“No quiero estar atada a ninguna ciudad. No quiero estar anclada a algún tiempo atrás”. Así comienza Sofi Terán su disco debut, Es hora de volver a casa. Pensado como un mapa emocional de sus 26 años, el álbum de la cantautora argentino-costarricense contiene diez canciones nostálgicas y tiernas escritas a modo de terapia y producidas junto a la reconocida música y productora Mariana Michi.
Terán pasó la mitad de su vida en Costa Rica. Su papá es de allá y hoy también lo son sus amigas de la infancia y sus hermanos pequeños. Irse de su hogar y cambiar tan abruptamente el paisaje de la montaña por la urbe dramática de Buenos Aires -de donde es oriunda su madre- fue un golpe duro que ha llevado a Terán a vivir con una melancolía profunda, un estado de constante extrañamiento que la joven música canaliza en la actualidad a través de la composición de canciones.
“Siento que mucha gente dice que sus inicios en la música fueron muy naturales, que hacer música era algo innato. En mi caso, fue en estos últimos años cuando me di cuenta que podía hacer algo con la música y compartirlo -comenta Terán en conversación con Indie Hoy-. Para mí la música era mi terapia y ¿quién iba a querer escuchar mi terapia? Pero de a poco empecé a cambiar esa mentalidad. La música me ayudó a sanar, ha sido la cura para una depresión muy profunda en la que estuve. Yo estudié cine, y todas las imágenes, las películas, fueron de gran inspiración para darme cuenta que podía usar toda esa información que tenía dentro para hacer canciones. Pienso ahora el hacer un disco como un guion: hay partes y sabés cómo querés que se vean”.
Como la vida misma, Es hora de volver a casa tiene momentos luminosos y otros no tanto. Comenzando con canciones con una actitud naif y una perspectiva optimista, el álbum va volviéndose cada vez un poco más oscuro y melancólico, como si la inocencia fuera disolviéndose con el pasar de los versos para dar espacio a las dudas, el miedo, el dolor repentino en el pecho. No es la intención de la cantautora quedarse en estos sentimientos, pero sí evidenciarlos para lograr entenderlos y así poder pasar la página.
Canciones como “Casa azul” -con su instrumentación de balada, sus melodías pop y su emotiva interpretación- o “Estrella” -single estrenado en noviembre del año pasado junto a un videoclip dirigido por Ignacio Codino–, dan cuenta de la búsqueda íntima y confesional que atraviesa todo el disco, mientras “Maite” -canción escrita en homenaje a su hermana- entrega aires más playeros de la mano de un bajo reggae y arreglos que evocan la música surf.
Por otro lado, “Pequeño niño” -canción dedicada a su hermano- comparte una atmósfera electroacústica amplia que confirma el talento melódico de Terán con acento en la ternura y delicadeza de su construcción, y demuestra el versátil y dedicado trabajo de producción que realizó Michi. “Cuando le escribí a Mariana para proponerle ser la productora del disco, yo no tenía el disco listo -admite Terán-. Sabía como quería que fuera, cómo se iba a llamar, pero le faltaba un montón a las canciones. Mariana se sentó conmigo, me ayudó a organizarme y a entender para dónde iba cada tema. Estoy muy agradecida con ella y por eso siento que no es solo mi disco, es nuestro, de Mariana y mío”.
La improvisación es uno de los recursos que Terán considera más importantes para su proceso de composición y quiso que hubiera algo de eso en Es hora de volver a casa. Aunque no se note a primera escucha -y tal vez tampoco a segunda o tercera-, las canciones “Embrujada” y “Caballito de mar” son fruto de momentos de espontaneidad de la pianista Heidi Giel y Terán en el estudio de grabación. Sobre esta elección estética, la autora detalla: “Si bien Mariana le agregó algunos elementos después, esas dos canciones son totalmente improvisadas. No las pensamos, salieron. Siempre quiero hacer eso con la música, porque para mí la música es honestidad, y si no somos honestos, no somos nada”.
El debut discográfico de Sofi Terán se desenvuelve como un homenaje a la inocencia y un abrazo a su pérdida; un recordatorio de que todo se va, pero lo que queda es mucho. “Y nuestro romance me acompaña siempre en mi corazón”, canta en “Estrella” como agradeciendo y dejando ir. “El día que escuché terminado el disco sentí que se me fue un peso de encima -concluye-. Yo estaba usando la música para sanar, y sentí que este disco era lo que yo necesitaba para dejar ir un montón de cosas que me tenían congelada en el tiempo, anclada en ciertos momentos. La música a mi me sanó. Es la mejor terapia”.
Mirá el video de “Embrujada” a continuación y escuchá a Sofi Terán en plataformas de streaming (Spotify, Tidal, Apple Music).