Noah Kahan parece estar conquistando el corazón del mundo del folk. “Cada sueño que tuve es como si estuviera pasando o estuviera en proceso de pasar”, cuenta incrédulo en conversación con Indie Hoy el artista estadounidense nominado a los Grammys, que se encuentra hace meses en una gira con más de 200 shows agotados y un álbum doble platino.
“Parte de eso me asusta -admite-. Estoy muy feliz por el Noah pequeño que quería todo esto, por el adolescente que lloró pensando que algún día esto iba a llegar, y estoy orgulloso de la persona que soy hoy, porque estoy llegando a lograr todas esas metas que tuve como niño. Pero es algo que me hace sentir muy vulnerable, nunca termino de comprender la grandeza de lo que me está pasando. Pero estoy inmensamente, completamente agradecido”.
Pese a que Kahan ya contaba con dos álbumes de estudio –Busyhead de 2019 e I was I am de 2021-, fue con su tercer disco, Stick Season, que llegó a ser conocido en el mainstream global. “Aprecio mucho a la gente que me conoció ayer como a la que me sigue hace años. Para mí, es un honor que cualquiera me diga algo sobre mi música, que mi mamá me acompañe a los premios es hermoso. Me da miedo que sea un momento y se termine, pero si se termina al menos se que estoy disfrutando cada segundo”.
Como si la grata recepción de Stick Season hubiera sido poco, el éxito comercial -no solamente hablando de las reproducciones en streaming, sino también de las copias físicas vendidas- llegó gracias a una versión extendida titulada Stick Season Forever con canciones nuevas y reversiones de todas las originales con invitados de lujo: Post Malone, Kacey Musgraves, Lizzy McAlpine, Gracie Abrams y -su colaboración de ensueño- Hozier.
“Poder darle a estas canciones una nueva vida fue hermoso -cuenta Kahan-. Comenzó como un proyecto tentativo pero todos empezaron a decir que sí y pensé: ‘¿Qué tal si hacemos el álbum completo con colaboraciones?’. No llegamos a hacerlo completo pero sí un 90%. Fue un ejercicio hermoso colaborar y aprender de artistas con los que no había trabajando antes, conocer sus métodos y ver qué visión tienen ellos de mis canciones, aportando siempre algo nuevo. La versión deluxe nos dio un lienzo mucho más grande en el que pintar y llegar a mayores audiencias. Hacerlo fue una locura, pero que me hizo feliz cada minuto. Fue un trabajo súper duro, pero esos meses fueron de los más felices de mi vida”.
El sonido de Kahan no ha cambiado drásticamente a lo largo de sus tres LPs, ni se ha corrido demasiado de los márgenes del folk pop, pero sí se puede ver una evolución.
“Siempre tuve miedo de que alguien en la discográfica me diga qué persona tenía que ser o qué música tenía que hacer -admite el artista-, pero la verdad es que me apoyaron en todo lo que quise hacer y con toda la música que les presenté, con críticas constructivas y con confianza en mi visión. Creo que no soy muy claro cuando me quiero explicar, eso tal vez les dio algo de miedo, pero siempre les digo ‘Confíen en mí, necesito hacer este proyecto’. También me ayudaron mucho a colocar mi música en los lugares correctos cuando quise volcarme de lleno al folk y estoy muy agradecido por esos contactos, por esa ayuda. Siempre quise hacer música, este tipo de música, y sé que no podría haberlo hecho sin el gran equipo que me acompaña”.
¿Cómo nació Stick Season, el disco que cambió su vida? Todo comenzó durante la pandemia, cuando publicó un EP titulado Cape Elizabeth que arrasó entre los lanzamientos del Record Store Day. Kahan compuso esas canciones en solo una semana con su vecino y lo lanzó con una mínima promoción. Fue la cálida respuesta del público lo que le dio a Kahan el puntapié para comenzar su próximo disco de forma relajada.
“Ese EP es mi trabajo favorito de mi carrera, fue la primera vez que me dejé llevar sin preocuparme por cómo iba a sonar, solo pensé en la historia que estaba contando -cuenta Noah-. Ver a la gente conectar tanto me dio la confianza que necesitaba para Stick Season. Me di cuenta que ese tipo de narración de nicho, bien específica, podía conectar de manera universal con el público”.
Todas las canciones de Kahan están basadas en momentos personales y personas que conoce. Hablan muchísimo sobre la salud mental -el cantante suele hacer mención a su lucha contra la depresión y la ansiedad-, las drogas -sobre todo el peligro de la adicción-, las relaciones interpersonales y la soledad.
Muchas de sus canciones son sobre sus padres, otras sobre sus amistades. Una de ellas titulada “Carlo’s Song” fue escrita para uno de sus mejores amigos que falleció. Por mucho tiempo dejó de tocarla en vivo, pero recientemente la volvió a sumar a su setlist.
“La gente conecta mucho con esa canción y me hace sentir un millón de cosas cuando me lo cuentan -admite Noah-. Carlo era alguien muy especial para mí, fue la primera vez que perdí a un ser querido y la única forma en la que encontré algún tipo de consuelo fue en el arte. Me deslumbra y me alegra que más personas puedan encontrarse en esa canción”.
La última canción del álbum es “The View Between Villages” y logra capturar mucho de lo que Kahan intenta mostrar: música folk que se centra el ese amor casi nostálgico por el hogar, el pueblo (literal o simbólico) que te ve crecer y cómo nuestra salud mental va atravesando diferentes procesos a medida que crecemos. “Espero que la gente pueda encontrarse en esa canción -cuenta-, que pueda imaginarse en un auto en la ruta yendo a nuevas aventuras. A mí me sucede que escucho una canción y automáticamente me transporta a un momento en mi vida, a una persona que conocí, a un pensamiento que tuve. Realmente espero que alguna de mis canciones provoquen eso en las personas”.
Escuchá a Noah Kahan en plataformas de streaming (Spotify, Tidal, Apple Music).