Cuando Arlo Parks presentó su EP Super Sad Generation en 2019, algo se movió. Una poesía brillante y dolorosamente íntima renovó el panorama musical y dejó a un público expectante por ver cómo seguiría el trabajo de la joven Anaïs Oluwatoyin Estelle Marinho que -tal vez sin quererlo- se transformó en uno de los referentes más poderosos y honestos de la llamada Generación Z.
A comienzos de este año publicó su disco titulado Collapsed in Sunbeams, y para quienes creemos en las señales, está quizás sea una buena. Es que el debut de la compositora londinense de 20 años parece ser la brisa de aire fresco que estábamos necesitando en este presente tan poco prometedor y tan lleno de dudas capaces de hundirnos en el sillón. Y no se trata de una obra con un optimismo recalcitrante o una actitud especialmente motivacional, sino más bien un disco en donde la confusión de estos tiempos se plasma con honestidad y sin miedo; una confusión que, por su raíz curiosa y empática, resulta esperanzadora y hace que las canciones queden en el aire, brillando entre medio de tanta oscuridad.
“Colapsada en los rayos del sol, estirada abierta a la belleza, por más breve o violenta que sea (…) Todxs estamos aprendiendo a confiar en nuestros cuerpos, haciendo las paces con nuestras propias distorsiones. No deberías tener miedo de llorar frente a mí”, recita Parks en el primer track del disco, introduciéndonos con suave intensidad en la línea poética que atravesará las doce canciones que integran el aplaudido trabajo y que abrazan la vulnerabilidad por lo natural que es. Así, con esa bienvenida de cincuenta y cuatro segundos, entramos en un terreno donde la poesía testimonial será clave y la música solo hará la experiencia más enriquecedora, elevadora y apta para todo público.
Parte de lo fantástico de Collapsed in Sunbeams es que no se trata de una revolución musical donde toca descifrar nuevos códigos. Aquí hay pop, soul y folk con una voz delicada y cálida que se choca los cinco tanto con sus contemporáneas de la canción -como la australiana Stella Donelly, con quien tiene muchas semejanzas en cuanto a melodías y atmósferas-, como con Amy Winehouse, Joni Mitchell y Vashti Bunyan. Y, por qué no decirlo, se guiña el ojo con Portishead en “Portra 400“, el tema final.
En repetidas veces durante el disco, Parks demuestra su idoneidad para la canción mientras deja en claro su amor por la cultura pop -tan formativa actualmente- y lo exhibe con audacia, dando cuenta con creatividad y sutileza de la herencia a la que pertenece ella y toda una generación. “Haces tus ojos como los de Robert Smith”, canta en “Black Dog” para enmarcar la tristeza, o “Ponés tus manos en su remera, le hacés escuchar discos que yo te mostré, le leés a Sylvia Plath, pensé que eso era nuestro”, expresa en “Eugene” con un aire snob que bien podemos reconocer en nosotros mismos con un poco de orgullo y otro poco de recelo.
Collapsed in Sunbeams no es lo que estábamos esperando: es más dulce, más sólido, más poético y más real. Es una hermosa síntesis de los sonidos que venimos escuchando en el circuito indie anglosajón, pero con una vuelta de tuerca íntima y necesaria. Una invitación a aceptar que, si vamos compartir nuestros dolores, mejor compartirlos de verdad: sacándolos afuera, verbalizándolos y haciéndolos música.
Escuchá Collapsed in Sunbeams de Arlo Parks en plataformas de streaming (Bandcamp, Spotify, Apple Music).