Actitud. Eso es lo que define a la banda autodenominada Los Rusos Hijos de Puta, conformada por Flor Mazzone (batería), Julián Desbats (guitarra y voces), Luludot Viento (voz, teclados, guitarra) y Santi Mazzanti (bajo). Punk juguetón argento. Rabia convertida en amor lúdico. Luludot -La Rusa, para todos y todas– se enciende en escena, se arroja al público, comparte el micrófono con los que están ahí abajo y luego suben, exultantes, al escenario. Ella los deja (ha)ser.
Los Rusos parieron un EP, Hola, en 2013 y un larga duración en 2015: La rabia que sentimos es el amor que nos quitan.
Julián y la Rusa –una suerte de dúo fantástico, pareja desde siempre y maquinaria creativa de los RHDP– me reciben en su casa, a cuadras de Plaza Almagro. La Rusa parece recién amanecida pero no: hace horas que está frente a la computadora, editando ciertas cosas ajenas a la banda: es su trabajo. Julián está por ir a ensayar en pos de su nuevo proyecto solista: Tarado. Moris es uno de sus más recientes admiradores.
Los rusos son oriundos de Zárate. ¿Cuál es la génesis de este grupo que, según indica Julián, comenzó siendo una banda para amenizar reuniones de amigos? La que responde es Luludot: Julián un día me regaló una guitarra y yo empecé a hacer canciones. Él me impulsó a armar mejor las canciones, a sumar instrumentos y es así que nos fuimos los dos al espacio cultural Ladran Sancho – ubicado en pleno barrio de Almagro – a ensayar. Un día apareció Flor – la baterista de la banda, que suele tocar portando una remera con la frase: “chupame la pija” – de la nada diciendo: “eu, ¿qué hacen ustedes acá?”, y nosotros: “acá estamos, tocando, ¿querés tocar la bacteria?” Y ella: “yo no sé tocar la bacteria”, y nosotros: “bueno, hacé bombos en negras nomás”, y ella: “bueno, dale”. Y ahí arrancó todo. Los Rusos me cuentan que hay ciertos bateristas profesionales que no logran desentrañar los ritmos de Flor, ba(c)terista de los Rusos Hijos de Puta. Prosiguen: “Cuando ya teníamos cinco o seis canciones y quisimos salir a tocar, nos faltaba bajista entonces llamamos a Santi Mazzanti, que nos dijo que podía hacernos la gamba para uno o dos shows porque no tenía ganas de tocar. Ensayamos con él tres veces y salimos al ruedo y hace ya tres años que estamos tocando juntos. Amándonos cada día más. Somos hermosos”.
Tomamos cerveza. Grabo la charla y luego no queda registrada, pienso: son unos hijos de puta. Soy un analfabeto tecnológico. No, nada de eso. Le escribo a la Rusa y me responde que rehacemos lo que falta de la nota vía mail. Doy gracias a las redes sociales y a la Rusa. Están de gira. Se toma su tiempo para responderme:
¿Cómo fue la producción de las obras que grabaron hasta ahora?
La primera fue nuestro EP Hola, tiene las seis canciones que teníamos en ese momento. Lo grabamos en la Fábrica de Música de la Quinta del Tigre con nuestro amigo Seba Quintanilla. Lo grabamos principalmente para conseguir fechas porque llamándonos Los Rusos Hijos de Puta y sin tener nada para mostrar nadie quería darnos fechas. La segunda producción es nuestro primer LP La rabia que sentimos es el amor que nos quitan. Lo grabamos en ION, con las canciones un poco más maduras a la hora de grabar. Lo grabamos gracias a la colaboración de la gente, que nos ayudó emocional y económicamente a través de un crowdfunding. Y en ambos casos trabajamos con la compañía de la capa de Lucy Patané – guitarrista de Diego Frenkel y una de las integrantes de Las Taradas – en el proceso de grabado y edición.
Los Rusos no tienen una actitud profesional, les comento en ese living de su casa de Almagro en el cual circulan sus amigos y una gata enorme. Reaccionan ante mi comentario. Explico: el profesional como esa idea de músico acartonado, que hace un trabajo, que toca música como si fuese a trabajar a un banco. Acordamos: no son eso. Ensayan varias horas por día. En los shows interactúan con el público, antes y después, también generan eventos. Y no se creen lo de la estrella de rock: se burlan y juegan con eso. Actitud.
Y entonces, la Rusa: “Nosotros somos sinceros con lo que hacemos y decimos. Sólo emitimos lo que nos sale del corazón. Y además estamos bastante enojados con este mundo, cosa que muchos sienten pero pocos dicen (ya que en este mundo horrible nos enseñan a sonreír todo el tiempo, a fingir alegría y a agachar la cabeza dejando los propios sentimientos de lado para respetar la rutina) entonces hay gente que logra sentir el poder de la unión entre los descontentos cuando va a algún show nuestro o nos escucha. Mucha gente nos dice que cuando va a un show nuestro siente liberación. Mucha gente nos escribe diciendo cosas hermosas sobre abrir jaulas, sobre sentirse mejor, sobre tener más coraje, sobre renunciar a un trabajo que no les gusta y los envejece. Nos encanta tocar y nos encanta la comunión con la gente. Y nos gustaría algún día vivir en un mundo mejor. Donde a la gente le resulte más fácil sonreír que pegar el tarascón. Hay que hacer más amigos y menos dinero”.
Cuando la cerveza está llegando a su fin La Rusa me comenta que estudió actuación en el IUNA. Avanzada en esos estudios, salió eyectada por ciertas actitudes hipócritas de sus compañeros. Esos estudios teatrales, le comento, se perciben en el escenario, lugar en el cual Luludot se transforma, para dicha del público presente. Pero no, hay una causa mayor, que comparte, en cuanto a idea, con Julián que asiente, sentado a su lado: “Todo me sale del corazón. No creo que tenga que ver con haber tomado algunas clases de teatro. Es algo que hay adentro mío, que baila y se retuerce y yo lo único que hago es permitirle a mi cuerpo seguir aquellos pasos, no ponerle trabas morales ni de este mundo. Crecer de alma es el único objetivo, no dar un espectáculo”.
Le pregunto a Julián sobre las influencias musicales del grupo, a él justamente, que fue definido por Moris, esa leyenda, como un filósofo, al escuchar unos versos de uno de sus temas solistas, que dice: “La libertad es un monstruo que hay que abrazar”. Desbats esboza la música que lo formó: Sui Generis, de niño, después los Pistols, el punk, Dylan. “¡Toda la música nos gusta! ¡Nos gusta todo y todo nos inspira y nos influencia! Todo, hasta lo que no nos gusta nos influencia”, cierra la Rusa.
¿Proyectos? “Estamos muy ilusionados y con ganas de encontrarnos con mucha gente y celebrar la vida, el amor, la amistad en nuestra próxima cita que tendrá lugar en Niceto Club el 2 de julio (2016, claro). Además nos gustaría y deseamos poder empezar a grabar nuestro segundo LP”.