Oscar Jerome, natal de Londres, es un músico que definiría dentro del género jazz fusion. Ha conseguido lo que muchos otros artistas han intentando sin éxito a lo largo de los años: evolucionar este género con tanto arraigo en patrones clásicos, a un estilo mucho más fresco y adaptado a los tiempos modernos.
La formula de Oscar para conseguir este gran sonido se basa en, como he dicho, hacer un jazz que suena muy renovado y fresco, con patrones clásicos de este género pero añadiéndole bases y ritmos propios del hip hop norteamericano, haciendo que se fusione en un estilo que se puede definir como “urban jazz”.
Pero no solo son los ritmos de los instrumentos los que consiguen este sonido tan peculiar, sino que el propio artista británico con su forma de cantar recuerda en numerosas ocasiones a algún MC surgido de la cuna del rap estadounidense.
En algunas ocasiones, samples y bombos acompañados con coros muy bien elegidos y metidos en el momento exacto; en otras, largas improvisaciones instrumentales a manos de su impecable manejo de la guitarra en este estilo, hacen que Oscar Jerome cree con su música el clímax perfecto para relajarte y que disfrutes de la evolución de la música.
Uno de los fuertes del británico es su virtuoso manejo sobre su guitarra, acompañado siempre de vientos como saxofones y trompetas y de una percusión que hace justicia y da sentido a toda la composición, haciendo creer en numerosas ocasiones que cuando escuchás solo las instrumentales, estas en presencia de un gran combo de jazz clásico como en los tiempos de Montgomery o Davis, muestra de esto es su canción “Where Are Your Bronches (Where Is The Fruit)“. Con este panorama musical, se ha colado en espacios tan importantes como la BBC Radio London y en el festival Glastonbury.
Recomendación propia, es que si quieres empaparte rápido del rollo que Jerome pretende transmitir, escuches sus dos buques insignia: “Give Back What You Stole from Me” y “2 Sides“.
En definitiva, con todos estos elementos, que no son pocos, Oscar Jerome consigue la consagración perfecta entre un arte clásico como el jazz y diferentes vertientes contemporáneas, haciendo que no sea un salto difícil de digerir, sino todo lo contrario, todo un deleite para el que disfrute un poco de este género y también para el que no, ya que es una música perfecta para un momento en el que solo quieres sentarte, relajarte y escuchar algo hecho con buen gusto y criterio.