La música de BB Asul declama la fragilidad del desamor. Oriunda de Buenos Aires, Isabela Terán fue apadrinada rápidamente por Warner Music desde que enseñó la voz celestial y el carisma encantador que atesoraba muy dentro de sí. Con ese sello editó su primer álbum en 2021, Uwu, y así esparció por todas partes la fragancia y los colores de su fascinante collage de estilos que combina destellos del trap, R&B y dancehall en una sonoridad abrasadora.
Las siete piezas que dan vida a este repertorio traslucen su sensibilidad estética a través de una poética personal que, al mismo tiempo, traduce y prolifera vestigios de la cultura pop, el animé y lo alternativo. “Sentía que Uwu, que también es el nombre de mi primer tema, es una palabra que me representa mucho y está asociada con la depresión -cuenta BB Asul en conversación con Indie Hoy-. Me pareció que el único nombre que podía tener este disco era ese. Me gusta también que no es una palabra en concreto, es un emoji”.
La calidez de su disco debut suscita la creencia de que lo transitado hasta acá fue un preparativo a fin de consolidar la esencia del proyecto. Esto se debe a que el semestre inicial del 2022 no la agarró con los brazos cruzados. “Nos juntamos en el estudio con [el productor] La Finesse porque queríamos hacer una canción con bombo en negras con influencias de Dua Lipa y salió ‘Papi’”, afirmó la cantante veinteañera acerca de la colaboración con Chita que vio la luz a mediados de marzo.
Días antes de la presentación oficial de Uwu que tuvo lugar en La Tangente el sábado 28 de mayo, BB Asul publicó un nuevo single y advirtió que aun hay más por llegar. Producido por Evar, “Caminar” denotó la manera ecléctica que profesa trazando un espiral de emociones al servicio de alborear los días invernales con elegancia y osadía.
¿En qué consistió la producción de tu primer disco?
Fueron diferentes singles que salieron en diferentes momentos. Está desde el primero que hice en mi vida hasta ahora, así que tuvimos que elegir cuáles nos gustaban con una compañía detrás y toda esa cuestión. Es la primera etapa entera de mi proyecto. En la producción, cada tema fue muy distinto del otro. Unos fueron en la casa de un amigo con un micrófono, yo estaba probando qué me gustaba hacer mientras estaba escribiendo. Ahora es otra cosa, con estudio y haciendo las cosas más prolijas. Fue una decisión en equipo, me dijeron que ya era el momento y yo no la había visto así todavía, pero les hice caso porque les creo. Recién cuando estuvo el disco armado tomé conciencia de que todos los temas hablan de lo mismo y fueron escritos desde el mismo lugar. Es un disco porque significó una etapa.
¿Cómo describirías el concepto que distinguió esa etapa e inspiró las canciones?
El concepto del disco es un poco el tema de lo único que hablo: esa mezcla de amor y desamor al mismo tiempo, de los vínculos tan obsesivos y extremos. Y estilísticamente son parecidos, si bien se pueden reconocer varios géneros distintos, tienen muchos elementos en común porque los hice en momentos muy parecidos. Me pasa mucho que no me sale hablar de temas en serio, como hacer una canción sobre la represión policial por ejemplo. El desamor es importante, y lo hablo siempre desde mi posición. Hay artistas que se cargan al hombro luchas, que yo quizás puedo hacerlo fuera del arte, pero no me surge en mis canciones. Hace un tiempo canté en el cumpleaños de León Gieco, que tanto él como muchos otros de los que estaban presentes son artistas que han formado parte y son parte de movimientos sociales muy grandes. Con mi música todavía no me quiero cargar al hombro cosas que yo no hago.
¿Y el motivo de las distintas colaboraciones?
