Lo que sabés de los Wavves es que metieron un par de temas en el GTA V, que Nathan Williams (la vanguardia del grupo) se come a la de Best Coast y que si existiese el consumo de CDs en disquerías, bien podrías confundirte la tapa de Afraid of Heights con el primero de los Arctic Monkeys.
Lo que sabés de Cloud Nothings es que son de Cleveland (¿lo sabías?), que están liderados por Dylan Baldi y que Here and Nowhere Else, su tercer elepe, fue de lo mejorcito del 2014. Serían la banda favorita de una novia ideal. Hay muchas minitas que fueron a Coachella este año y sin saber donde están paradas pudieron deleitarlos. Bueno, casi.
Lo que sabés de los dos es que existe una amistad entre los californianos y los de Ohio que en lugar de terminar en el envío indiscriminado de memes del gigoló en un grupo de Whatsapp devino en No Life For Me: nueve canciones en menos de media hora entre el vértigo punk-noise y la modorra indie.
El disco abre con una pieza instrumental de un minuto veinte (“Untitled I”) que transmite menos que TDA, pero es Lo-fi y es barato, zafa y si lo replicás puede que te convenza. Le sigue “How It’s Gonna Go”, tal vez la mejor elaborada del disco, una pieza garagera con sabor a T-Rex o a Tom Petty cuando escuchaba los Ramones.
“Come Down” tiene bien puestos los “uh uh uh” y te dan ganas de andar en skate si cubrís tus oídos con los auriculares conectados a tu iPod. “Hart To Find” arranca medio naif, como si fuese el preludio de una canción hecha por una banda de rock uruguayo pero progresivamente se va jactando de algún rasgo new wave. Onda igual que se queda medio corta, medio cover de Sumo ponele, pero detenete en “and I can’t miss you when I know it weakens all my mind”. ¿Imposible no amarlos, cierto?
El flamante albúm corta con otra pieza intrumental (“Untitled II”) para crear eso que los de Islingtong llaman “clima”, el intervalo, la necesaria pausa de un álbum veloz, dinámico, con filtraciones que van desde el pop Ziggy Stardust Style hasta el noise de OFF! de la gorrita Anthony Kiedies. Criterio: después del intervalo cobra importancia el Dylan Baldi Way, los synths y otras magias magras devenidas de artilugios electronicos. “Nervous” es como una interpretación de New Order hecha por Blink 182.
“No Life For Me” (la canción homónima) hace despegar nuevamente al compendio colaborativo, en unos años la va a hacer El Mató y todos van a delirar con sus vasos de litro. El disco cierra con un corte indie onda The Paper Kites (“Nothing Hurts”) y es como dejar a tu novia por mensaje de texto. Ahora bien, la obra completa puede promocionar, no será de lo mejor del año. Pero a fin de cuentas es un album crudo, con mucho ruido pero sin soberbias.
Por Sebastián Caraballo y Walter Sosa
Wavves x Cloud Nothing – No Life for Me
2015 – Ghost Ramp