Paloma Coscia es una música y cineasta nacida en 1996. Es también hija de padre y madre cineastas, por lo que sus primeros años de vida estuvo rodeada de estímulos artísticos. Su primer acercamiento a la música fue a muy temprana edad con el piano de su abuela. A medida que fue creciendo también fue desenvolviendo sus dotes en el plano audiovisual, con un acercamiento en ese ámbito desde distintos roles, pasando por guion, dirección y producción. Con la certeza absoluta de que tenía un particular interés por contar historias, Paloma desarrolló largamente su paso por este tipo de producciones hasta que en 2020 se reencontró con la música.
Dentro de los factores clave que la reencontraron con su primera práctica artística, la situación de encierro producida por la pandemia le dio mucho tiempo a favor. Durante ese tiempo, su padre se encontraba transitando una complicada situación de salud que también afectó profundamente a Paloma y empezó a sentir la necesidad de exorcizar esos sentimientos de dolor y angustia. Esta semilla germinó lentamente desde entonces hasta que encontró también su lugar en el canto, una nueva faceta hasta entonces desconocida.
La ecuación cerraba fácilmente: ya había armado unos primeros demos y ahora contaba con la posibilidad de sumarle una capa de voces y letras que reflejarían mejor aún su estado. De este modo, hizo circular estas primeras grabaciones entre sus amigos y colegas para encauzar estas nuevas producciones y en medio de esas personas apareció el productor Diego Acosta, que previamente había trabajado con la cantautora Jazmín Esquivel en un disco que impresionó a Paloma.
Mientras el dúo había conseguido lograr una sinergia “instantánea y poderosa, creando una atmósfera de trabajo en la que la creatividad y la sensibilidad florecieron”, la cantante halló en simultáneo otros dos colaboradores con amplia experiencia en la composición y producción como son Fonso y Laucha Rico Gómez. Con este equipo conformado, la compositora se vio rodeada de un clima ideal en el que, de a poco, su proyecto iba tomando forma bajo el título de Discurso semanal.
La atmósfera del primer disco de Paloma es etérea, combinando letras de pasajes entre surrealistas e íntimos con timbres cristalinos y ritmos downtempo, así como también momentos de canciones más próximas a una suerte de formato banda acústica, como es el caso de “Para poder molestarte” o “Tres cuartos de rencor”. Lejos de alinearse ciegamente en un género, la sonoridad que aparece en las canciones de Paloma refleja de una manera muy directa su situación interior, marcada por los duelos y la melancolía.
En este sentido, el corte de difusión que acompañó a la salida del disco, “Quiero”, es un cabal ejemplo de este sonido. Con la participación del mendocino Luca Bocci, el relato puede oscilar entre la introspección y descripciones oníricas, en lo que podría acercarse a un sonido cercano al dream pop atravesado por el prisma único que la compositora le puede dar, con una voz incatalogable y una afinidad con otros proyectos nacionales que cruzan la electrónica y la canción pop, como pueden ser Anyi, Wiranda Johansen y Planta, por ejemplo. El disco debut de Paloma Coscia es una enorme muestra de cómo el arte puede ayudar a exorcizar los sentimientos más profundos.
Escuchá a Paloma Coscia en plataformas de streaming (Spotify, Tidal, Apple Music).