Al salir tan sueltos los temas, no hubo un planteo previo para elegir las colaboraciones del disco. Cuando tenía un tema, pensaba en quién me gustaría que lo cante. Desde mi visión, Taichu es una figura muy grande. Es una persona que llega a un lugar y la gente se enloquece. Es enorme y tiene una visión artística muy especial. Con Odd Mami pasó de que justo le mostré la canción y me dijo que quería estar. A Axel Fiks directamente le mandé si quería hacer un tema que sea así, le copó y lo hicimos. Y en cuanto a Blair, le envié el tema hecho y le dije que quería que estuviera ahí. Fue muy variado, siento que estaban muy destinados a esas personas en particular, no podrían haber sido otras. Me gustó que se haya dado de esa manera. Son artistas enormes que me permitieron figurar. Fue muy bizarro que les haya tirado una idea y aceptaran, me parece muy valorable esa actitud que tuvieron conmigo.
¿Cuál es el trasfondo poético de “1312”?
En “1312” me imaginé antes el videoclip que la canción. Y encima por la pandemia el video no se pudo hacer, pero me imaginé arriba de una moto con un noviecito, que no sé quién sería, escapándonos de la policía en un puente. Fantaseaba con la idea de que mi novio sea un chabón que siempre está a punto de caer en cana, siempre al límite de complicarse. Estar con alguien que experimenta ese tipo de adrenalina tiene algo de romántico. Hablo desde el privilegio obviamente, pero me da algo lindo.
Fue el tema que elegiste para la grabación de “La Trampa“, ¿qué podés contar acerca de esa presentación en el Centro Cultural Kirchner?
Fue una conjunción muy zarpada. A mí me pasa que de repente me juntan con artistas gigantes y no puedo creer dónde estoy. El caso de “La Trampa” fue eso: toda gente increíble dando performances increíbles. Con mi viejo [el músico y director de orquesta Alejandro Terán] decidimos ese tema, antes teníamos otra idea, pero era un inédito. Quizás en alguna otra edición, si es que se hace, haremos el otro. La verdad es que fue muy hermoso, hoy en día ni lo toco en mis shows porque no me termina de convencer. Pero con orquesta hizo que me vuelva a gustar, es otra cosa, una locura que me encanta.
A parte de esa experiencia, ¿cómo fue tu relación con la orquesta sinfónica a lo largo de tu vida?
Yo tengo un vínculo fuerte con la orquesta desde muy chiquita, pero siempre desde otro lugar, estando ahí. El escenario con la orquesta no me asustaba porque lo viví toda la vida sin cantar. Entonces se me sumó una actividad a algo que venía haciendo hace mucho. Uno piensa que es un desafío mayor cantar con orquesta, y en realidad es al revés. La orquesta se amolda a lo que estás cantando de una manera muy hermosa. También por los arreglos espectaculares que hizo mi papá. Cantando con pista tenés una cosa que no puede variar para nada porque ya está hecha. En cambio la orquesta es como esas almohadas que se adaptan a la forma de tu cabeza.
Por más que haya diferencias de edad y estilo, ¿cuánto sentís que hay del arte de tu papá en el tuyo?
Mi viejo es la música para mí. Toda la vida en mi casa hubo música muy diferente. Muchas veces porque él laburaba con bandas distintas y no siempre era lo que yo estaba acostumbrada a escuchar. En mi casa estaba la música disponible para mí todo el día, un cuarto lleno de instrumentos, discos. Y hablando de influencias, son todas esas al mismo tiempo. Todo mi cerebro musical está cortado con el cuchillo de mi papá en cierto punto. Por supuesto, tuve un montón de referencias más durante toda la vida. Fui a una escuela de música además. Tengo cerca a un montón de gente de mi generación que hacen música, pero hablo de tener una referencia en tu casa que sabe todo. Él fue quien me mostró el trap a mí.
¿Cómo fue eso?
