Cuando le pedí a Santino Martin, en adelante Gladyson Panther, que elija un lugar “significativo a nivel personal” para que hagamos esta entrevista, él me propuso el lago del Parque Independencia de Rosario. “Ahí me dejó una vez una chica”, dijo. Esa tarde, sentados al lado del lago, me lo explicó mejor. Le gustaba la idea de concretar una victoria (que lo estén entrevistando para Indie Hoy) en un lugar donde antes había sufrido una derrota.
Con dieciséis años recién cumplidos, Gladyson es la voz de los jóvenes que nacieron creyendo que YouTube había existido siempre, y que valoran más (o tienen más a mano) la osada rima de un trap antes que la profunda metáfora de un poema. Grabando siempre en su propia casa, fue lo-fi antes de saber lo que eso significaba y entonó su canto sincero a la confusión y las miserias pasajeras de la edad, a las noches que patea entre curioso y resignado, y a las otras chicas que lo dejaron en otros lugares de la ciudad.
¿Cómo nace tu historia con la música? ¿Venís de una casa donde se escucha música?
En mi familia siempre hubo música; mi papá es súper rollinga, mi mamá también pero más hippie. A los dos o tres años yo ya jugaba a hacer mis canciones, sin tocar nada: gritaba, hacía ruido, le cantaba a mi abuela. Más tarde intenté ir a clases de música pero no me gustaba, había que leer notitas y esas cosas y dije “uh, esto ni en pedo”. A los ocho creo, por ahí, empecé a tocar el piano y me aprendía temas de Intoxicados, Nirvana. Hasta que en una clase hicimos un dúo con piano y guitarra con el profesor, y él me enseñó a tocar la viola y fue un antes y un después. Pero ahí justo me fracturé andando en patineta y estuve un año sin salir, sin hacer nada. Hice séptimo grado desde mi casa. Yo había pedido una guitarra para mi cumpleaños, así que estuve todo ese año sacando temas, mirando acordes en internet.
¿Y en qué momento empezaste a hacer tu propia música?
Cantar y tocar me daba mucha vergüenza, pero en un momento me dejó una especie de novia que yo tenía y medio que me chupó un huevo, pero a la vez yo sabía que en algún momento me iba a pegar. Y no quería que me pegue. Quería que me chupe un huevo toda la vida. Así que a los dos días me armé una banda, Cabeza de Tortuga, y ahí empezamos a tocar y a componer canciones. En paralelo también empecé a grabar solo en casa; yo ni sabía que existía grabar en tu casa, o a qué se le decía “lo-fi”, ni nada. Empecé a grabar así porque me pintó y a subirlo con el nombre Gladyson Panther, porque con mi nombre me daba vergüenza.
De paso, ¿de donde salió ese nombre?
No sé, leí “Gladyson” en alguna parte y me copó.
¿Cambió algo en estos años? ¿O seguís siendo vos solo grabando cosas en tu casa?
Sigue siendo eso. Entre LP y EP ya subí como diez discos; hay algunos que son una verga y hay otros que son mejores, pero siempre sonando mal. Los grabo con un micrófono que me salió $130.
Pero era un “sonando mal” sin querer, vos no sabías de la cultura del lo-fi. Ahora que sabés, ¿es así apropósito?
Hay veces que me gusta que se escuche mal apropósito, y otras que trato de sonar lo mejor posible con la calidad que puedo, digamos. Ahora grabé los temas que no entraron en Rocanrol, y va a sonar re lo-fi, traté de imitar el sonido de bandas que suenan así.
Componés un montón entonces, ¿te resulta fácil?
Sí, no, más o menos. Yo estuve mucho tiempo sin hacer una mierda porque me daba vergüenza, así que hay un montón de temas que los tengo hace mil. Pero sí, una vez por semana sale alguno. Y ahí veo: si es muy bueno va para la banda y si no, va para Gladyson Panther. Si es como aburrido, o se me hace aburrido a mí, lo toco solo.
¿Planeás seguir así, con tu proyecto solista y la banda? ¿Alguna de las dos es tu eje principal?
No, para mí lo más importante es la banda. Con ellos ensayamos, tocamos, es otra cosa. Ahí está todo lo que yo considero bueno. Mis discos están buenos, pero cuando saquemos uno con la banda va a ser una bomba. Muchos estilos distintos, una cosa re rara, tienen que ir a verlo en vivo.
