Pasó más de una década para reencontrarnos con un disco de los Libertines. ¿Sus canciones siguen siendo himnos para la juventud condenada? Después de escuchar Anthems For Doomed Youth podermos responder que sí.
Un poco de nostalgia: Sus dos primeros discos fueron producidos por el guitarrista de The Clash, Mick Jones: Up The Bracket (Rough Trade, 2002), un álbum espontáneo y cerca del proto-punk, y The Libertines (Rough Trade, 2004), un disco más beat y hitero. Fue aquel segundo disco que les aseguró una masividad inesperada; por un lado la etiqueta revival que había sellado la industria y por otro, el público que volvió a disfrutar del sonido de la vieja escuela y a burlarse de esa escucha musical basada en la pertenencia a una generación… ¿Acaso la música tiene edad?
Sus canciones están basadas en estribillos pop dignos de himnos juveniles, fieles al legado Beatle. Por otro lado, en sus performances, expresan la rebeldía y el caos del punk inglés; en los vivos más cerca de los Clash y en la imagen más parecidos a los Pistols.
Athems For Doomed Youth (EMI/Virgin, 2015) es un disco que se muestra como un símbolo melancólico de una “juventud condenada” –que pasó los 30- y que no le importa el paso de los años. Sus canciones son himnos porque nos suenan conocidas; hoy abundan grupos de rock revival y muchos de ellos disfrutan del éxito gracias al camino iniciado por los Libertines. Hace una década, sus canciones eran realmente únicas.
Ahora, después de 11 años, algunas cosas cambiaron; el productor ya no es el ex Clash sino que es Jake Gosling, el mismo de One Direction y Ed Sheeran. Si bien las guitarras garage siguen presentes, no abundan las distorsiones ni la rabia de los comienzos. En “Heart of the Matter” y “Fury On Chambury”, el caos del punk clásico sigue vivo. Los coros inconfundibles de Doherty-Barat, tan sixties, continúan en “Fame and Fortune”. La canción homónima al disco nos recuerda a la canción del álbum The Libertines, “Music When the Lights Go Out”; pura nostalgia. “Iceman” y “Milkman Horse” son las canciones alegres del disco: folk rock que nos recuerda a los Byrds, aunque sí, más sucios y desprolijos, como diría Pappo.
La joya del disco es “You’re My Waterloo”, una balada oscura en la que escuchamos un piano y la voz desgarradora de Doherty diciendo: “Nunca vas a fumigar los demonios”, y más adelante fulmina: “Porque sos un sobreviviente, por más de una vida”. Esta canción es la sorpresa del disco. En el final, “Dead for Love” nos habla de un hombre muerto: “Y todo lo que él hizo, sólo lo hizo para el amor. Todo lo que ha dicho, sólo ha dicho para el amor. Y ahora, ahora yace muerto”, canta Doherty. ¿Acaso Athems For Doomed Youth es un grito de supervivencia?
Este disco afirma que The Libertines sabe componer canciones con extrema sensibilidad. Doherty es de esos compositores que escriben lo que viven; siguió los pasos del “Vive rápido, muere joven y deja un lindo cadáver” y aunque parezca increíble, it’s alive. Claro que con unos kilos de más y probablemente con más médicos.
Si bien no está a la altura del anterior, The Libertines, éste álbum es un paso fuerte en la carrera. La prolijidad sonora y la fuerza compositiva del dúo Doherty-Barat se destacan. A los himnos “Don’t Look Back Into The Sun”, “Can’t Stand Me Now” y “Up The Bracket”, se les pueden sumar “You’re My Waterloo”, “Anthems For Doomed Youth” y “Iceman”. Los británicos tendrán pocos discos pero mucha experiencia en escenarios. Con sus himnos demostraron que son de los pocos que saben reinterpretar la tradición del rock inglés.
The Libertines – Anthems for Doomed Youth
2015 – Virgin / EMI
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01. Barbarians
02. Gunga Din
03. Fame and Fortune
04. Anthem for Doomed Youth
05. Heart of the Matter
06. Belly of the Beast
07. Iceman
08. You’re My Waterloo
09. Fury of Chonburi
10. The Milkman’s Horse
11. Glasgow Coma Scale Blues
12. Dead for Love