Benito Cerati se encuentra en un punto muy particular de su vida. En noviembre saldrá su nuevo disco junto a Zero Kill titulado Unisex, en el cual dejó de lado a los productores de siempre para encargarse de la producción y trabajar con sus amigos. Con el plan de salir de gira y editar videos para todos los temas de la placa, Benito está listo para encarar esta nueva etapa desde otro lugar y totalmente reinventado. En la previa a la salida de su disco, tuvimos la oportunidad de charlar con él sobre sus influencias, su momento presente, el proceso de grabación de Unisex y muchas cosas más.
¿Cómo fue el proceso de grabación de Unisex en comparación con tus discos anteriores?
Fue bastante distinto, en principio porque fue la primera vez que me encargué yo mismo de la producción. Antes estuve co-produciendo y fue un cambio muy grande cuando me animé a tomar el control. En Unisex se siente la conexión que tenemos como banda, estamos afianzados. Decidí desechar a los maestros, fue todo armado con personas de mi edad que recién arrancan, lo que no quiere decir que no sean buenos. Es un disco impulsado por gente joven, nuevos talentos que fui encontrando. Tanto en el disco como en el vivo fue todo una experiencia muy enriquecedora y distinta.
¿Creés que esto hizo que el sonido sea diferente a Trip y Acid Head?
Es una reinvención total. Fue muy distinta la manera de componer y de encarar el disco. Mi segundo trabajo estaba más enfocado en la canción, comparado con el primero que era una mezcla de cosas. En “Siglos” hice un cambio total, quise hacer otra cosa, hablar de otros temas. Hay muchas diferencias entre este disco y los anteriores. Encontré un nuevo sentido a por qué hago música, uno diferente al que tenía en el pasado. Unisex tiene una cosa más social y personal, quiere comunicar algo a la gente y el público. Ya no lo hago por mí, se expandió mi propósito de hacer música.
¿Cómo empezó el proceso para este disco?
Siempre empiezo componiendo solo y haciendo las maquetas de las canciones, después lo llevo al estudio y todos aportan haciendo sus arreglos. Hay una dinámica buena y siempre estoy abierto a la experimentación y a cambiar la estructura de los temas. Una cosa que destaca a este álbum es que dejamos lugar a la experimentación del momento y se pueden escuchar errores técnicos. Fue mucho más relajado y no tan sobre-producido, lo disfrutamos mucho y quise que eso se note en el producto final.
Se te ve en los medios o en las redes sociales hablando de política o sexualidad. ¿Esto lo incluiste a la hora de componer el disco?
Sí, en Unisex las letras están antes que la música y lo visual; lo visual lo estoy armando ahora, las letras son más viejas. El disco conceptualmente es una mirada utópica en la que ya no existe el género, un momento liberado de la etiqueta hombre/mujer. Muchos lo confunden como que yo quiero celebrar la diversidad de género y en realidad creo que nos falta mucho para eso. Es muy utópico, falta mucho por hacer.
Te despojaste de algunas etiquetas y prejuicios. ¿Cómo fue volver a grabar al sacarte esas etiquetas?
Desde que compongo nunca me restringí a nada, en toda mi música eso se puede ver, siempre hice lo que quise. Lo que sí me pasaba era que tenía dificultad para defenderlo porque había mucho ataque. Uno crece y también empieza a ver las distintas perspectivas de la gente, te volvés más empático y entendés de dónde viene todo lo que te dicen. Algunas críticas te hacen pensar y te hacen ver que tal vez hay cosas que estás haciendo mal. Pero también hay otras que solo se basan en formas de vida o construcciones culturales y ya no me afectan tanto. No entro en el círculo vicioso de defenderme y estar atacando, eso te hace perder tiempo y no terminás haciendo nada ni por vos ni por el otro. Es algo que aprendés con la vida si sos lo suficientemente abierto, estoy en ese proceso pero no quiere decir que no se me zafe la cadena por algunas cosas.
¿Qué significa para vos el título del disco?
Desde chico me sentí unisex, en el sentido en que no hay algo inherente en mí que me haga sentir de un género u otro. “Unisex” es una palabra significativa, no se trata de sexo o de ropa, nada es inherente a nada. Está muy arraigado culturalmente que hay que ser de tal forma, incluso dentro de la cultura pop está definido que existe cierta manera de hacer las cosas como un hombre o como una mujer; pero si sacás la cultura, no hay diferencias. El hombre no es violento, la mujer no es sumisa, no hay nada que no podamos cambiar, lo cultural y lo social lo crea el hombre. Hay que borrarse el chip de otra época, lo que está pasando culturalmente es muy grosso, nos estamos cuestionando algo que creímos era de tal manera durante mucho tiempo. Tiene que suceder este cambio, de ahí viene Unisex y esa mirada utópica del mundo.
El primer sencillo “Siglos” acaba de salir hace muy poco. ¿Es un adelanto de lo que vamos a escuchar en el disco?
