¿Y si realmente Japanese Breakfast viniera de otro planeta? Seguramente sea un planeta en el cual adoren el indie rock, seguramente amen la música más bien simple pero efectiva, capaz de crear atmósferas y momentos con pocos elementos, o mejor dicho que cada elemento tenga su momento. Y si en ese planeta los escucharan, su disco preferido seguramente sea Soft Sounds from Another Planet. Pero entonces, ¿cuál sería ese planeta?
Luego de su primer disco titulado Psychopomp (2016), en el proyecto solista de Michelle Zauner los sonidos se refinan un poco más y se agregan otros factores, pero la esencia y las ideas permanecen parecidas, como si en el año que los separara a uno del otro, los sonidos se hubieran mantenido flotando en un campo gravitatorio distante para que ella los agarrase y creara este nuevo material.
El disco comienza su camino con un tema titulado “Diving Woman” del cual se desprenden unos sonidos interplanetarios que nos sitúan en lo alto de una atmósfera, comienza a abrirse un nuevo mundo. Una voz canta tímidamente, corta las palabras y de a poco las arrastra. Una guitarra cruje produciendo potentes ecos que resuenan en la negrura profunda y son los sonidos que le dan comienzo al tema los que parecen ondas algo psicodélicas producidas por un sintetizador, y tienen esa extraña cualidad de ser sonidos que perfectamente podrían oírse en el espacio, o también bajo el agua.
Los colores cálidos en su arte de tapa también nos dan cuenta de lo que oiremos a lo largo de los próximos treinta y siete minutos, tonos naranjas como de una tierra extraña, una luz del sol que, lejana y difusa, produce más sombras de las que realmente vemos. Pero no por eso es un disco sombrío, más bien todo lo contrario.
Las melodías de los doce temas no abandonan esa calidez, ese tinte que de a poco se apodera de todo y aunque las letras sean tristes o más bien melancólicas, como en “12 Steps” o la mínima “This House“, la calidez sigue allí intacta.
Soft Sounds From Another Planet es un material en el cual los sonidos parecen surgir de forma aleatoria o más bien obedeciendo a patrones muy simples o básicos, pero realmente está muy bien diagramado, es muy atmosférico y equilibrado.
El momento, si se quiere, más bailable de todo el disco esta dado por “Machinist“, una canción con un ritmo más veloz, más pop y con voces modificadas por vocoder, pero que comienza de una forma lenta y entre susurros. Esta melodía es mucho más dúctil y comienza a incluir otros elementos, como un saxo, el punto fuerte de la canción hacia al final, el cual le da un toque magistral. Un saxo espacial.
A medida que buceamos en este océano sin gravedad y rodeado de estrellas que se apagan, nos topamos con “Till Death“, el punto más lento del disco. Un tema con una cadencia distinta al resto de las canciones, que hace la diferencia y nos recuerda que este disco podría ser perfectamente escuchado por oídos humanos en un planeta distante llamado Tierra y así y todo sentirlo de un modo particular.
Esta es una especie de balada donde se luce más la voz y en el que la idea de estar solos en una tierra lejana se acrecienta. La luz cálida se va perdiendo y la noche lo empieza a ocupar todo, las estrellas lejanas parecen simples recuerdos y todo gira lento, deteniéndose de a poco. Solo quedan unos pocos minutos para el final de este disco y sobre todo de este gran viaje interplanetario que supuso lo nuevo y último de Japanese Breakfast.
Japanese Breakfast – Soft Sounds From Another Planet
2017 – Dead Oceans
01. Diving Woman
02. Road Head
03. Machinist
04. Planetary Ambience
05. Soft Sounds From Another Planet
06. Boyish
07. 12 Steps
08. Jimmy Fallon Big
09. Body Is a Blade
10. Till Death
11. This House
12. Here Come the Tubular Bells