“Estamos muy emocionados de volver a Buenos Aires, ahora un poco más grandes, porque fuimos hace casi 10 años, yo creo que lo vamos a apreciar aún más”, dice la cantante y tecladista Victoria Legrand en conversación con Indie Hoy, en una llamada que contesta -entre giras- desde su base en Baltimore, esa ciudad misteriosa e inusual al noreste de Estados Unidos, que es también el hogar de cosas tan únicas, notables y disímiles como el director John Waters, la serie The Wire, y bueno, de Beach House, la banda que ella lidera, una de las más relevantes que ha dado eso que llaman el sonido dream pop.
Legrand integra, junto a su dupla, el multiinstrumentista Alex Scally, un proyecto de canciones que se abrió paso a principios de este siglo, y que con sus sonidos flotantes, y sus climas invernales y nocturnos, ya está estrenando su octavo disco de estudio, uno que los traerá a Buenos Aires por segunda vez el domingo 13 de noviembre en el marco del festival Primavera Sound. “Me acuerdo de ir en el auto y que Buenos Aires era hermosa, la arquitectura europea una ciudad muy romántica”, se entusiasma Legrand.
La dupla Beach House viene con un monumental proyecto bajo el brazo. El disco que están presentando, Once Twice Melody, viene cargado de particularidad: es un disco doble, que lanzaron en cuatro partes, compuesto en pandemia, grabado por ellos mismos, que los tuvo tan entretenidos como desbordados durante los momentos más álgidos del aislamiento, ensayando canciones con el mismo tesón en que experimentaron formas de autoproducción.
Acaban de publicar un álbum bastante ambicioso: un disco doble de 18 canciones que produjeron ustedes mismos en la pandemia y que les llevó un buen tiempo terminar. En una época de singles y formas más efímeras de consumir música, decidieron salir con un trabajo de proporciones monumentales que parece homenajear más bien al consumo lento, a la producción lenta…
Bueno, todo eso suena muy cerebral, yo creo que no trabajamos en ese nivel de pensamiento externo. O sea, sabemos que hemos crecido y que nos hemos vuelto más exitosos y que tenemos una hermosa base de fans que crece, y que nuestra discografía creció -ya son ocho discos-, pero creo que todas las veces que hemos empezado un viaje que lleva a un disco nuevo, siempre ha sido con cierto nivel de inocencia. Además, nosotros no somos una banda de singles, no tenemos hits ni nada de eso. Cuando elegimos una canción para presentar de nuestros álbumes, entendemos que es solo una puerta de entrada al disco. Creo que simplemente no tenemos esa clase de estrategia de marketing. Somos bastante apasionados, protectores, emocionales, pero nuestro pensamiento es buscar lo mejor del afuera, no la parte del negocio.
La primera vez que vinieron a Argentina, en 2013, tenían una visión bastante amarga sobre internet y lo que el marketing digital podía hacerle al arte. De hecho, son bastante reservados en su forma de comunicarse por redes sociales, aunque hace poco una canción de ustedes se viralizó en TikTok y los acercó a nuevos públicos. ¿Cómo es hoy su vínculo con las plataformas?
Bueno, todo esto se mueve muy rápido, todo el tiempo está cambiando. 10 años en internet son como mil años, así de rápido cambian las cosas. Creo que nuestra relación con las redes sociales se basa en entender que cada uno debe descubrir su propia identidad online, pensar cuán privado querés ser y qué querés compartir. Cuando empezó el streaming, me acuerdo que todos empezaron a ser muy cautos y a preguntarse si iba a hacerle un daño a la música. Pero la realidad es que la forma en que hoy se comparte la música puede ser muy liberadora. La gente puede descubrir cosas muy fácilmente. Hay cosas positivas y negativas, como en todo, pero al contrario de lo que mucha gente piensa de nosotros, no tenemos una relación negativa con internet. Bueno, una canción nuestra explotó en TikTok. Eso no lo hicimos nosotros, pasó totalmente por fuera de nuestro control y creo que es genial, significa que tenemos fans jóvenes. En realidad, es solo un ejemplo del poder, la velocidad y la magia de internet, de lo absolutamente aleatorio que es. Tenés que hacer tu pequeña casita interior y aceptar la locura.
Once Twice Melody es un disco especial por la forma en que lo hicieron, por sus proporciones y su ambición, pero también es el disco que los devuelve a las giras después de la pandemia. ¿Qué lugar simbólico sienten que ocupa en su discografía?
