Russian Red - Agent Cooper

A la búsqueda del hombre perfecto (representado en el personaje de Twin Peaks) se le suma la madurez artística, entre lo personal y lo musical, de Lourdes Hernández, la española tras el artificie de Russian Red, icono del indie ibérico.

Alejada del folk acústico de I Love Your Glasses (2008) y del pop cercano de Belle and Sebastian de Fuerteventura (2012), sigue en la línea de la evolución un sonido que parte del post-rock. Diez canciones en la que se dejan vislumbrar los ya conocidos giros vocales en una atmósfera de onirismo sintético, estridente y por momentos suavizados, en los cuales se nota la mano del productor Joe Ciccarelli (Beck, U2, The White Stripes, Morrissey), contando en la masterización con Emily Lazar (Vampire Weekend, Lou Reed, Bjork) y en la mezcla con Mark Needham (Bloc Party, Fleetwood Mac, Blondie). Aparece el hombre banda Brian Hunt (Templeton), con el que comenzó su carrera y el hacedor de su primer disco, en los distintos tipos de guitarreos. Juan Diego Gosálvez (Tuya) en la batería y teclados y también el guitarrista David Levita (Kaviar, Middleman) y el pianista Zac Rae (Yeska),

Ya en su último show en Buenos Aires (Boris Club, 15/01/13) se logró escuchar hacía dónde apuntaba, tal como lo hace en la portada del disco con esa metralleta bajo la mirada del artista David Gómez, sin dudas dejándonos pasmados con ese lado rockero de su carismática ternura y no como parte de una nueva faceta sino de acentuar quién es ella a esta altura de su carrera.

Siguiendo con ese sin temor de ser quién es, no duda en titular al disco y a las canciones de este con nombres masculinos de personas/personajes que amó/admiró de un modo u otro y que la inspiraron en su vida/carrera. Es entonces que “Michael P.” y “John Michael” dan un inicio de sonido ochentero, de atmósfera densa. Tal como en su primer corte “Casper“, la voz de Lourdes se resalta al bajar los tempos de las canciones, de esta manera logra el impacto junto a los estribillos. La enérgica, casi sucia, “Anthony“, nos remite vocalmente a su primera etapa sin delay de por medio. El pop de su etapa anterior se cuela con “Stevie J.“, emocionando con la guitarra acústica junto al bajo que dan un sonido de hit. En la misma línea pop de Fuerteventura, pero por momentos de sonido rock alternativo, esta “William“. De igual sonido, pero cercana a una balada rock, está “Alex T.“, en honor a Alex Turner.

Y es con las baladas que da calma a un disco intenso, como con la prima de las baladas de U2, “Xabier“, o la dedicada al poeta “Neruda“, cercana a Nick Drake o Tarantino; esos otros personajes a los que Lourdes ya les hizo un guiño . Al finalizar el disco aparece “Tim B.“, sí por Burton, en la que participa en el bajo Curt Schneider (Scott Thomas Band) y en la percusión Victor Indrizzo (Circus Of Power , Infant Sorrow , Magnificent Bastards). Una canción de comienzo sencillo y acústico que va tomando forma al paso de los segundos, sonando los demás integrantes de una banda. Sí, una banda… es que Lourdes no solamente puede brillar con luz propia, en forma de estrella; en este caso lo hace en forma de constelación dado a su evolución personal y musical.