El trip hop tiene muy buenas representantes hoy en día, tanto que su popularidad pudo alcanzar cierto prestigio por la audiencia no especializada. La fórmula es simple, pero en eso radica su fortaleza: Tomás una buena vocalista que tenga algo para decir con un respeto por el perfil bajo (Marina Lambrini Diamandis de Marina and The Diamonds), agregás bases electrónicas sin olvidarte de las pistas de baile (Sia), unas cuantas melodías provenientes de sintetizadores influenciados por la década del setenta y ochenta (Róisín Murphy) y por último, ese detalle que le da la diferenciación: La experimentación. Usar grabaciones de instrumentos no electrónicos o samplers viejos (Jessy Lanza), distorsionar voces para que lo grave sea oscuro y siniestro (“Ridin’” de Lana del Rey con A$ap Rocky) o que lo agudo represente la sensibilidad verdadera anti mundanidad (Grimes es un logro por si mismo).
En todo este nuevo mundo triphopero, los géneros se mezclan empáticos por la fuerza de la juventud y los sonidos llamativos. El trip hop se tira al pop porque no necesita el ghetto musical para expresarse abiertamente sin dejar de reinventarse. En muchas se nota una obsesión teatral a la hora de contar sus historias como es el caso de Melanie Martinez o Poison Ivory. Las jóvenes seguidoras se tiñeron sus cabellos y fueron la representación moderna de esa época en donde sentís todo mucho más fuerte: La adolescencia. Ellas se escondieron detrás de simbología pagana refugiándose en la Internet, ese mundo infinito para la excitación mental. El objetivo principal es que las fans se sientan bien y bailen enloquecidas ad infinitum. La meta siempre será la misma.
Jessy Lanza es una de esas maravillas que esta década nos ha dado. Artista oriunda de Ontario, Canadá, sacó su nuevo disco el 13 de mayo de este año denominado Oh No. Este álbum fue escrito en la casa de Jeremy Greenspan, miembro de Junior Boys, quien también lo produjo. Hyperdub, sello londinense, se encargó de lanzar el material.
En el 2013 ella saca su primer disco llamado Pull My Hair Back. Luego estuvo involucrada en dos proyectos paralelos. El primero fue un trabajo con Morgan Geist llamado The Galleria que el año pasado sacó un single de 4 tracks. Ella se encargó de las vocales de los temas. El otro fue una colaboración con Dj Spinn y Taso, dos de los referentes principales de TEKLIFE. El material denominado “You Never Show Me Love” es una bellísima e hipnótica canción influenciada por el R&B post Aaliyah apareciendo en un EP sacado por Hyperdub. Hay también un video musical oficial de la canción.
Jessy se mantuvo experimentando, mezclando sus sonidos con otra gente y ese tiempo invertido le dio las experiencias necesarias para lucirse en su segundo trabajo como solista. A mediados de mayo de este año salió a la vida Oh No, disco de diez perfectas canciones de un pop oscuro lleno de mezclas interesantes y texturas rítmicas diversas.
Quedan muy en manifiesto sus estudios en piano jazz y la manía de querer llevar eso a la electrónica. El R&B es infaltable y en ocasiones Jessy se pone friki y nos muestra unos sonidos obsesionados por la música japonesa, en especial la influenciada por los Yellow Magic Orchestra. Si no tuviste el agrado de conocerlos, googléa “YMO” y buen viaje. La obra de ellos es tan importante como la de Kraftwerk siendo pioneros en la experimentación de la música electrónica nipona en los setentas. Jessy arma un collage sonoro noventoso, en donde el R&B se mezcla con la esencia del acid house y nos retrotrae al pensamiento de una época que poco a poco va siendo explorada por los nuevos artistas de esta generación.
A pesar de resultarle bastante sencillo componer canciones que llaman nuestra atención a primera vista, Jessy Lanza tambalea a la hora de pensarse como hit. Ella parte de la premisa de jugar con el tempo alto e ir creando desde ahí. Sacó dos singles antes de la aparición del disco. La dulce y grimesiana canción “VV Violence” muestra el sufrimiento amoroso del amor no correspondido. Jessy recrimina: “You Say I do it all wrong / But You don’t even talk to me”. Y luego de expresar todo ese dolor, no responde dando la otra mejilla, sino más bien volviéndose más fuerte: “I don’t know you think you’re fooling / You’ll cower, You come up”. El segundo single fue “It Means I Love You“, y es uno de los trabajamos más notorios e insanos que ha realizado. El beat en 160, que poco a poco va subiendo el climax hasta transformarse en un movimiento delirante usando samplers de voces y un minimalismo super efectivo. “It Means I Love You” toma como sample a Nzdi Teke Riendzo de Foster Manganyi, canción de música devocional sudafricana. El video musical de “It Means I Love You” fue realizado gracias al apoyo financiero de MuchFact.
Oh No tuvo una muy buena recepción por parte de la crítica a pesar que por estos lares pasa desapercibida. Puede que se deba al hecho que Jessy está en los treinta y la mayor parte del público afín a estos sonidos tiende a buscar figuras más jóvenes como estandarte, como en Lorde o Halsey, quien la rompió en el Lollapalooza realizado en Argentina de este año. La pregunta es la siguiente: ¿Llegarán las hijas de la Internet en tener a Jessy Lanza como ícono de la movida? ¿Colgarán posters de ella en sus cuartos? ¿Será ella la responsable de expresar lo que ellas no pueden expresar? Son todas incógnitas que el próximo disco podrá responder.
Jessy Lanza – Oh No
2016 – Hyperdub
01. New Ogi
02. VV Violence
03. Never Enough
04. I Talk BB
05. Going Somewhere
06. It Means I Love You
07. Vivica
08. Oh No
09. Begins
10. Could Be U