Todo lo que creás en tu vida sucede por todo lo que creaste antes, es una evolución natural. Empezamos a hacer el disco antes de la pandemia, teníamos una cantidad enorme de ideas para canciones y nos tomó más tiempo que cualquier otro álbum. Teníamos una lista gigante de posibilidades, así que sabíamos que era un cuerpo gigante de agua para nadar. Nuestra aproximación fue trabajar canción por canción, sin agenda, sin saber si la canción iba a estar en el álbum, solo trabajarlas una por una. Para marzo de 2020, cuando todo empezó a cerrar, dijimos: “bueno, ya empezamos este viaje, así que se ve que estaremos haciendo esto”, y así lo hicimos. Tuvimos suerte de tener algo intenso en qué trabajar, porque creo que mucha gente se sintió paralizada durante la pandemia, perdida o poco creativa. Nosotros teníamos esto y no sabíamos muy bien a dónde iba, así que creo que este disco encajó perfectamente en el momento justo en que le tocó existir. Fue afectado por la pandemia, pero ya estaba en camino. Alex se convirtió en ingeniero y desarrollamos más habilidades de producción. Nos hubiese encantado tener productor, pero creo que hicimos lo que nos sale mejor: comprometernos y volvernos locos. Fue una experiencia loca, psicótica y hermosa. Es un álbum largo porque fue un viaje largo.
Después de unos años de aislamiento creativo, ¿cómo se llevan con el regreso a los escenarios?
Fue increíble volver a las giras, era llorar y reírse al mismo tiempo, un éxtasis demente. Nuestro primer show fue en febrero en Pittsburgh y fue increíble. Estábamos preparándonos desde el año pasado, diseñando el show, pensando cómo debía sentirse, verse, así que salir por primera vez a un público de 2.500 personas fue genial. Todo el mundo pasó por un trauma durante la pandemia, te des cuenta o no. Que te saquen el contacto humano, el contacto físico, genera traumas. Ver los rostros de las personas es tan importante para los humanos, saber que hay otros y no sentirte solo, seas artista o no… Estar con otros, cantar, compartir comida, besar, son necesidades tan vitales para los humanos y nosotros estamos tan aliviados y encantados de volver estar en el escenario. También nerviosos, pero en un buen sentido. Fue shockeante porque pasamos un buen tiempo sin ver a más de cinco personas y luego fueron miles de un tirón. Es bueno saber que la vida volvió. Sé que fue un momento difícil y mucha gente perdió seres queridos, fue un periodo traumático y a veces no nos damos cuenta, pero duró años. El arte es vital para los seres humanos, fue hermoso volver.
En una entrevista reciente, discutían -un poco en broma, un poco en serio- sobre si ahora no tendrían que hacer un disco bailable. Después de un álbum así, ¿cuál es el siguiente paso? ¿Hacia dónde creen que se dirige la banda ahora?
Todavía nos sentimos un poco confundidos, pensamos en el futuro en grande y también en formas más discretas, en términos de energía e intimidad. Podría ser más electrónico o más íntimo, así también podríamos hacer shows más pequeños. Estamos en una encrucijada interesante. Yo creo que hacer este disco ambicioso de 18 canciones fue un emprendimiento tan épico que multiplicó las posibilidades del futuro. Ahora todo nos parece posible, podríamos ir en varias direcciones: cambiar drásticamente nuestros shows en vivo, hacer un disco enérgico y breve, o no sé… Sería raro hacer algo así de extenso de nuevo. También es cierto que no hay forma de materializar las ideas de la forma en que te vienen a la cabeza por primera vez, de conservar ese primer pensamiento. Si uno puede abrazar eso, eso es la libertad creativa, disfrutar el caos del asunto. Hacer este disco loco fue atravesar un caos y encontrar el camino de salida. El siguiente será diferente porque tuvimos una probada de lo lejos que podemos ir. Cuando rompés tus limitaciones, probás un bocado de locura. Ahora ya sabemos lo locos que podemos ser, así que veremos qué pasa.
Beach House se presenta el domingo 13 de noviembre en el festival Primavera Sound Buenos Aires (Costanera Sur, CABA), entradas disponibles a través de AllAccess. Escuchá Once Twice Melody en plataformas de streaming (Bandcamp, Spotify, Tidal, Apple Music).