“Ni una canción” aparece para anunciar el regreso de Las ligas menores. Así como “Renault Fuego” anticipó la salida de su primera obra homónima (sin contar El disco suplente, primeras canciones con una estética más cercana a la maqueta y que formarían parte del larga duración), estos temas se presentan con una fuerza distinta, junto con una sorpresa extra: “Fotos”, cover en castellano de la banda Galaxie 500.
Si bien tanto “Mis amigos” como la canción que da nombre a esta novedad formaban parte del repertorio de la banda hace un tiempo (hay algunos videos disponibles en YouTube), estas versiones permiten entrever algo del nuevo disco de la banda, que según ella misma, será grabado en abril. Este simple fue registrado en el estudio Romaphonic con producción de Tom Quintans (ex Go-Neko!, actual Bestia Bebé), en octubre del año pasado.
En su anterior trabajo, Anabella, María, Nina, Micaela y Pablo habían tenido la oportunidad de grabar bajo la asistencia de José “Peta” D’Agostino (también ex Go-Neko! y actual La suma de todos los tiempos) en la grabación, y en su propio estudio Moloko-Vellocet; este nuevo trabajo será el primero que grabarán en un estudio más grande, y con las canciones desde cero.
“Ni una canción” y “Mis amigos”, compuestas por Anabella, tienen el sello distintivo de la banda; sin embargo, reconocen que este simple se ajusta a una búsqueda mayor, en la cual la composición de algunas canciones todavía no está cerrada del todo. “Nos gustaría llegar más preparados. Un poco en el disco anterior nos pasó que, porque era la primera vez que grababamos en nuestras vidas, hay muchos arreglos que iban surgiendo sobre la marcha”. En esta ocasión, la experiencia propia fue guiándoles a cambiar el concepto de producción y a incorporar más gente a la dinámica de trabajo que exigen las canciones. “No podemos ir ahí sin saber qué hacer; grabar en Moloko implicaba grabar en un espacio de amigos nuestros, con otra flexibilidad. Nos dabamos el lujo de probar ahí cosas” comenta María, bajista y una de las voces del grupo.
Las letras, directas, de pocas metáforas, se sostienen en lo concreto: no se apela a imaginarios distantes ni pretenciosos, sino a una cotidianeidad sentimental muy clara. La responsabilidad en la interpretación de las letras descansa mayormente en Anabella, que compuso las dos canciones que pertenecen a la banda en este simple. Sin embargo, tanto en sus anteriores discos así como en el nuevo que están aún pre-produciendo, no está sola: con María y con Pablo, comparte el rol de compositora. “Cuando nos juntamos cada uno lleva los acordes, la letra y después en la sala de ensayo hacemos como una primer tirada de lo que puede salir y luego la vamos puliendo ahí mismo. Hay una búsqueda similar pero la diferencia es que es otra etapa, otro momento de nuestras vidas”, señalan.
La fuerte ansiedad es el motivo que reconocen para la salida de este pequeño disco corto, que se puede escuchar tanto en su Bandcamp como en YouTube. “Hace mucho tiempo que venimos ensayando y probando, y nuestra realidad hoy es que tenemos mucho menos tiempo que antes. Eso genera como una cosa de sentir que en algun momento tenés que cerrar algo para poder pasar a otra cosa y a esas canciones ya les tenemos mucho cariño y en algún momento las queríamos mostrar” reconoce María, quien también destaca los beneficios de formar parte de un sello de espíritu cooperativo e independencia estética como Laptra.
“Vos planteás cuál es la situación y la mano está. Hay un montón de bandas que sacaron discos el año pasado en el sello. Eso es genial, hay bandas nuevas, hay un crecimiento que se siente”. Srta. Trueno Negro, por ejemplo, es una de las propuestas que destacan del 2016, entre las nuevas incorporaciones de Laptra.
Si bien la banda tiene un sonido que a primera escucha se emparenta con el propio del sello al que pertenecen, sus intereses musicales siempre se mantienen en movimiento. Aun hoy, despues de haber recorrido una trayectoria respetable y sobre todo intensa, siguen tocando con muchas bandas por primera vez y conociendo nuevas amistades. Habiendo compartido escenario con artistas de un espectro que va desde Mujercitas Terror a Diosque, observan una riqueza en la escena: “Estuvimos, por ejemplo tocando con Tani, que nos gusta y nos parece algo divertido. También pasa que nuestro gusto es muy amplio en lo que escuchamos, sea local o internacional; por suerte nadie se cierra”.
Si bien ya habían salido del país a tocar (hace algunos años, en el Lima Pop Fest), la banda recientemente visitó Chile para tocar en Santiago y Concepción, donde reconocen que se genera otra energía que les hace dar cuenta de que el proyecto es algo más grande de lo que piensan. “Cuando fuimos a Chile nos maravilló que la reacción de la gente fuera así. Cuando tocamos en Santiago fue como una locura total, el público se sabía las canciones; había un nivel de euforia que nosotros no lo vivimos acá de la misma forma”??. Si bien decidieron tocar menos en vivo debido al trabajo de pre-producción de su nuevo material, habrá algunas oportunidades pronto para escuchar sus canciones en vivo: los próximos shows en los que la banda presentará su nuevo simple serán el 27 de enero en la Fiesta Invasión de Niceto, y el 17 de febrero en Pura Vida (La Plata)
“Nos da todavía un poco de miedo tocar en Niceto, no es que es un lugar más en el que ya tocamos, siempre nos preocupa que no venga la cantidad de gente que esperamos. Como es en una fiesta, también esta bueno que el ambiente es otro, que la gente va a poder entrar gratis o que mucha gente que no va a ver especialmente a la banda tenga la oportunidad de escucharnos; es otra situación. También tocar en Pura Vida tiene una sensación especial porque es un lugar en el que tocábamos cuando empezamos, hace mucho que no tocamos ahí”.
Dos escenarios distintivos, con diferentes improntas, serán buenas oportunidades para observar las consecuencias de ese crecimiento y esa experiencia en vivo. “Es muy loco el hecho de pensar que tocamos en Niceto, y esa sensación de que ya tocamos muchas veces también es especial. Hay una cuota de inconsciencia que menos mal que existe”, admiten. Quizás esa cuota de incosciencia; esa cualidad de poner la música por sobre el virtuosismo y la humildad por sobre la (ya significativa) experiencia, sea la misma que les permite subir tanto a un escenario grande como a uno mucho más íntimo y amigable sin escalas, y como si fuera la primera vez. Con la misma frescura.