No, es un primer sencillo que confunde. Es muy acústico, muy soft y hay una mitad del disco que tira para ese lado pero no es la totalidad. Hay mucha guitarra, tomamos bastante de la escuela del rock y abandonamos casi todo lo electrónico, hay dos o tres temas así nada más. Es como un híbrido, parece como una banda country, por momentos parece Björk. Está muy bueno porque logra como una cohesión, sigue una línea, no es tan bipolar como los otros dos discos. Cuando compongo decido de antemano los instrumentos que voy a usar y sobre lo que voy a hablar, me pongo pautas para que el disco tenga coherencia. Sino puedo pasar de orquesta a house… Aunque no estaría mal hacer un disco así en otro momento.
Se te ve muy directo y sincero a la hora de opinar en los medios o redes sociales, lo que muchas veces trae polémica. ¿Qué es lo bueno que podés sacar de toda la polémica?
Ser uno mismo. Hoy en día decir lo que uno piensa parece que es polémico, al final parece no hay democracia. Te dicen “hablá de lo que quieras” y una vez que dijiste algo se transforma en polémico. Por más que haya democracia, la gente no está acostumbrada a escuchar. No se toma el trabajo de analizar por qué el otro piensa de tal manera. Me ha ayudado a ser mucho más empático y a evolucionar bastante. Al estar en el ojo público te sentís en autocrítica permanente, no a nivel obsesivo pero te preguntás “¿a quién le estás hablando cuando opinás?”, “¿está bien o está mal?”. Las redes sociales hacen que la evolución personal sea mucho más rápida que antes. Yo soy de esas personas que vive cuestionando las cosas, no reprimo ni me prohíbo nada pero lo cuestiono. Aprendés a aceptar y a vivir más, podés tener una utopía en la mente pero si te estancás ahí no haces nada. Todos estamos atravesados por la cultura y hay que ir cambiándola de a poco. La gente también tiene miedo, yo tengo miedo de mis propios cambios. Cuando hablo de cambios que me gustaría ver recibo mucho ataque. A veces puede ser que diga pavadas pero otras hacen notar lo reaccionario de todo. Internet es un reflejo de la vida cotidiana.
¿Qué artistas te inspiran para hacer tu propia música?
Ha ido mutando, no tengo ningún artista que me guste todo lo que hace, siempre hay algo que no me convence. Nunca fui fan de nada pero sí tengo muchas cosas que me llegan. Los primeros dos discos tienen muchas influencias en común, muy trip hop. En mi casa siempre se escuchó mucho, muy ’90, muy Bristol, el drum ‘n’ bass de esa época, no el de ahora que es medio dubstep; esa cosa más ambient, space rock, todo eso me encantaba. Para este disco fue un cambio radical, me influenció escuchar Nirvana, Smashing Pumpkins. Sigue siendo ’90 pero la otra cara grunge, quise hacer algo más sucio y no tan climático y atmosférico. No voy a decir que éste es mi mejor disco porque creo que todos me marcaron de alguna forma.
¿Tenés algún artista contemporáneo que te guste?
Me gusta mucho el primer tema nuevo que sacó Lana del Rey, “Marine Complex Apartment”, el segundo que dura como nueve minutos está bueno pero no sé si la estructura está tan buena como para que sea tan largo. Valoro la intención pero no lo hubiese estirado tanto. Me gusta igual la idea porque es re anti-marketing, está en otra, me copa que gente del mainstream se anime a hacer algo distinto. También me gusta Grimes, estoy muy pop últimamente. Siempre fui bastante popero pero no cazaba mucho el mainstream. Troye Sivan también me gusta mucho.
¿Qué pensás de la escena argentina local? ¿Te gusta algo de acá?
Sí, creo que hay una renovación pero aún necesitamos más variedad, siguen siendo bandas de “chabones” las que están adelante. No quiere decir que no hagan música buena pero tenés un montón de mujeres en el under luchando por salir adelante y ellos están tapando todo. Están Marina Fages, Marilina Bertoldi, es un remo constante. No estoy diciendo que las bandas de “chabones” no la remen pero siempre sale a la luz algo así, lo pienso desde un lugar social. Usted Señálemelo me gusta, tocan muy bien, Louta tiene muy buena presencia escénica… Hay cosas que están buenas, pero se le debería dar más bola a cosas distintas.
¿Qué planes te esperan para el resto del año luego de la salida del disco?
Ya estamos girando con el nuevo material y hasta el año que viene no paramos, vamos a tocar donde podamos. Ahora acaba de salir el segundo corte, “We Can’t Get Along”, la antítesis total de “Siglos”. Es todo lo contrario: el disco es luminoso y soft, muy acústico, y éste es en inglés, electrónico y oscuro. Después sacaríamos otro corte y después en noviembre el disco. El plan es seguir tocando y cada mes sacar un video para las canciones del álbum, todos los temas tienen video.
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Unisex, el tercer disco de Zero Kill, sale el 26 de noviembre.