Luego de la partida de los integrantes Adam Kessler, Connor Hanwick y Jacob Graham, Jonny Pierce le imprimió una nueva fuerza a The Drums, una sensibilidad cada vez mayor a sus discos casi solistas. Su resiliencia vino acompañada de un viraje tanto en su carrera como artista pop, como en su propia vida.
Si en su trabajo anterior, Abysmal Thoughts (2017), la puerta hacia la sensibilidad se abrió un poco, en Brutalism cada sonido se aúna para hacer de este su disco más personal a la fecha. Y aunque esta apertura confesional pueda implicar cierta luminosidad en cuanto al sonido, nada está más lejos en cuanto a las letras que siguen siendo melancólicas y sumamente profundas.
El brutalismo es un estilo arquitectónico en el cual se priman los materiales y las estructuras con la intención de darle un valor estético a los elementos desnudos, sin pintura ni elementos que disimulen su propia naturaleza. En Brutalism, esos materiales expuestos son los sentimientos y el (des)amor.
El quinto disco de los neoyorkinos es también su disco más corto, pero lo que pierde en duración lo gana en consistencia. Lo sintético se vuelve algo indispensable, sus canciones son cortas y concisas, de ritmo pegadizo, con sus característicos coros e intros de sintetizadores. Pero también hay espacio para baladas como “I Wanna Go Back” y “Nervous”, que hacen de la tristeza y la lentitud un aliado firme.
Antes del lanzamiento del disco, Pierce había adelantado tres singles: “Body Chemistry”, “626 Bedford Avenue” y por último “Loner”, el cual presenta un interesante despliegue de baterías electrónicas. En ellos se evidencia esta disposición hacia la introspección que tendrá todo el disco, en el que se prima más la percusión antes que las guitarras, por ejemplo, aunque ese pop con atisbos ochentosos se mantenga.
“Brutalism”, canción que le da nombre al disco, es un hit sólido que habla del amor profundo y también sobre perderlo, con una suerte de guiño a Joy Division con la frase “Our love is heavy and hard /Desire might be the thing that tears us apart”.
Desde el primer tema, “Pretty Cloud”, una canción electrónica armada sobre secuencias simples y la voz desnuda de Pierce, se puede anticipar de qué se trata este nuevo material: un compendio de pulsiones pop y lamentos en medidas iguales. Es valedero el hecho de que una banda luego de editar su quinto disco mantenga rasgos de su personalidad y su sonido, pero que también agregue nuevas texturas y sentidos a su música. The Drums logra eso en su quinto disco y demuestra que, aunque tarde, el camino del autodescubrimiento es fundamental para mantenerse vigente.
The Drums – Brutalism
2019 – ANTI-
01. Pretty Cloud
02. Body Chemistry
03. 626 Bedford Avenue
04. Brutalism
05. Loner
06. I Wanna Go Back
07. Kiss It Away
08. Nervous
09. Blip of Joy