Me contaste de cuando “querías que te chupe un huevo” que te haya dejado esa chica. Y ahora, ¿qué cosas te hacen escribir? ¿Sobre qué cantás?
Soy muy colgado pero al mismo tiempo tengo un costado observador. Básicamente escribo sobre lo que me pinta. Si un día me despierto bajón por una mina o esas cosas que les pasan a todo el mundo, escribo sobre eso. Si estoy enojado escribo sobre lo que me enoja y fue. Las sensaciones que tengo, que desarrollo.
Sos un pibe muy joven y en tus canciones haces referencia a las drogas. ¿Cómo es tu relación con eso?
Yo uso mucho las drogas como una metáfora. La droga como una desintonía entre las personas; los que están re de cara y los que no. Tengo un tema que se llama “Sistema Nervioso Central”, que el estribillo dice “dame droga, dame droga”, pero ahí tampoco hablo literalmente de las drogas, sino de cualquier cosa que te vuelva medio loco. Puede ser ir a McDonald’s.
Tanto Simón Poxyran como Luca Bocci hablan muy bien de vos, y tocaste con ellos cuando vinieron a Rosario. ¿Cómo se formó esa relación?
Yo escuché el disco de Perras on the beach cuando tenía, no sé, 300 visitas en YouTube, y me re cebó. Lo agregué a Simón a Facebook y cuando saqué el primer single de mi disco ellos lo empezaron a compartir; Luca y Simón me mandaban audios cantando el tema y cosas así. Mucha gente cree que son mi principal influencia pero yo ya había grabado y subido cosas antes de conocerlos.
Creo que la comparación entre lo que hace Simón y lo tuyo puede venir de que ambos tocan una música super sincera, auténtica, sin filtro. ¿Qué piensan tus compañeros, la gente de tu edad? ¿Y los más grandes?
Los de mi edad flashean con Rocanrol: “Oh, qué buen disco, obra de arte”. No sé, cualquiera.
¿Por qué es cualquiera? ¿Te cuesta creer eso?
Para mí es un disco re boludo verdaderamente; traté de hacer las canciones más simples, más boludas. Fijate que en todas las canciones es como que escribí algo y repetí eso dos o tres veces. Por ahí por eso a la gente le gusta más, porque no es rebuscado.
Y si te parece boludo, ¿por qué lo hiciste así?
Porque me copó así, quería hacerlo rocanrolero, rolinga, tranqui. Igual no es un sonido rocanrol; rocanrol es la postura tipo “me chupa un huevo”. Como que me chupa un huevo hacer un trap, o hacer un tema aburrido. Hay un tema que es medio un robo a Él Mató, pero lo puse igual, porque me chupa un huevo.
¿Qué piensan tus viejos? ¿Te van a ver?
Sí, me van a ver. En realidad va toda la familia, abuelos, tíos. Tengo mucho apoyo en esa parte, digamos. Les gusta, les re cabe, están contentos. Por suerte nunca nadie me rompió las bolas con lo que escribo. Pero también saben que lo digo desde cierta inocencia, tiernamente.
¿Entonces no todo lo que decís es tan así, digamos?
No, Gladyson Panther es medio un personaje. Me gusta esa postura del rockstar, de subirse al escenario y ser alguien distinto, gritar, etc. Bueno, ahora también gritaría.
Es un personaje medio basado en vos mismo.
Exactamente.
¿Qué música estás escuchando hoy en día? ¿Con qué estás enganchado?
Rock rolinga de los ‘00, bien barrial… Jóvenes Pordioseros… o Los Tipitos, Estelares. También me gusta mucho el trap, me divierte. Me dejo llevar, si algo me gusta, me gusta y no me limito. Como Tan Biónica, soy muy fanático, tengo todos los discos.
¿De verdad?
Los fui a ver tres veces. Me voy a comprar el vinilo de Destinología.
Para terminar, ¿en qué creés que sos distinto y en qué creés que sos parecido a los chicos de tu edad?
Creo que soy parecido por el hecho de que estoy todo el día con el celular, ponele. Y creo que soy distinto porque soy como Kurt Cobain. No, mentira. Soy distinto porque hago cosas que con quince años muchos no hacen, como sacar once discos. Son once discos de mierda, pero tengo quince años. Y son once discos.