Adrián Paoletti publica hoy, en plataformas digitales, la reedición de En la ruta del árbol en busca de la canción perfecta, el segundo disco de su carrera solista. Años atrás celebró el aniversario de Paciencia, su debut de 1995, con una edición en cassette y shows en vivo con invitadxs. Esta vez, el ex Copiloto Pilato convocó a una nómina de 24 artistas para reversionar las 24 canciones del álbum publicado originalmente en 1998: reunió a bandas y compositores de una camada más joven (El Príncipe Idiota, Srta. Trueno Negro) y otros que eran contemporáneos a la movida contracultural de fines del milenio pasado (Gori, Yul Acri, Estupendo).
En la ruta del árbol es un disco que se pensó extenso: dura una hora y varios de los temas son instrumentales. Lo grabó a sus 27 años, en una época en la que tenía dos trabajos: salía a la noche de trabajar en Quilmes y manejaba su Falcon hasta el estudio de Gonzalo Córdoba en Palermo a grabar, según nos contó en una entrevista previa. Las sesiones duraban hasta las dos de la mañana, pero sentía que estaba grabando su obra cúlmine (a pesar de las idas y vueltas que tuvo con su banda: tocan tres bajistas y dos bateristas distintos por sus sendas retiradas). El tiempo le dio la razón y la obra lo coronó como uno de los cantautores de culto de su generación. Vendrían muchos más discos (el más reciente es Me gustaba más cuando me querías, de 2017), pero En la ruta del árbol encierra el universo beat de Paoletti, con canciones simples y frescas, de imágenes casi fotográficas, que ponen a dialogar música y poesía.
A modo de anticipo de esta reedición, Paoletti publicó en los últimos meses tres reversiones de canciones del disco, cantadas por él pero con invitados: “Aprender es robar” junto a Ezequiel Araujo, “Contemplar” con Julio Moura, y “Monstruos” con Estupendo. Esas “autoversiones” quedan afuera del disco que publica hoy Cecilia Discos, donde todas son cantadas o interpretadas por lxs invitadxs: Paoletti acá no participa. A propósito de todo esto, volvimos a juntarnos virtualmente con el músico de Monte Grande.
¿Cómo surgió la idea de reeditar ese disco bajo la consigna de colaboraciones?
La idea era festejar los 20 años de la edición de este disco, en 2018. En el 2015, festejé los 20 años de Paciencia con un show en el que participaron bandas y solistas amigos interpretando en vivo versiones del disco. La idea original fue evitar la producción de un recital/festival con muchas bandas en vivo (cosa que tal vez, de todas maneras ocurra) y de paso hacer algo diferente. Al final la producción del disco se retrasó y recién ahora logré juntar todo el material. En la ruta del árbol… es como un disco doble: dura 60 minutos y tiene 24 canciones. Alguno de los 24 artistas que participaron, grabaron y mezclaron por su cuenta; otros grabaron en sus estudios y después fuimos a mezclar al estudio DDR en Mármol; y con otros fuimos a grabar y a mezclar a DDR.
¿Cómo fue la selección y convocatoria de colaboradores?
Es un disco al cual le tengo mucho cariño por lo que representa para mí en lo personal y en mi “carrera”. Las bandas que convoqué a participar de esta reedición son aquellas que en algún momento me demostraron afecto por el disco. “Tengo Paciencia y En la ruta del árbol, en busca de la canción perfecta en CD, Adrián. Qué hermosos discos” o “Uh, qué bueno que tocaste ‘Recompensa’, Adrián.” Invité a gente que disfrutó del disco, de sus canciones.
¿Hubo algún criterio en cuanto a canción asignada o cómo se dio?
Sí, hubo un criterio pero no podría decirte cuál. Fue un criterio muy caprichoso y personal. Algunos me respondían “yo quiero hacer tal tema”, de una, sin pensarlo mucho; a otros les ofrecía dos o tres canciones y elegían. Por ejemplo, pasó que hace unos años, Roberto (cantante de Atrás Hay Truenos) fue de invitado a un programa de radio y pasó al aire “Canción de Julio Verne”; entonces les propuse versionar esa canción.
¿Significa lo mismo hoy ser un artista indie que en 1998? ¿Qué pensás de la escena actual en comparación a la de aquellos años?
La escena actual es muy buena; la de hace 20 años también lo era. No sé desde dónde compararla, desde qué punto… Lo más obvio es el tema de la tecnología: internet, las redes sociales, que facilitan y agilizan la comunicación/difusión. También el streaming o “bateas digitales”, como las llamo, que te solucionan la cuestión de la edición del disco y su distribución. La tecnología también en el ámbito de la grabación de un disco: hoy podés grabarlo en tu casa, en tu computadora con muy buena calidad y con un costo mucho menor. Nosotros hace veinte años salíamos a la calle a pegar flyers/afiches con plasticola; íbamos a la puerta de los shows a volantear y grabábamos en portaestudios con un cassette de master. No teníamos otra opción. Paciencia, por ejemplo lo grabé con Gonzalo Córdoba en su Portaestudio Tascam de 8 canales; cuando grabamos En la ruta del árbol… en una grabadora Fostex, cinta abierta de 8 canales, no lo podíamos creer. Este disco “profesionalmente hablando”, no está muy bien grabado y está mal interpretado. Es un disco muy desprolijo, muy fresco, y eso es lo que me gusta.
De todas maneras creo que, con la tecnología y todo, continúa siendo difícil llevar adelante una carrera independiente. No creo que antes era mejor porque era más difícil y ahora es peor porque es más “fácil”, esas cosas. Siempre es difícil, siempre cuesta, siempre se hace un gran esfuerzo. En aquel momento era más novedoso, era algo inusual. Pero de nuevo está relacionado con la tecnología, con la época, con la llegada de las primeras fábricas de CDs al país. Por otro lado, como paradoja de la industria discográfica, en aquél entonces editar un disco de forma independiente era una “excepción” (ante la negativa de las discográficas a editarlo); hoy en día editar un disco de forma independiente es casi la “regla”.
¿Te considerás nostálgico?
No. Disfruto de recordar cosas del pasado de la misma manera que disfruto hacer planes. Estoy muy agradecido con todo lo que pude hacer y orgulloso de mis discos con todos sus defectos.
¿Tenés planes de presentación de esta reedición? Ya sea virtual o en vivo.
La idea de hacer el disco era evitar la presentación en vivo, pero es muy probable que igual ocurra. Además de la edición virtual voy a hacer una física en cassette. Aproveché la ocasión para editar virtualmente en formato “simple” tres versiones que había realizado con anterioridad: “Aprender es robar” grabada y producida por Ezequiel Araujo; la versión de “Contemplar” que produjo Julio Moura, y “Monstruos” que hicimos con Estupendo.
Escuchá la reedición 2020 de En la ruta del árbol en busca de la canción perfecta en plataformas de streaming.