Entrevista, ensayo. Nota para radio, ensayo. Fotos, ensayo. Llamados por teléfono, más ensayo. Así es la vida de Alejandro Álvarez, Justo Scipioni, Ramiro Cremona y Francisco Álvarez, los cuatro miembros de Barco, en estos momentos. A poquísimos días de estrenar su último trabajo Era Es Será y de hacerlo solos en el Teatro Vorterix, la banda administra sus tiempos para llegar al día. Aparte de tocar todo su repertorio, con invitados especiales y sin descuidar la estética que proponen, Barco se prepara para dar, hasta el momento, su show más grande.
Por teléfono, el baterista Francisco Álvarez atiende. No usa el celular desde las dos de la tarde. “Dimos una nota, de ahí a otra, y después el ensayo hasta recién”. Se le perdona después de conocer cómo es la previa de un show importante.
¿Como llevan este ritmo de vida frenético de dar notas y ensayar y todo tan veloz?
A mí me cuesta un poco. Es difícil. No soy muy fan de las notas, pero sé que hay que hacerlas y me divierto haciéndolas. Mi divierto haciéndolo con los chicos. Pero así a este nivel, nunca nos había pasado de hacer tantas notas. Y es desgastante. Ir de acá para allá, cuatro notas por día, es un montón.
Se van a cumplir seis años desde que arrancó la banda. ¿Cómo ves todo este tiempo?
La banda la arrancó mi hermano Ale con Diego, el primer baterista, en mi casa. Después se sumó Justo en el bajo y después Rama en teclados. Después Diego se fue y ahí entré yo. Y ahora, seis años después de eso, estar presentando un disco en el teatro Vorterix es increíble. Mirás para atrás y decís “qué rápido que pasó todo”. Pero nosotros, igualmente trabajamos mucho para llegar hasta acá.
¿Sentís que hay una evolución en sus trabajos?
Sí. Este segundo disco, a comparación con el primero, fue hecho mucho más profesionalmente. Y trabajamos en un estudio a grabar en tres días las bases, después en otro estudio grabar las guitarras, teclados, las voces y después mandar a mezclar. El disco anterior se grabó por partes, grabábamos en estudios móviles. Todo hecho con menos plata, básicamente. Estamos trabajando con una discográfica que se llama Level Music y con MTS producciones. Ellos nos ayudaron a financiar el disco y también para llevarlo a mezclar afuera.
El encargado de la mezcla fue Héctor Castillo (conocido por trabajar con artistas de la talla de David Bowie, Björk y Gustavo Cerati, entre otros). ¿Cómo resultó eso?
Nosotros estábamos pensando qué hacer cuando arrancamos a pensar el disco. Y Héctor Castillo surgió en principio como productor. Hicimos algunos contactos pero no resultó. Así que decidimos seguir adelante, sin productor. Después, se nos ocurrió que por ahí podía mezclarlo. Le dijimos a la productora y ellos dijeron que iban a ver qué onda. Así que lo consiguieron. Y el tipo se copó y nos devolvió una cosa increíble. Aparte nos escribió un mail diciendo que se había copado con lo nuestro.
En una gacetilla de la banda se los presentaba como un grupo en el que regía el “buen gusto y el misterio”. Desarrolle.
El misterio porque vos podés ir a ver a Barco en vivo varias veces, pero todas las canciones son diferentes en todos los shows. No nos tiembla el pulso a la hora de cambiar cosas, aunque sean icónicas. Con tal de divertirnos más nosotros, sabemos que a la gente también le va a gustar. Y nosotros cada show lo vivimos diferente. El misterio nos puede llevar a cualquier lado, pero siempre a lo divertido. Y el buen gusto, porque con los chicos sentimos que tenemos buen gusto, y cuando juntamos ese buen gusto, se contagia al público.
¿Cómo recibieron la nominación a los premios Gardel?
Increíble. Yo, personalmente, no podía creerlo. No sabía cómo reaccionar. Fue algo que siempre vi en la tele, muy lejano, viendo a los músicos más grandes de Argentina. Y ahora estar ahí nominados, ya con eso estoy feliz. Y todos estamos contentos. Pero ahora queremos ganarlo.
¿Qué se puede esperar del show del sábado?
Van a haber muchos invitados, va ser divertido, vamos a tocar todo lo que tenemos, vamos a hacer unos covers, van a haber buenas puestas de luces y buenas visuales. Hay un buen equipo armado para este show.
¿Qué cosas lograron que Barco consiguiera esta popularidad y crecieran?
Principalmente, muchísimos shows. Fue una etapa en la que se tocó mucho en vivo. Porque antes de Antes del Desmayo (2014), la banda tocaba, pero ya cuando tenés el disco, te empiezan a llamar de más lugares. Metimos muchos shows, muchas salas de ensayo y se vio reflejado en este segundo disco que es un poco más humano, más orgánico. Y así fue creciendo, con mucho trabajo.
¿Qué sigue después?
Y después, queremos llevar nuestra música a todos los lugares posibles.