Después de 13 años al frente de Las Ligas Menores, Anabella Cartolano publicó Sur, su primer disco solista. Grabado en un idilio célebre y errante, la cantante y guitarrista siguió el consejo de una amiga para ir a pasar dos semanas a Lago Puelo en la Patagonia, en una residencia artística en el estudio Sello Rojo, sin otro objetivo que el de poner fin a su bloqueo creativo. Este impulso no podría haber tenido mejor resultado: lo que eran un conjunto de tarareos en el aire terminaron siendo un disco hecho y derecho.
“Venía pensando que uno tiene un camino a seguir y tendemos a respetarlo, pero a veces vale la pena desviarse un poquito -cuenta Anabella en conversación con Indie Hoy-. En mi caso, eso fue tomar la decisión de irme 15 días con gente que no conocía. Tenía muchas notas de voz, entre ellas algunas canciones terminadas, de piano y voz o guitarra y voz, y otras que eran más ideas, borradores, algo cantado pero sin forma todavía. Y en Sello Rojo trabajan más que nada con eso que no tiene forma”.
Ese equipo de desconocidos que encontró en el estudio, Juan Barallobres, Lucas Avellina y Axel Noguera, se volvieron el tecladista, baterista y guitarrista de su nuevo proyecto. El trabajo con el grupo andino tuvo el juego como bandera y estandarte. “Mi pedido inicial fue que el proyecto sea algo lúdico -recuerda Cartolano-. Yo llegaba, les mostraba la canción, les contaba un poco de qué iba la historia como punto de partida. Nunca había hecho algo así y me encantó. Ir todos los días seguidos a grabar te hace tener la cabeza 100% ahí”.
Contundente y sin rodeos, Sur abre con “ABC.”, mezclando sintetizadores mínimos y sutiles con guitarras cargadas y una voz que dice (sin maldad) “no tengo tiempo para vos”. “Al acecho” y “Sobre querer” continúan con esta línea catártica, para frenar repentinamente con “Bandurrias”, un pasaje instrumental de piano en el que se escuchan a lo lejos los pájaros que le dan su nombre. Después de este recreo sin letras, la voz vuelve en un plan más sosegado y apacible. “Lo pensé un poco como una historia rítmica, donde alguien empieza contando las cosas muy de frente y después se calma“, cuenta Anabella.
El sur está imbricado en el entretejido de este proyecto mucho más allá de su título y locación. “Descarté mi nombre como título porque me parecía larguísimo -explica la cantautora-. Y el sur siempre tuvo mucho protagonismo para mí porque yo soy de Neuquén capital. También está presente de alguna manera una revista que se llama Big Sur que tiene cartas de Victoria Ocampo y siempre me gustó mucho”.
Obedeciendo a su clarividencia y astucia instintiva, Anabella y sus productores adoptaron una actitud de pensamiento lateral hacia los instrumentos del disco. El estudio se convirtió en un laboratorio donde los cascabeles, las baterías tocadas con las manos y el Omnichord -un teclado de los años 80- encontraron su lugar. Esta desenvoltura también se refleja en los veintiocho minutos de melodías dulces, sencillas y frescas que sostienen el disco.
“Lo más lindo fue haber descubierto una nueva forma de hacer canciones -reflexiona Anabella-. Creo que puede expresarme de otra manera en la música y explorar un lugar distinto al de Las Ligas. Eso fue lo más entretenido y también un logro que significa mucho para mí. Cuando hacés algo por mucho tiempo, ya sabés que lo podés hacer y no trae tantas sorpresas. Incluso aunque nuestra búsqueda de sonido con Las Ligas esté lejos de terminarse. Pero creo que si alguien escucha Las Ligas y después escucha mi disco, no sé si pensaría que es la misma persona, pero lo es”.
En ese sentido, la aparición de Sur fue una sorpresa tanto para los seguidores de Anabella como para ella misma. “Hacer un disco no era en absoluto el plan -admite-. De hecho, me acuerdo que recién después de la grabación, cuando lo fui a ver a mi viejo a San Martín de los Andes, en el auto le mostré las canciones y le dije: ‘creo que tengo un disco’. Creo que el mayor aprendizaje fue que a veces no es necesario tener definido un plan con certeza y súper organizado para hacer algo que funcione. A veces no hace falta pensarlo todo antes de empezar”.
Sin embargo, este logro no estuvo exento de desafíos. “Es lindo hacer otra cosa, pero yo tenía mucho miedo -admite Anabella sobre esta dualidad-. Teniendo una banda por 13 años, tenía bastantes dudas sobre sacar algo nuevo que sabía que era distinto. Por suerte, la recepción fue bastante linda, aunque hubo mucho llanto. Los mensajes que me llegaron eran muy sensibles. Eso me hizo dar cuenta que son canciones bastante íntimas, pero me alegra que sirvan para liberar eso que muchos tienen adentro“.
La fuerte interpelación que tuvo en sus oyentes, desde su costado más sensible, es un reflejo de esta franca disposición a transitar su mundo interior. Análoga a la variedad de estados de ánimo, en la tapa de Sur vemos a muchas imágenes de Anabella, cada una encapsulada en su propia acción. “Yo me imaginaba la tapa como tiras de negativos -cuenta-. No quería que se vea mi cara totalmente nítida. Y tenían que ser en blanco y negro, quizás porque me da la sensación de algo más sensible e íntimo. Tenía un proyector viejo, unas diapositivas y mi amiga fotógrafa Milagros Soria sacó las fotos en mi casa con proyecciones”.
Para crear los videos, Anabella unió fuerzas con Candela Treffinger, María Weiner y Julieta Gioibo, tres amigas y también artistas visuales. El clip de “Al acecho” continúa con la propuesta de la tapa del disco, mientras que en las visuales de “ABC.”, vemos cómo el teclado interrumpido de la canción se conjuga con imágenes de objetos que empiezan a romperse, desbordarse y quemarse lenta e irremediablemente. “Fuimos al panteón 6 del Cementerio de Chacarita, que yo no conocía y me encantó -detalla Anabella-. Tenía unas valijas antiguas de mi abuela, y a Cande se le ocurrió que pareciera que pesaban un montón, como ese vínculo del que habla la canción, para después terminar soltándolas”.
“Siento que todo en el disco, la grabación, la gráfica, los videos, todo se fue dando a su ritmo natural -concluye-. Aunque ahora me gustaría pensar en cómo generar una gráfica que se relacione con todas estas partes e hilar alguna especie de concepto, creo que lo lindo de hacerlo con amigas es que todo se puede ir hablando y, a la vez, tenés la confianza como para decir lo que se te ocurre sobre la marcha”.
Escuchá Sur de Anabella Cartolano en plataformas de streaming (Spotify, Tidal, Apple Music).