Desde su casa natal en Campana, el músico Jonatan Aguilar atiende el teléfono y transmite paz en cada frase. Habla despacio y en un tono suave, piensa cada oración antes de enunciarla y se preocupa porque quede claro cuál es su próximo paso, quizás el más importante de su carrera. Jona de los espíritus, su proyecto solista (no, nunca tuvo nada que ver con Los Espíritus), ahora cambiará de nombre y sonido, y está ansioso por contarlo todo.
Jona tiene 26 años y hace un tiempo estudia la carrera de musicoterapia en Capital Federal “para alegrar a los pares”, confiesa. Antes de mudarse a la gran ciudad tuvo varios proyectos musicales en Campana que le dejaron grandes amigos, algunos de los cuales lo siguen acompañando en su camino. “Quería cambiar mi estilo de vida, tener otras cosas, pensar mi vida de otra forma. Y ahí salió la oportunidad de irme a Buenos Aires”, explica.
Cuando llegó, Jona se ocupó de cultivar su formato solista y tocar en todos los lugares posibles. “Empecé a conocer mucha gente que me dio una mano, como Diego Billordo. Me llevó de gira con él, me ayudó a entender de otra forma esto de vivir de la música, o de intentar hacerlo. De ponerle un esfuerzo más grande. Esto es lo que amo, lo que quiero hacer, lo que quiero que me represente. Quiero ser un artista”, asegura.
El cambio de ciudad lo ayudó a reafirmar aún más sus raíces, y casi sin quererlo se convirtió en un abanderado de la escena de Campana. “Quiero contar que soy de Campana, quiero decir que está re buena mi ciudad, que quiero a mucha gente y que pasan muchas cosas interesantes”. Ahora, luego de dos discos y un par de singles bajo el nombre de Jona de los espíritus, llegó el momento de una nueva mutación.
¿Cómo hay que llamarte a partir de ahora?
A partir de ahora sería Jona y Los Amores Verdaderos. Los Amores Verdaderos es la banda que va a llenar todo de energía y de arreglos, que le va a dar otros sentimientos a las canciones que venía haciendo. Tenía la necesidad de cambiar de nombre por parecidos y situaciones que generaban confusión, y apareció una nueva oportunidad. Organicé el proyecto de otra forma y ahora ya lo pienso desde un lugar más de banda. Jona y Los Amores Verdaderos va a tocar las canciones de Jona de los espíritus y también va a tener canciones nuevas.
¿Tuviste algún problema con Los Espíritus por el nombre de tu proyecto?
No, nunca tuve ningún problema, la decisión de cambiar de nombre es personal. Siempre me preguntaban: “¿Tenés algo que ver con Los Espíritus?”. Era lógico, se prestaba a confusión.
Entonces vas a aprovechar el cambio de nombre para cambiar de sonido.
Claro, se va a volver más eléctrico. Si bien ya tenía canciones grabadas que sonaban como en formato banda, ahora todas las canciones van a tener una nueva traducción.
Este año sacaste el simple “El Collage de las Mentiras” cuyo lado B, “Tus marcas“, tiene un sonido más de banda. ¿Vas a ir por ese lado?
Sí, esa es la idea. Necesitaba hacer canciones en formato eléctrico, ya pasó mi etapa pop folk confesional. Tenía ganas de investigar nuevos rumbos sonoros y la verdad que seguir con el formato acústico ya no tenía sentido. Por eso intenté buscar gente agradable, gente que quiero y que me conmueve para tocar estas canciones.
¿Quiénes son esas personas?
En bajo y en coros está Franco Rimoldi, un chico de Campana con el que compartimos muchas bandas, es un genio. En guitarra y sintetizadores está Franco Iglina, también de Campana, que tiene una banda llamada Mosaicos, muy linda y nueva, que forma parte de nuestro sello Árbol Gordo. Y en batería está Lucy Elektra, así le gusta que la llamen, una chica de Capital Federal que la rompe.
De alguna manera te convertiste en un abanderado de Campana, representando y difundiendo la escena de tu ciudad. ¿A qué suena Campana?
Campana es una ciudad muy particular, de raíces hardcore. Acá nació Fun People y su espíritu se mantiene. A esa bandera la levantaron grandes bandas como Los Caídos… hay una escena punk muy linda, muy entrelazada con Zárate también. Aparte ahora hay una nueva movida de cantautores que respeto mucho, tengo grandes amigos acá, gente que hace muchas cosas por la cultura de la ciudad. En mi caso estoy viviendo en Capital Federal, viajando mucho a ver a la familia, y siempre que vengo me junto con las personas que quiero para mostrar lo que hacemos. Tenemos Árbol Gordo Records, la forma que encontramos para visibilizar a los artistas alternativos y emergentes de Campana. Es un sello que edita en formato casete.
¿Por qué apuestan a ese formato?
Yo también vengo del hardcore, como muchos chicos de esta ciudad. Cuando a uno le empieza a interesar el mundo más alternativo, más “hazlo tu mismo” del rock, termina en festivales hardcore, rodeado de fanzines y esas cosas. El casete, si bien puede sonar a un fetiche, me parece que tiene que ver con la idea de darle una forma de obsequio físico a la música. La música está en el aire, en las redes, en todos lados. El material físico para escucharla me parece que ya es una gran mentira… por eso creo que el casete es como un souvenir. Un regalo que representa el objeto que contiene las canciones. Además hay mucha gente a la que le gusta escuchar en casete, que tiene su walkman, que le gusta ese sonido. De cualquier manera, en mi casete y en otros del sello viene un código QR para descargar el disco. Hoy en día hay muchos formatos para escuchar música, ya no pasa por ahí.
¿Qué música escuchaste este año?
La verdad que escucho muchas cosas. Hay artistas locales que me gustan mucho como Ignacio del Pórtico. Me gustan también ese tipo de bandas que mezclan el dreampop con el shoegaze. Me encanta Jesus and Mary Chain, Yo La Tengo, Sonic Youth… en Spotify conocí a Hibou, una banda que me encantó, y ese es un punto positivo de las redes. Se generan microescenas, vas linkeando bandas, artistas y llegás a lugares que no conocías. Me inspiran muchas ramas del arte, me gusta el cine también. Hoy estaba recordando la película La vida de alguien, de Ezequiel Acuña, y toda esa melancolía que tiene me gustaría que esté presente en mis canciones.