El mundo se enriquece un poco más cada vez que una banda entrega un buen disco debut. Pocas cosas son más reconfortantes que descubrir nuevas bandas, y agarrarlas en su momento de emergencia, allí donde el papel de su historia sólo tiene pocos párrafos escritos, y todo se traduce en oportunidades, posibilidades. Dicha sensación sólo pueda ser aparejada con la de contemplar, con el paso de los años, el crecimiento o el debacle de dicha banda, algo tan especial como sentirse, de alguna manera, partícipe de esa historia.
Por eso, encontrar una banda en ese momento específico en la que presenta todo su potencial al mundo es tan único, porque, si el golpe inicial es el correcto, entonces con entusiasmo nos subiremos a ese vagón de posibilidades infinitas. Esta reseña quizás ayude entonces, a introducirlos en el inicio de la carrera de Alvvays, prometiendo que aquel primer golpe será suficiente para dejarlos ansiosos de ver cómo se dibuja el futuro de este quinteto de Toronto.
El disco homónimo de la banda es producto de una gran apuesta de producción, encabezada por Chad Van Gaalen, otro gran artista canadiense, y John Agnello, reconocido por haber trabajado con artistas de la calaña de Sonic Youth, Dinosaur Jr. o Kurt Vile. Este dato no es menor, porque nos sirve para advertir que el potencial de la banda ha sido evidente desde un primer momento.
Los singles que, desde el año pasado, empezaron a promocionar Alvvays sirvieron como una pizca de excitación hacia lo que prometía materializarse este año. “Adult Diversion“ y “Archie, Marry Me” (concidentemente los dos primeros en el disco) fueron eficaces en su cometido, pues cautivan los elementos esenciales a la banda: alegría y diversión (sin carecer la requerida profundidad lírica), el placer de la simpleza que emanan esas guitarras reverberizadas, los sintetizadores memoriosos de décadas pasadas, la dulce voz de Molly Rankin y la sensación de bienestar absoluto que conlleva la conjunción de todos esos factores.
A lo largo del resto del disco atravesaremos diversas atmósferas que denotarán los ricos matices sobre los cuales la banda puede desenvolverse. Introspección y romanticismo con “One Who Love You” o “The Agency Group”, ambición y profundidad con “Dives” o “Party Police”, y la infaltable “Next of Kin”, aquella que justifica por qué pasaran los próximos meses teloneando a Real Estate.
Alvvays es como mezclar las armoniosas melodías vintage de Veronica Falls con la diversión de escuchar Best Coast sin la vagueza lírica. Pretende acercarse a Belle and Sebastian o Camera Obscura pero todavía debe un largo trecho. Y sin embargo, en este, su primer acercamiento (nunca decisivo pero siempre importante) Alvvays se presenta como un proyecto sólido, que sabe que tiene con qué valerse en un mundo de vastas ofertas musicales. Quizás su música se sentiría más cómoda en otra década, pero podemos agradecer que su momento es este, y nosotros podemos ser partícipes de él.
Alvvays – Alvvays
2014 – Polyvinyl / Transgressive
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01. Adult Diversion
02. Archie, Marry Me
03. Ones Who Love You
04. Next of Kin
05. Party Police
06. The Agency Group
07. Dives
08. Atop a Cake
09. Red Planet