En su tercer trabajo discográfico de larga duración, la banda de folk oriunda de Buenos Aires propone un recorrido rutero con paisajes oscuros y riffs desfachatados.
Los Alamos entendieron que para llamar la atención en esta era hay que hacer ruido. Por eso primero, antes que nada, liberaron en la web un pequeño adelanto de lo que se venía. Una dosis de muestra para aquellos oídos dependientes de sonidos frescos y novedosos.
De esa manera, la banda dio a entender que tenía en mente sacar un álbum con la estética a la que nos tienen acostumbrados, pero de la que no abunda en las propuestas jóvenes de la escena argentina. Por eso, un poco gracias a las canciones de adelanto y otro poco debido a la necesidad de escuchar temas de su estilo, el grupo que ya pasó la década de vida logró captar la atención del público y generar la “manija” justa.
Pero antes de lo que se esperaba, la banda hizo otro movimiento estratégico y subió el disco completo a su Bandcamp. Luces Blancas, el tercer trabajo discográfico de Los Alamos (quinto si contamos el álbum que grabaron en vivo en Suiza más el EP del 2006, Emboscada) primero vio la luz en la red.
Luces Blancas está dividido en dos partes, como los clásicos discos de vinilo o los inolvidables cassettes. Lado A y Lado B, con cinco canciones cada uno, sirven para diferenciar dos visiones, dos momentos, dos historias dentro de un álbum que arranca bien arriba (con “Devorados por el fuego“, de riff pesado y redoble ranchero), y culmina bien abajo (con “El inmenso mal“, una canción desgarradora con un piano idem).
El segundo tema es el que le pone nombre al disco, y tiene todo eso que hay que tener para obligar a mover el esqueleto, con un ritmo bien folk marcado con guitarra acústica y estridentes pasajes de vientos a lo Beirut (¿será una premonición?).
Luego se ponen más crudos con “Me llaman así“; desfachatados con “One Divided by One“, una canción que lleva la arrogancia vocal de cualquier Gallagher; y “cuelgues” con “El Vendaval“, un tema que baja un cambio y deja lucir a un teclado que baila al vaivén del vals.
El Lado B sube la apuesta con “Se nubla la razón“, una tonada en inglés que rinde culto al reverb desde la voz de Peter López, su cantante. Y se supera con “Quemo mi bandera“, un tema de guitarras sónicas extraídas directamente del desierto.
Luces Blancas es, en su totalidad, un álbum corto (dura 41 minutos) e ideal para subirse al auto, agarrar la ruta y perderse en el sonido ranchero de estos seis jóvenes folk que, en pleno 2014, parecen gritarle a nuestros oídos: “¡Ojo! ¡estamos vivos y queremos hacerte bailar!”. Y van por buen camino.
Los Alamos – Luces Blancas
2014 – Cuatrero Records
01. Devorados por el Fuego
02. Luces Blancas
03. Me llaman así
04. One Divided by One
05. El Vendaval
06. Se nubla la Razón
07. Nuevo Lenguaje
08. Quemo mi Bandera
09. Deep in the Desert
10. El Inmenso Mal