Haciendo un poco de honor a su nombre, Las Bodas Químicas intervineron elementos y sustancias para ver hasta dónde soportaba la alquimia antes de provocar una reacción adversa. El resultado final fue una dosis vacilante capaz de acelerar pulsaciones y alterar deseos con goce incluido; una estructura genética que se autodestruye y se recompone en cada canción, para no darle lugar a una fórmula inflexible que pueda limitar las aspiraciones del grupo.
En Razones poderosas, su quinto disco, la paleta de sonidos de la banda porteña logra extenderse ante la búsqueda de colores nuevos y propuestas que anteriormente se habían presentado como pequeños guiños sin consumación.
“Teníamos ganas de expandirnos -reflexiona José Lavallén, cantante y guitarrista de la agrupación, en conversación con Indie Hoy-. Después del álbum anterior, sentíamos que este trabajo iba a tener un poco más de psicodelia a nivel sintetizadores, teclados y más capas de sonidos”.
¿Surgió como una necesidad específica para este disco o fue una evolución gradual de la banda?
Es un poco de las dos cosas, pero te lo va guiando el momento y estas canciones lo pedían. Uno también es como un soñador empedernido y muchas veces charlamos la idea de hacer una versión con cuerdas, caños y coros. Pero en Razones poderosas se dio naturalmente, en un momento nos encontramos haciéndolo y nos dimos cuenta de que ese era el camino.
Da la sensación de que las guitarras aportan lo necesario a la canción evitando la sobrecarga…
Creo que eso sale de la interacción de nosotros cuatro y las ganas de encontrar el equilibrio justo. Después está potenciado seguramente por Ale Vazquez, nuestro productor, que nos ayuda con eso, con elegir el lugar y la fuerza indicada para cada instrumento. Es algo de la comunión de la banda con el productor, es una conjunción. Nosotros confiamos plenamente en su juicio.
Razones poderosas un álbum muy ecléctico. ¿Tenían la idea general antes de entrar al estudio o fueron trabajando las canciones por separado?
Creo que la cosa empieza canción por canción y en algún momento se arma esa película. Después terminás de hacer un reparto de ideas sobre lo que se puede adaptar en cada una; algo que capaz no estaba en los planes, un arreglo especial puede surgir por la familiaridad con otro tema, para luego adquirir un sentido de pertenencia. Capaz al principio no pasa, pero enseguida se va armando.
“Un día cualquiera” no solo abre el disco, sino que se exhibe como un muestrario de la alternancia venidera: climas cambiantes abigarrados por guitarras acústicas que escapan cuando lo eléctrico se impone enérgicamente. El bajo de Andrés Tersoni mezcla la opresión y la aceleración en “Fundamentalista“, antes de que el funky “Salvavidas” reluzca por su trabajo vocal.
Pero los detalles que sobresalen en el disco, y lo llevan a un lugar hasta ahora no alcanzado por Las Boda Químicas, se encuentran en “Razones poderosas“, con su audaz arreglo de cuerdas, y en “A partir de vos“, un soul latino con sección de bronces incluida.
¿Cómo piensan trasladar los arreglos de vientos y cuerdas al escenario?
La diferencia entre el disco y el vivo es algo que nosotros tratamos de poner a favor. Es interesante cuando ves al grupo resolviendo la versión original, con apenas cuatro personas en vez de toda la formación extendida que grabó. Es un trabajo mancomunado entre Roco Collado y Nicolás Daniluk, donde se reparten cuestiones percusivas y hacen un trabajo maravilloso con las teclas y los samples. En algunos casos se hace una síntesis de lo mejor de los teclados grabados y trabajamos con algunos disparos en tiempo real. No nos gusta mucho el tema de las pistas, nos sentimos medio encorsetados con eso. Pero a la vez, la banda oscila entre la simpleza y la tracción a sangre. Lo mismo se percibe en el trabajo vocal. Con nuestros coros y nuestras voces tratamos de que el oyente no extrañe demasiado algo que estaba en el álbum. Esto no quita las ganas de que en algún momento nos gustaría hacer algo arriba del escenario incluyendo a los músicos que participaron en el álbum.
En los últimos años trabajaron con varios músicos invitados, pero en Razones poderosas decidieron ir solos como banda.
Sentimos que no era necesario. Con Sergio Dawi habíamos hecho muchas cosas juntos, lo queremos mucho y siempre está cerca del círculo del grupo, pero nunca había participado en una grabación oficial hasta Ley de gravedad (2020), fue como saldar una deuda pendiente. Con Richard Coleman también se dio todo de manera natural. Sin embargo, siempre fuimos un poco de la escuela de estar solos a la hora de registrar un álbum. Por supuesto, siempre está la admiración a otros artistas, el juego de soñar a otros músicos interpretando alguna de nuestras canciones.
¿Cómo lidian con la exigencia de la inmediatez en la música, donde pareciera obligatorio que la voz esté en los primeros segundos de la canción?
Son decisiones individuales, pero tratamos de no caer en esas trampas o dilemas. Es cuestión de tratar de hacer lo mejor entre la banda y la producción. Dejarse guiar por el sueño más que por otra cosa. Por supuesto, te pueden influir un montón de ideas sobre lo que se debe o no, pero tratamos de no caer en eso.
Según José Lavallén, el álbum se convierte en “una foto de la canción que perdura y es recordada para siempre, pero también tiene una nueva vida que continúa en el vivo con el paso del tiempo”.
El primer corte del disco, “Duende“, fue grabado y filmado en Estudios Romaphonic. Su propuesta visual, un prisma en constante movimiento con imágenes de la banda registrando el tema, puede aceptarse como la síntesis de lo que es Razones poderosas: una pócima que fue incorporando progresos, riesgos y pretensiones, para demostrar que el paso del tiempo, les sentó bastante bien.
Escuchá Razones poderosas de Las Bodas Químicas en plataformas (Spotify, Tidal, Apple Music).