Fransia es una artista que, como la vida misma, tuvo sus cambios. Empezó su camino musical en 2018 junto al productor Ignacio Albani, con quien grabó una trilogía de discos de pop glamoroso, nostalgia y pasión. De ese tiempo a esta parte, con el último álbum ya terminado, Ignacio decidió irse a Barcelona y Fransia encaró el liderazgo de su proyecto con una gira por América y Europa, que el jueves 1 de agosto tendrá su gran cierre en Niceto Club.
Allá presentará Vida real, el disco publicado a fines de 2023 por el sello catalán Costa Futuro en donde la artista argentina nos transporta a un mundo en donde el baile y dulzura se entremezclan y llenan la música de brillo. En estas nueve canciones, Fransia nos envuelve en un sueño noventoso guiado por una voz íntima y transparente que conecta el amor y los medios de forma sutil, en noches que parecen murmurar palabras en francés.
Recién aterrizada, como susurra la primera canción del álbum, Fransia habló con Indie Hoy sobre cómo está viviendo hoy el proyecto, qué sintió cuando se enteró que sus canciones musicalizaban un H&M en Egipto y cómo se enfrenta a la normalización que está sucediendo en la industria: “Yo creo que a veces te la tenés que jugar“.
Desde que debutaste con Fransia en 2018 hasta el show que te espera en un par de días, construiste un proyecto que fue marcando la escena musical. ¿Cómo viviste ese camino?
Ese camino tuvo muchísimos cambios. Primero, el formato: nosotros empezamos siendo un dúo con Nacho y después Nacho decidió irse a vivir a Barcelona. Terminamos el último disco y él se fue. Entonces de repente me enfrenté con que tenía que seguir sola, y eso me movió un montón de cosas. Por suerte fue superador, ahora soy líder del proyecto, llevando adelante también a la banda con la que me presento. Creo que lo que pasó me dio mucha fuerza y mucha independencia para poder empezar a componer de otra manera. Una va cambiando con el proyecto a medida que crece, porque el proyecto crece con vos, con tu banda. Yo tengo visiones que fueron modificándose y evolucionando a medida que yo fui modificándome y evolucionando, y eso es parte de crecer. Siento que si vos no crecés como artista, tu música no crece tampoco. Estar en constante cambio es un desafío, implica una vida un tanto vertiginosa, pero es hacia donde te empuja la música.
¿Cómo dirías que aparece ese cambio en tu último disco, Vida real?
Yo venía de Mundo virtual, que es un disco súper conceptual, abstracto, metafísico por así decirlo, con una bajada muy metafísica. Me comí ese flash en ese disco. Y ahora con Vida real, hubo una necesidad de mostrar un poco más de mi verdadera personalidad, que yo escondía detrás de toda esta data más universal. Creo que a veces es más difícil estudiar, pero también es más fácil esconderte detrás de los conceptos, porque es difícil hablar de lo que verdaderamente una siente. En Vida real empiezo con la frase “Recién aterrizada”, y es como si yo aterrizara a la vida real y quisiera comunicarle a la gente lo que para mí significa eso, la dificultad que implica hoy vivir, tratando de codificar hacia quienes puedan sentirse identificadas con ese viaje de las canciones…
Una forma de acompañar los días con tus canciones…
Sí, de manera embellecedora a través de la música, para mí es una bendición.
¿Encontrás algo catártico en hacer lo que hacés? ¿Sentís que la música puede ser esclarecedora?
Sí, yo siento que la música sublima. Y yo soy mi primera fan, me gusta mucho la música que hago. Siento que este álbum quedó muy lindo, las canciones tienen esa conjugación que yo siempre tengo en mi obra, esa unión entre la oscuridad y la luminosidad, pero llevada de una forma muy linda y a través de climas musicales muy distintos.
¿Pensás que con estos cambios te arriesgaste a desencantar a tu público?
Y, puede pasar. Yo creo que la seguridad que necesitás viene a medida de que la gente te siga y empiece a escuchar tu música, de que una de tus canciones explote. Es muy al azar todo.
Sin embargo, hay varias de tus canciones que tienen muchas plays en Spotify, por ejemplo. Hay gente escuchándote alrededor del mundo…
El otro día me pasó algo con eso: me escribieron unos amigos que estaban en Egipto, que habían entrado a un local de H&M y que estaba sonando una canción del disco, “Los misterios del amor“. No lo podía creer. La vida está llena de maravillas.
A veces la música puede circular de maneras que no esperás. ¿Qué pensás que tenés que tener para llegar a eso?
Yo creo que te la tenés que jugar a veces. Eso, y encontrar gente que te acompañe en ese camino.
Apostar por el proyecto…
Sí, eso. Yo trabajo con gente que son como joyas en el mar, personas muy puras que siempre creyeron en mí. Y yo eso lo re valoro. Porque hay mucha gente que va de mano en mano, siendo bastardeada solo por un par de escuchas en Spotify. Y es re triste, porque después encima caés en un loop, terminás haciendo canciones solo para eso. Es como meterte en un estudio y que te hagan un tema que ya está creado y vos tenés que solamente cantarlo. No digo que esté mal, hay artistas que hacen eso, solo que yo no lo podría hacer.
Quizás es lo que un público masivo busca, ¿no? Que todo suene bastante parecido…
Creo que sí. Justo ayer estaba hablando con alguien de cómo la música está normalizada. Hoy en día en Buenos Aires todo tiende a sonar igual, ¿no? Vos tenés que tener un sonido casi estándar para que tu música funcione, para que lo puedas poner de fondo en una reunión con amigos, para que sirva en los shows, en los festivales y en Spotify. Y eso es muy triste porque para mí la mejor música es la música que vos podés poner en un lugar y que de repente alguien diga: “Che, ¿qué es esto?”. O que sea música que puedas poner en una cena, en una fiesta o en un entierro. Que sea una música distinta. Hay algo con estas bandas indies que de repente suenan en todas las listas de Spotify, siento que solo es porque son bandas normalizadas. Es como que nada se destaca pero todo funciona.
¿Y cómo pensás que la música puede despertarnos en vez de normalizarnos?
Para mí, hay peligros con los que tengo que estar siempre atenta, porque si no me voy yo también. Es la ansiedad, las escuchas en Spotify. A las plataformas ni entro. Yo hago las cosas de una forma distinta, pienso las cosas de una forma diferente. En la música, me pasa en cómo escribo las letras, en mi forma de actuar en el escenario. Yo no pongo a un grupo de bailarinas o a dos coristas, no hago movimientos sexys, impostados. Yo hago algo que va por otro lado.
Estuviste en Lima, en Santiago de Chile, en Barcelona, Madrid, Londres, París, ¿cómo estuvieron los shows?
Uy, hubo de todo en la gira. Cuestiones técnicas, en Barcelona me robaron la billetera. También paseamos un montón, yo no conocía Madrid y me encantó. Y todos los shows estuvieron increíbles. Fue muy intensa la recorrida.
Y ahora ya de nuevo en Buenos Aires, ¿cómo te preparás para el show?
Estoy contenta. Allá tocamos Mundo virtual y fue algo increíble. Así que para esta vez no me enrosqué mucho. Estoy concentrando mis energías en invitar a que la gente pueda ver ese show y que no se lo pierda, porque estamos pensando en hacer cosas muy lindas.
Fransia se presenta el jueves 1 de agosto a las 20 h en Niceto Club (Niceto Vega 5510, CABA), entradas disponibles a través de Passline. Con tu suscripción a la Comunidad Indie Hoy tenés 20% de descuento. Escuchá Vida real en plataformas de streaming (Spotify, Tidal, Apple Music).