Naturalizar el desamor. Naturalizar la soledad y la falta. No sé qué me llevó a hacerlo, pero desde hace seis años me acostumbré a pensar que quizás no existiría un nuevo disco de The Radio Dept. y nunca renegué con la idea. La supremacía con la que se posicionaban en mi vida los tres discos que hasta entonces completaban su discografía me parecía de un nivel de perfección tal que me atemorizaba el riesgo de sumar un nuevo elemento. En esa inconsciente operación naturalicé la falta, y en un nivel más significativo, la soledad y el desamor que acompañan a un mundo sin nuevos discos de The Radio Dept.
Con firmeza y pulcritud, el adorado dúo sueco intervino para sanar mi dolorosa y, no advertida como tal, urgencia. De una manera que sólo es justa a su usual jerarquía, supieron leer la situación y advertirla con exactitud en el título de su nueva obra: Running Out of Love (palabras que se dotan de una nueva e ineludible relevancia en el contexto político global reciente).
Los irresistibles singles que amenizaron la espera (o en mi caso combatieron la obstinada negación frente a la posibilidad de un nuevo trabajo), ayudaron a advertir que el retorno de la banda implicaba un cambio en las reglas del juego. Sintetizadores, consolas, y ese singular dote electro-pop que en producciones anteriores camuflaba sus anhelos upbeat entre nebulosas de distorsión onírica, tomaron primacía en el proceso compositivo de las canciones. Electrónica y beat son los calificativos más fáciles de asignar en este nuevo esfuerzo creativo de la banda que (en una situación que debato entre justicia poética e ironía) es su disco más líricamente asertivo y directamente político hasta la fecha.
Running Out of Love comienza con la ternura y la serenidad que demandaba la exaltación del hiato que prosiguió a Clinging to a Scheme. Un poco más de noventa segundos de armonías y ritmos tropicales entre guitarras y sintetizadores que parecen estar desperezándose, contextualizan la primera afirmación del disco. “There is nothing gracious about our kind” es la observación que introduce la amena y añorada voz de Johan Duncansson en el disco. “Sloboda Narodu”, el opener, puede leerse como una continuación o un lado B del single de 2014 “Death to Fascism”, la unión de ambas exclamaciones compone una consigna revolucionaria en croata: “Muerte al Fascismo, Libertad al Pueblo”. Aquella poderosa construcción semántica, sorprendentemente relevante a más de setenta años de su uso reaccionario, se completa con un Duncansson que al final de la canción se hunde en el (aún necesario) reclamo: “Freedom Now”.
La lírica belicista y los llamamientos a la unión que precede a la fuerza, se encontrarán en menor o mayor medida a lo largo del disco. Nunca de manera más prominente que en la inmensa “Swedish Guns”. En un acertado crescendo de intensidad, la segunda canción despliega sus armas: soltura y dinamismo en una sólida estructura rítmica downtempo. “We Got Game” enfatiza la nueva dirección del disco, sin inconvenientes podría formar parte del EP que lo precedió (Occupied, Labrador, 2015). Con prendidos beats y un tono más esperanzador ameniza el desafiante tono que el disco venía edificando. “Thieves of State” impone el abrupto nuevo descenso que requiere el segundo momento más trascendente del disco: “Ocuppied”. La canción, que protagonizó el lanzamiento que precedió al nuevo disco, es magnánima desde su inicio minimalista. Irrumpe con firmeza y edifica un ambiente sensorial donde emociones extremas como el miedo y la exaltación, el vacío y la contención, la curiosidad y la desesperanza coexisten en un contundente y movilizador espacio sonoro.
La segunda parte del disco retoma el cauce dream-pop melancólico característico del sonido de la banda en anteriores producciones. Según me gusta verlo, “Occupied” escinde la dimensión de urgencia expresiva de este complejo, multifacético y añorado universo compositivo en el que sabemos acogernos desde hace más de una década. “This Thing Was Bound To Happen” construye felicidad desde dulces y sensuales pilares armónicos. Es tan calma y jovial que sin inconvenientes disfraza una analogía armamentista en una promesa de amor. Junto a la canchera y explosiva “Commited to the Cause”, son las dos piezas prominentes de la segunda mitad del disco. “Can’t Be Guilty” se erige con solidez dentro de la zona de confort de los suecos: tenues matices, punzantes melodías y ese adictivo componente de añorada desolación. Son estos particulares elementos los que moldean el tema que da nombre al disco (que personalmente hubiera propuesto como opener de esta u otra producción) y los que, junto al componente más electrónico del primer conjunto de canciones, sintetizan la despedida de Runing Out of Love en “Teach Me To Forget”.
En un desesperanzador contexto histórico global [inserte aquí la causa que más lo moviliza entre todas las disponibles], The Radio Dept. se armó de valor y produjo su obra más osada en términos de conciencia social y activismo político. Intervenir en un escenario desfavorable, con un elemento tan noble como líricas y espacios sonoros que engendran emociones, recuerda que posicionarse de un lado de la contingencia u otro depende de la intensidad con la que se responda al llamado del amor. Running Out of Love no es más que otra prueba de que cualquiera sea la elección, esta debe construirse con fervor todos los días. En un mundo donde es tan fácil naturalizar el desamor, la soledad y la falta, The Radio Dept. nos recuerda que el margen de acción para ceder o combatir esas imposiciones se encuentra dentro de cada uno.
The Radio Dept. – Running Out of Love
2016 – Casa del Puente / Labrador
01. Sloboda Narodu
02. Swedish Guns
03. We Got Game
04. Thieves of State
05. Occupied
06. This Thing Was Bound to Happen
07. Can’t Be Guilty
08. Committed to the Cause
09. Running Out of Love
10. Teach Me to Forget