Un día llegué a casa y el chabón me mostró El Doctor y a Tyler, the Creator. Cuando recién los descubrimos fue un momento muy especial, no lo podíamos creer. Él siempre me motivó para que empiece a hacer mis canciones. Me gustaba mucho Doja Cat, cuando no era un boom tan enorme, y le dije que quería hacer un cover de ella, pero él me aconsejó que no, que mejor hiciera un tema como ese. Me dijo: “hacé tu propia canción”, y yo le discutía diciendo que no podía, que no me iba a salir. Hasta que un día lo hice y no dejé de hacerlo nunca más. Él es una persona que tiene más de treinta años de carrera, y por el medio pasaron un montón de cosas. Siento que justamente algo que tiene muy a su favor, y a mi favor a esta altura, es que entiende todas las formas nuevas que suceden. No tiene prejuicios con la música nueva, que perfectamente podría tenerlos. Yo digo “puta” en mis canciones, y él va re contento cantándolas por todos lados. Soy muy privilegiada en tener a esa figura en mi vida. Ahora está fanatizado con el k-pop y me muestra bandas que yo no conozco. Yo en mi casa sigo escuchando los mismos temas que en 2010, volví a la obsesión de escuchar Black Eyed Peas y Beyoncé.
Volviendo a eso que decías de artistas que pertenecieron a movimientos sociales importantes. Al escuchar algunas de tus canciones se puede deducir que el feminismo es la lucha que cargás sobre los hombros.
El feminismo me crió y me salvó de un montón de cosas. Es parte de mi personalidad, de mi construcción. En mis composiciones está presente, no me puedo alejar de todo eso. Siento que mi proyecto, siendo una chica, y las cosas que digo y hago, no podría existir sin la lucha feminista. No existiría, o yo lo intentaría, pero no me llamaría nadie a tocar. Nunca. No sé si yo estoy ayudando al empoderamiento tanto como el empoderamiento me ayudó a mí para sacar mis temas y hacer mis cosas.
Parece recíproco. Por ejemplo, a la apertura del disco, “Fresh Prince”, se le puede adjudicar una connotación de empoderamiento femenino.
A las chicas les gustó un montón. Me la re sube, porque de repente la gente le encuentra significados a las canciones que quizás a uno nunca se le ocurrieron. Es una gloria cuando sucede. Lo más importante es que está la interpretación de los demás, y que te lo pueden decir. De hecho, en ese tema digo: “Soy una princesa con vos o sin vos”, que es una frase random que cuando se me ocurrió en mi cabeza no tenía ningún valor. Y siempre las chicas me hablan encantadas con la idea de empoderarse con respecto a los varones. Creo que si les sirvió para entender eso es un golazo.
Es una frase que varias pibas podrían haber usado como subnick del MSN Messenger en el pasado. En cierto sentido, tu música es un revival de la nostalgia dosmilera, el animé es determinante para profundizar en tus letras.
Yo tenía un tema de Nirvana. La parte de “Lithium” que dice: “I’m so ugly, that’s okay, ’cause so are you”. Siempre tenía ese nick puesto. Me siento un fruto de la televisión que se me ofreció durante mi infancia, como de la cultura pop de mi generación, siento que todos somos parte un poco de eso. Todas mis referencias son de Naruto, Sailor Moon o Sakura Card Captor. Todas las cosas que daban en Cartoon Network y en MTV cuando era chiquita. No es que yo decida poner una referencia al animé en mis canciones, es lo que tengo.
Conceptos del animé como “Waifu” al día de hoy empiezan a formar parte del universo cotidiano.
“Waifu” me parece espectacular. Es cultura. Internet y los pequeños grupitos y las cosas que nos han alimentado por años. Mi mirada artística está muy vinculada a todo eso. Es lo que me formó. Volvía del conservatorio y miraba Naruto. Entonces de alguna manera en el cerebro se mezcla.
BB Asul se presenta el sábado 3 de septiembre a las 21 h en el Teatro Xirgu (Chacabuco 875, CABA), entradas disponibles a través de Passline. Escuchá Uwu en plataformas de streaming (Spotify, Apple Music).