Una serie de dolorosos infortunios (entre ellos muerte, hurto y mudanza), fundó esta épica. Quizás sin contar con el dolor como un inesperado punto de partida uno no podría entender la urgencia expresiva de La Gran Tortuga. Las creaciones musicales del trío, empoderadas en el mézclum acid-grunge-experimental-shoegaze, son tan contundentes como la necesaria fundación de la banda, un escape sónico a las vicisitudes de la vida vociferado desde la ciudad de San Pedro (a 60 kilómetros de la capital de Jujuy).
Inherente a su carácter de épica, la historia de La Gran Tortuga es tan fluctuante como los miembros que acompañan a su abanderado, Marcos Coronel, desde que visualizó sus canciones en formato trío en 2014. Hoy, materializando los años fundantes del proyecto en su primer EP, Velocidad, La Gran Tortuga forma con el Marcos Coronel como frontman, el baterista Marcos Plata (la segunda fuerza más constante de la banda) y el bajista Lucas Frías. A través de un asertivo uso de los espacios de comunicación virtuales, el disco forma parte del catálogo de los sellos Triple RRR Discos y Sin Tierra Discos. Junto con canciones del proyecto paralelo de Coronel, Los Seres de Protección, Velocidad también fue el lado A de la primera tirada de cassettes (hoy agotados) del sello Coronel que fundó junto a Sofia Pilar: Símbolo Records.
Símbolos, energías, espiritualidad, mortandad y cosmos son parte del imaginario lírico que endulza narrativamente a las explosiones guturales del sonido de La Gran Tortuga. Las demandas sensoriales que imponen desde el diálogo batería-guitarra-bajo nunca fueron destinadas al vacío: buscan movilizar. Atestiguar dichas construcciones en formato acontecimiento (ver como son desmenuzadas en vivo) comunica exactamente eso, fuerza expresiva, la calidad esencial que intento resaltar con estas palabras de aliento a La Gran Tortuga y los hermosos universos sonoros embebidos en noise que imponen desde el norte argentino. Es aquí donde nuevamente resalto el carácter de épica de semejante proeza, la experimentación sonora disonante desde los márgenes de un entorno cultural que tradicionalmente se satisface con coplas y rasguidos acústicos.
Velocidad nació en una sesión de grabación de seis horas a las que se les agregó una “entrada al portal” y un “final del círculo”, ingredientes infaltables en la clase de relato holístico que el trío erige compositivamente. Se inicia en un crescendo sensitivo que introduce primero a la protagonista principal de la obra, la guitarra de Coronel, para que esta se encuentre orgánicamente con su aliada, la tímida voz que hilvana narrativamente al resto de las canciones del disco. Desde esta primera intervención, que le da nombre al disco, se nos invita a la “autopista cósmica” que, con dinamismo, efervescencia y convicción, La Gran Tortuga construye en este viaje vertiginoso de poco más de 26 minutos (atemorizante bonus track incluido).
Con “La Gran Explosión” el resto de los componentes entra en acción, La Gran Tortuga deviene en lo que es: un atrapante universo de contundencia sónica. La estridencia rítmica que Plata sostiene con maestría desde su momento introductorio refleja el carácter fundamental de su involucramiento emocional en la banda. La fuerza de la canción con la que Velocidad construye a La Gran Tortuga desde “La Gran Explosión” resalta la visceral conexión emotiva que demandan el resto de sus producciones. Cuando menos, invitan al movimiento ascendente de cabeza que, en presencia de estímulos sonoros, es una involuntaria afirmación de placer.
Es en los pequeños momentos en los que el caos encuentra resolución o la paz deviene en un involucramiento expresivo detonante donde La Gran Tortuga exitosamente atrapa a su oyente. Es aquí donde lo impredecible se vuelve predeciblemente placentero, en los oasis donde se articulan componentes sensoriales supuestamente opuestos, como en los minutos que dan inicio y elevación a “Las Energías”, donde el movimiento de cabeza es ahora inminente. “Canción del Cosmos” respeta una similar estructura, apacigua, revienta, atrapa, pero en tonos un tanto más desesperanzadores. Dichas fluctuaciones son otra gran constante del erosivo disco, donde cada duda existencial se plantea y resuelve en un reverberante solo de guitarra.
La dulzura que constituye a “Goya” es difícil de apartar de la mente. En la mía, se aloja como un amable parásito que repite un patrón musical incesante después de cada reproducción de Velocidad. Sirve para abrir la paleta musical del trío, ya delineando el camino hacia al descenso final de la producción. Tanto lírica como compositivamente, “El Símbolo de Protección” sirve para cerrar el disco de manera cohesiva. Al complementarse con el bonus track, cortesía de las pesadillas de muerte y destrucción de Coronel, el disco llega a su cierre holístico. Con una imponencia sónica difícil de evadir, Velocidad logra materializar los requerimientos espirituales contenidos en cada acorde, nota y golpe percutido en sus minutos de expresión. Logra ser eso que, con humildad, proyectó ser un contrato de inmersión emotiva y sensorial que con urgencia y finitud irrumpe en lo monótono y genera un cambio.
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La Gran Tortuga se presenta en Buenos Aires por primera vez esta noche (5 de enero) en La Gran Jaime (Aráoz 832) junto a Los 1995, The New New, RUBBER y Niño Mercurio (evento en Facebook). También mañana (6 de enero) gratis en el doceavo Ciclo Sin Tierra (dirección privada) junto a Los Nubes, Contenti, Niño Mercurio y Lutos (evento en Facebook).
La Gran Tortuga – Velocidad
2017 – Triple RRR / Sin Tierra Discos / Símbolo Records
01. Velocidad
02. La Gran Explosion
03. Las Energías
04. Canción del Cosmos
05. Goya
06. El Símbolo de Protección