Es inevitable que un nombre como Buenos Vampiros no remita al cine de terror. Dueña de un sonido monstruoso donde el misterio y la intensidad son elementos esenciales, la banda marplatense construye sus canciones como si fueran relatos escalofriantes.
Hay imágenes dotadas de agresividad como la bestia malvada que alude “El perro”. El paisaje apocalíptico que pinta “Tanques de guerra” parece surgir de una pesadilla sofocante. Y por supuesto, la idea de encontrar algo sobrenatural al salir a caminar que celebra su hit “Paranormal”. Entre atmósferas oscuras y distorsiones filosas, Buenos Vampiros trasluce una sensibilidad darky que hace temblar el under a diestra y siniestra.
Aclaración: esto no quiere decir que Buenos Vampiros sea como Misfits, ni ninguna otra banda de horror punk. No es horror gráfico al cien por ciento, sino más bien una fascinación hacia lo fúnebre, gotas de tinta negra para entenebrecer los más profundos sentimientos. Con una poética lúgubre y melancólica, la agrupación opta por canalizar las penumbras de manera más sutil, como las flores muertas que se marchitan en “14 de febrero”, o la carretera que evoca una amenaza vampiresca en “32”. Además, el tamiz gótico de sus atuendos sobre el escenario, en sincronía con sus distintas fotos en cementerios, refuerzan la potestad de imaginar una sensualidad de ultratumba que subyace a su propuesta.
“Hoy en día, el terror es básicamente todo para mí -cuenta la cantante y guitarrista Irina Tuma en conversación con Indie Hoy acerca de su colección literaria-. En mi biblioteca tengo algunos libros de Edgar Allan Poe, tengo La profecía, tengo otro que habla de cómo hacer un exorcismo. Hay Stephen King, Stephen King y más de Stephen King. Hay desde Lovecraft hasta Mariana Enriquez”. La artista también reconoce que es muy fan de todos esos tipos de sonidos y canciones que te llevan a un lugar un poco más sombrío.
Sin embargo, no siempre fue así. En su niñez, Irina era presa del miedo, en especial ante la presencia de Chucky, el muñeco maldito. No obstante, su percepción del horror cambió radicalmente gracias a una amiga apasionada por el morbo. Durante sesiones de cine en la espeluznante casa de su amiga, donde incluso practicaba el juego de la copa, Irina solía taparse los ojos para protegerse de las escenas más aterradoras. Intrigada por su valentía, un día le preguntó cómo hacía y ella le enseñó una técnica peculiar: “Me dijo que se sentaba arriba de las manos y estaba así toda la película. Así que empecé a hacer eso, y de repente, nunca pude dejar de mirar”, recuerda.
“Siento que el terror y el miedo son algo muy particular de cada uno. Hay absolutamente de todo: fantasmas, exorcismos, gente que está re loca y se mete en las casas, niños psicópatas, animales que resucitan, criaturas inmensas que atacan por debajo del agua. Siento que el terror es muy amplio, por eso me parece que es un género increíble, y para mí, el mejor género de todos”, concluye la artista.
Pero, ¿cuáles son las fuentes de inspiración detrás del conjuro estético de la banda? Antes de su presentación este fin de semana en el festival Mar del Pop, desafiamos a lxs integrantes de Buenos Vampiros a profundizar en el lado más tenebroso de sus preferencias y revelar sus 5 películas de terror favoritas.
La masacre de Texas
1974 – Dir: Tobe Hooper
“La masacre de Texas me parece una de las mejores películas de terror porque no hay un trasfondo -cuenta Irina Tuma-. La primera salió en el 74 y no te cuentan la historia de nada ni de nadie. Son simplemente unas personas que yendo a Texas, se pierden, levantan a alguien y se va todo al carajo. Hay un aviso antes de que suceda todo: un personaje que se sube a la camioneta, se corta la mano y marca las fotos de ellos con sangre. Eso me parece una locura, es una alerta que te hace saber que va a ser una película súper violenta”.
“Lo que más me gusta, aparte del principio, es el final. Me sentí identificada en un montón de momentos de mi vida con esa escena. Es habitual cuando uno tiene mucho miedo, o queda un poco traumado, empezar a reír. La primera vez que vi la película y vi ese final, dije ‘no puede ser, no puede terminar así’. Me atraen los asesinos seriales, no porque avale lo que hacen, sino porque me llama demasiado la atención la mente perturbada del ser humano, ¿cómo alguien llega a hacer esas cosas?”.
“Leatherface es mi villano favorito, después viene Freddy Krueger. No hay trasfondo, no hay ningún mensaje, no hay nada. Es solo violencia, violencia y pura violencia. Justamente era lo que venía pasando mucho en esa época, y después de eso vino el revival de asesinos seriales en Estados Unidos y en muchísimas partes del mundo también. Pero bueno, ahí fue un boom, hay millones de slashers y es una locura que todo viene de esta película”.
