo el día”. Sí, mate, porque después de su paso por Argentina en 1996, y de recorrer ciudades como Concordia y Paraná, el músico adoptó la popular infusión como su preferida. “Es mi combustible”, confiesa.
En el año 2019, Arthur emprendió un viaje que lo llevó desde el norte de los Estados Unidos hasta la costa este, motivado a investigar la leyenda de “El Coyote”, un ser mitológico oriundo de las culturas nativas de esas tierras. En el derrotero, se encontró con una realidad diferente e inesperada: un clima social candente abrasado por la polarización política que lo desconcertó. La gente que conoció ahí y sus historias lo inspiraron a escribir Southern Wave, su primer disco bajo el nombre de este enigmático personaje y que acaba de salir a luz.
La grabación del álbum tuvo lugar en agosto de 2020 con Vincent Taurelle como productor, reconocido por trabajar con artistas como Beck y Tony Allen. Desde el principio, el concepto de “southern wave” u “ola del sur” planteaba una dicotomía interesante: dos caminos diferentes con el fin de encontrar un equilibrio entre sí. El sur, al artista lo llevaba a Memphis, a baterías sesgadas y a grooves bluseros, mientras que la “ola” lo conectaba al new wave británico. De esta manera, como resultado de esa mixtura se materializó un disco de doce canciones con pinceladas de folk, country y rock psicodélico.
Otro punto interesante del álbum es su atmósfera cinematográfica, marcada por ambientes densos y oscuros. Esto se debe a que Arthur también compone música para películas y obras de teatro, algo que empezó a hacer luego de que el director brasileño Fellipe Barbosa le propusiera realizar el soundtrack de su film Gabriel e a montanha en 2017 y que sin dudas influyó en la identidad sonora del disco. “Southern Wave parece música que fue compuesta para una película que jamás existió”, agrega.
El músico es también integrante de la banda francesa Moriarty con la cual sigue tocando. A pesar de eso, reconoce que estar en proyectos paralelos no le presenta ningún tipo de dificultad, más bien todo lo contrario: “Hacer música para Moriarty, para el teatro, para películas y para este nuevo proyecto, todo se relaciona y se complementa. Lo encuentro enriquecedor”.
Su futuro es incierto, como el de todo aventurero, aunque vaticina llegar a buen puerto. Ya se encuentra organizando una gira para presentar el álbum mientras se las ingenia para trasladar el sonido del estudio al vivo. “Para mí, este disco es como el primer es peldaño de una escalera, después puede ir en bajada o en subida, pero lo importante fue haber dado el primer paso”, concluye.
Escuchá Southern Wave de Mick Strauss en plataformas de streaming (Spotify, Apple Music).