La búsqueda de nuevos horizontes musicales es lo que provoca la mezcla de géneros veces asimétricos y, en los últimos años, el folclore electrónico fue encontrando solidez en esa amalgama dispar. Grupos como Desierto y Agua, el dúo chaqueño Tonolec o la reconocida cantautora Paloma del Cerro se encargaron de promover este juego de sonidos ancestrales con samples y armonías digitales. Pero imaginarse a un londinense ponderando al charango como la estrella de su propuesta artística es difícil de concebir. “La alegría que siento al tocar el charango es algo que me resulta muy difícil de describir”, cuenta Josh Edwards en diálogo con Indie Hoy.
Con una vida nómada esparcida entre los campos de Gales, las agitadas calles de Londres y la calidez de las playas del sur español, Edwards reconoce que su pasión por los ritmos latinos comenzó a temprana edad en un viaje familiar. A partir de esa experiencia, el deseo por el aprendizaje de la cultura y el lenguaje fue creciendo hasta la adolescencia con la culminación de su emancipación y el desafío de vivir solo en Cádiz.
Pero antes de la independencia hogareña, fueron años de práctica con el famoso guitarrista de flamenco Nono García y hasta clases de charango en Bolivia. Josh bautizaría a su proyecto como Blanco White (en honor al poeta anglo-español), y daría rienda suelta a su deseo de abigarrar las músicas andinas con la incorporación de bases electrónicas, creando texturas que simulan la inmensidad de la cordillera. Un contundente paisaje sonoro.
Luego de cuatro EP’s y varios singles, en 2020 Edwards publicó el disco On the Other Side, una apuesta melódica con evidente impronta flamenca. Algunos fraseos en español ya habían sido incorporados previamente, pero la canción “Mano a mano” fue la oportunidad para arriesgarse a la exposición del lenguaje con una rítmica que lo obligaba al cambio.
Su último registro de larga duración, Tarifa (2023), es un nítido crecimiento en la producción de estudio y un avance en el juego del balance instrumental. Concebido entre la brisa playera de la península ibérica y noches de flamenco, el álbum propone mediante temáticas tal vez ajenas a la tradición latina un espacio de introspección antropológica. “Intento escribir de una manera que, espero, sea respetuosa y muestre cierta humildad y conciencia de dónde provienen los instrumentos”, declara Edwards sobre esta singular combinación lírica-sonora.
Hoy en día, el charango no suele ocupar espacios en la escena nacional por fuera de la órbita folclórica, pero supo ser un instrumento de exportación gracias a referentes argentinos. Jaime Torres fue uno de ellos, con giras europeas en los 60 y su célebre presentación en la ceremonia de apertura del Mundial de Alemania en 1974; y el flamante charanguista Jorge Milchberg, recordado por grabar “El condor pasa” junto a Simon & Garfunkel. A pesar de la vasta divulgación en el continente viejo, a Blanco White le parece “increíble que la gente no conozca al charango tanto como podría uno imaginarse”.
Alejado de las tendencias que fomentan el lanzamiento incesante de singles (“No soy un purista cuando se trata de la clase de formato de registro”) y con el foco en el disfrute del proceso creativo (“Me siento increíblemente libre en lo que estoy haciendo en este momento y quiero experimentar tanto como pueda”), Edwards está por emprender una gira internacional con actuaciones intimistas en Australia, Nueva Zelanda, Europa y Sudamérica, que lo llevará a presentarse en febrero en La Trastienda, en la que será su primera visita en Argentina. Para el inglés, “la música en vivo es el mejor contexto para conocer gente, un espacio para compartir historias y la experiencia humana” y desea también tener algunos días libres para conocer la ciudad.
Escuchá a Blanco White en plataformas de streaming (Bandcamp, Spotify, Tidal, Apple Music).