Los pájaros
1963 – Dir: Alfred Hitchcock
“Me acuerdo el momento exacto cuando vi The Birds por primera vez -cuenta la bajista Luana Giobellina-. Tenía 10 u 11 años y me causó mucho, mucho miedo. De hecho, tuve unas cuantas pesadillas después de verla. Lo que me gustó mucho es que Hitchcock juega con algo que es tan simple y tan cotidiano como son los pájaros y genera un miedo colectivo, una desesperación que me fascina. Más que cualquier cosa fantasiosa, algo que es más cercano como los pájaros, me parece muy increíble. Es una obra de culto clasiquísima que seguramente todos vieron y todos tienen que ver. Como cualquier película de Hitchcock, The Birds es increíble”.
Aquella casa al lado del cementerio
1981 – Dir: Lucio Fulci
“Lo que más me gusta de esta increíble película de Lucio Fulci es la música de Walter Rizzati -cuenta el guitarrista y cantante Ignacio Perrotta-. Aquella casa al lado del cementerio dialoga estrechamente con la literatura de Lovecraft. Una pareja es asesinada y en el futuro se muda una familia. El hijo empieza a ver una pintura y ve a una nena que le dice que no se mude a la casa porque había algo extraño ahí, algo sumamente malo. Esta sugerencia le llama la atención, y descubre que solamente él es quien puede ver a la nena. La historia me mantiene muy enganchado, no me da mucho miedo la verdad, pero es bastante entretenida, por eso la quiero recomendar”.
Rojo profundo
1975 – Dir: Darío Argento
“Para mí, una película de terror es realmente buena y completa cuando el soundtrack tiene muchísimo que ver con lo que vos estás viendo, o si después escuchás la canción por fuera y te lleva a esa película -cuenta Irina Turma-. En este sentido, dos directores muy importantes y muy increíbles son: Lucio Fulci, porque el soundtrack de Aquella casa al lado del cementerio a mí también me parece impecable, pero bueno, en esta oportunidad me decidí por Darío Argento“.
“Elegí Profondo rosso, que también pertenece al giallo, un subgénero de terror italiano. Lo que me gustó mucho de esta película es que el asesino es alguien que está al lado del protagonista todo el tiempo y que no te lo imaginás realmente. Cuando el chabón escucha desde abajo el grito, ve a la mujer, sube al departamento y ve una cara de alguien ahí, que parece que es un cuadro, porque la casa está llena, y de repente, no ve a un cuadro. Eso me parece increíble. Darío Argento es uno de mis directores favoritos, porque desde que empezó a hacer películas hace un millón de años, hasta hace poco que sacó una que se llama Dark Glasses, es un 10 en todo lo que es él con ese estilo tan suyo“.
“Destaco mucho la música en su filmografía. Claudio Simonetti me parece que es un genio de los genios. La orquesta Goblin sabe llevar muy bien esa música infernal. No creo poder vivir sin el terror, aunque a veces siento que ya no me da miedo casi nada. Pero bueno, una película de terror no es necesariamente algo que te tiene que dar miedo, y al mismo tiempo, me dan miedo otras cosas que por ahí no hay en el cine. La clave es tener imágenes y sonidos que se quedan grabadas en tu mente para siempre”.
El inquilino
1976 – Dir: Roman Polanski
“Polanski es uno de mis directores favoritos, y esta en particular me fascina porque él la protagoniza -dice Luana Giobellina-. Básicamente, sucede casi todo en un solo edificio, o una habitación. Además, también está El bebé de Rosemary y Repulsión que, junto a esta, conforman su trilogía de películas que transcurren mayormente en un espacio cerrado”.
“El inquilino tiene mucho humor negro. Te reís pero a la vez te da mucho miedo, porque es muy perturbadora. Refleja muy bien el descenso a la locura, la idea de entrañamiento, y la obsesión con una persona muerta, con una persona que vivió antes en el mismo lugar donde vivís. También habla mucho del conventillismo de los vecinos y todo el chusmerío que se va armando alrededor”.
“Está todo muy bien construido para que te vayas preguntando de a poquito qué está pasando y qué fue lo que pasó. A lo largo de la historia, el protagonista se va encontrando con pequeños detalles que reflejan su propia paranoia. Ni hablar de la fotografía y la forma en que está filmada, es muy linda y me encanta“.
Buenos Vampiros se presenta el sábado 3 de febrero desde las 17 h en el festival Mar del Pop en Brewhouse Puerto (Diag. Garibaldi 4830, Mar del Plata) junto a Juana Molina, Benito Cerati, Nina Suárez y más, entradas disponibles a través de Articket. Escuchá Destruya! en plataformas de streaming (Bandcamp, Spotify, Tidal, Apple Music).