Parece que fue ayer cuando los chicos de Nueva York, Vampire Weekend, sacaban su primer disco homónimo con una visión muy distinta de lo que se venía haciendo. No fueron los primeros (ni los últimos), pero sin dudas fueron, para ese momento, la banda que se animó a incluir otros instrumentos y ritmos del mundo. El resultado era cautivante por todos lados. ¿Alguien podía resistirse a “Walcott” o a “Oxford Comma“?
Desprevenidos nos agarraron con Contra y fueron por más: con una estética más afianzada (el tío Wes Anderson seguramente guarda una copia de este segundo disco en su colección), nos entregaron un disco hitero, pegadizo, ese segundo disco que toda banda quisiera tener. ¿Y para el tercero, qué? No podíamos vislumbrar ni una pista del sonido de Modern Vampires of the City porque los dos anteriores guardaban bastantes diferencias entre sí y, otra cosa no menos importante, los chicos crecen. Y, generalmente, es bueno que eso pase.
El impacto de Modern Vampires of the City es casi instantáneo (como todos sus discos): no son requeridas muchas escuchas para (volver a) caer en el juego de los VW y reconocer que es su trabajo más ambicioso y que los coloca en otro nivel: los pibes juegan en las grandes ligas y este tercer disco entra directo al podio de lo mejor que nos dio este 2013, con medalla asegurada.
Doce canciones que se pasan rápido y de las que cuesta elegir los highlights. Llama la atención la manera en la que empiezan y terminan el álbum: “Obvious Bicycle” y “Young Lion” son muy dispares a las aperturas y cierres de sus discos anteriores. Sin embargo, la disposición de los temas no es un asunto menor (el debut quizás era un poco flojo en eso) y esta vez le dan con la tecla a cada uno de los doce tracks: acertada elección tras acertada elección. Imposible escapar del doblete “Unbelievers” – “Step”. Ni hablar de “Hannah Hunt” con su sucesor “Everlasting Arms” (personalmente, mi favorita), canciones que le suman el contenido emocional que en algunos pasajes de Contra faltaban: las letras demuestran un crecimiento (el pasado es una fuente de seguridad para el presente inmediato), la destreza con los instrumentos también.
¿Más maduro? Sí, pero igual de jóvenes y joviales. No debe haber situación que Vampire Weekend no pueda musicalizar: sus canciones son compañía en las buenas y en las malas (¡!), para cocinar, limpiar, en una reunión de amigos e incluso familiar, para una tarde de deportes, una cita y hasta para un after. Aunque Ezra Koenig (líder y voz de la banda) comentó en una reciente entrevista que estos tres discos conforman una trilogía, sabemos que lo que venga va a estar bueno. Si no podemos tener esperanzas con Vampire Weekend, ¿entonces con quién?
Vampire Weekend – Modern Vampires of the City
2013 – XL Recordings
01. Obvious Bicycle
02. Unbelievers
03. Step
04. Diane Young
05. Don’t Lie
06. Hannah Hunt
07. Everlasting Arms
08. Finger Back
09. Worship You
10. Ya Hey
11. Hudson
12. Young Lion