Luego de formar parte de una de las mejores duplas compositivas del indie nacional, Mariano Castro decidió tomar un paso al costado de Mi Amigo Invencible. Meses después, sacó (A)cuático con Foco, su nueva agrupación. Hablamos con el cantante sobre la creación de este nuevo proyecto, la grabación del álbum, su alejamiento de Mi Amigo Invencible e, inevitablemente, la cuarentena.
¿Cómo fue el proceso de composición y grabación de (A)cuático?
Empezó reflotando un par de temas que había compuesto hace un tiempo, que no llegaban al filtro de Mi Amigo Invencible. No por la calidad sino porque cuando las componía, las canciones tenían que ser más chiquititas, no estaban planteadas para una banda de 7 integrantes. Después de dejar MAI, me quería tomar un tiempo, descansar un poco. Pero me dieron ganas de tocar una tarde en la que fui a unas galerías, hice un par de cosas y fui a un recital. Entonces le escribí a Matías Bevacqua, que lo conozco de chico, porque yo vivía con el hermano en Almagro, y siempre me sorprendía el progreso que él tenía musicalmente. Además quería trabajar con gente nueva, sentir que iba para otro lado. Entonces lo llamé, le pasé los temas, y un día quedamos en juntarnos a tocar y ahí hicimos otros dos. Después me hizo una devolución de los otros tracks y me pareció increíble la respuesta que tuvo. Ahí nació Foco.
¿Con qué instrumento compusiste los temas?
Los temas están compuestos con mi guitarra de una manera muy escueta. Sin embargo, a veces compongo y pienso en una posible orquestación. Lo que le sumó Mati fue increíble. Con “Tres veranos” sucedió que estaba re loco, me bajé del colectivo y le mandé un audio a Matias diciendo que se me había ocurrido una melodía que sonaba como una cumbia medio tristona, me gustan mucho Los Diablitos y Los Shapis. Siempre quise hacer una canción así y me salió solamente con la voz, en el audio a Mati. También soy de soñar bastante profundo y con algunos temas me pasó que se me aparecen en los sueños. “Que calor” me llegó en un sueño, una banda de italianos la estaban cantando, la anoté y canté la voz. Compongo mucho de la voz.
En este disco hay muchos coros de voces femeninas y mucha guitarra acústica. ¿Por qué buscaste esa sonoridad?
Siempre vuelvo a ciertos discos… estuve escuchando Cocteau Twins y The Sundays, que son cantantes mujeres y las canciones son melancólicas o tienen ese tinte, con las voces femeninas llegan a su clímax. Soy fanático de “Acá es donde las historias terminan” de The Sundays, siempre me gustó ese clima, esa atmósfera. Empecé a querer producir esas texturas con mi voz. Cuando fui a producirla con Flor Otero, empecé con las voces, ella comenzó a jugar ese papel, y fue increíble lo que se fue dando. Un teclado, dos voces…lo cuento ahora y medio que me emociono. Flor viene del palo del jazz, una música un poquito más compleja, y jugar con este tipo de ambientes le pareció interesante. En una mañana le dimos esas canciones y se generó un clima buenísimo. También está Malena Vera, que es la tecladista de Foco, y me entusiasmó trabajar con ella. En la parte compositiva de todos estos temas Mati me mostró un laburo que estaba produciendo con ella y me pareció genial su voz. Me animé a preguntarle si quería participar, por suerte accedió y quedaron esos últimos coritos con ella, que están re presentes. Estoy contento porque soy fanático de ese tipo de melodías, y hay una calma en ese tipo de cosas que son fundamentales para mí.
Hay una sonoridad lo fi que me remite a algo que dijiste en una entrevista: “No nos preocupemos por la mejor toma, busquemos la más natural.” (A)cuático se oye preciso, laburado, pero muy natural.
Tal cual. Me acuerdo que en un momento yo había hecho como algo sonido HD y no sé si me gustó tanto, porque quizás le quita un poco lo natural. Hay cosas producidas muy fuertemente que están buenísimas, pero a mí me toca la fibra que se le note lo casero. A veces es medio frustrante el germen de la canción con lo que termina siendo la producción. A mí me frustra, hay gente que le gusta, a mí me parece que en el camino se pierde un montón de esencia, y básicamente en esta producción fue una búsqueda, de ir, probar y no agregarle mucho. Nos pasó de tener que ir para atrás porque sabíamos que habíamos vestido de más la canción. Me parece que se logró ese aspecto natural que a mí me sienta muy cómodo y es lo que me gusta y relaja.
¿Sentís que con este álbum alcanzaste un sonido con el que te gustaría ser identificado?
Es muy loco porque a la gente que se lo he mostrado, de distintos palos en distintas situaciones me han dicho “es muy vos, es muy Castro” a modo de elogio. Siento que hacer música es convidar sonoramente algo que a mí me gusta, para los demás y tratar de que eso sea de la manera más respetuosa. En esa traducción tengo que meterle mucho de mi entendimiento de cómo son las cosas, entonces me parece que está encaminado. Mi búsqueda personal sigue evolucionando, pero creo que Foco está re encaminado para eso, mostrarme a mí mismo como lo que quiero mostrar.
Muchas de las letras de Mi Amigo Invencible transmiten una sensación de nostalgia muy palpable. ¿Crees que en (A)cuático ese sentimiento sigue vigente?
Puede ser. Sin duda algo de lo que pasó en MAI va a estar reflejado en Foco y (A)cuático porque MAI a nivel lírico fue mi manera de expresarme durante todo este tiempo. Es una duda si en este disco lo que estoy sintiendo es nostalgia, cansancio o es otro tipo de pregunta. Pero son descargas, y a veces las descargas tienen ese tinte. Esta vez quería que la música tuviera un poco más de humor. Creo tener buen sentido del humor y me gusta reírme, me gusta el humor negro y reírme un poco de las desgracias. Creo que no sé si es nostalgia, o un humor en las letras.
¿Si tus temas fuesen libros, qué escritor crees que las escribiría? ¿Y si fuesen películas, qué director las dirigiría?
Soy recurrente porque me gusta Carver en la situación de lo cotidiano y lo real, encontrar en eso una poesía o un relato que está buenísimo. No soy tan de la ciencia ficción, me gustan mucho las entrevistas, me gustan las charlas de ascensor o de colectivo. No me gustan tanto las de café, las polémicas en el bar están llenas de sabiondos que no saben mucho, así que no me interesan. Hasta me gustan las charlas con alguien muy técnico en algo y que te enseñe eso, así que quizás sea un libro de mostrar cómo sería yo mismo, pero no sé si a alguien le sirva demasiado. Con respecto a las películas me gustan las pelis de Tornatore por esa cuestión cotidiana que siempre me han atravesado, así que ese sería el director de mi vida.
¿Si no fueses músico, en qué rama artística te hubieras desarrollado?
Recién contestaba lo de Tornatore y el cine me parece el arte supremo, pero hace poco fui por primera vez a la casa de Quinquela Martín y el hecho de retratar un momento en un solo frame me parecía algo genial y superador. Entonces ahora podría decirte que me encantaría ser pintor, esa cuestión de retratar algo instantáneo y que quede para siempre.
¿Qué te motivó a realizar un álbum como solista ahora? ¿Por qué no hacerlo en paralelo a tu carrera con Mi Amigo Invencible?
El germen fue un camarín con MAI, que después de haber tocado unos temas solo, se me acercó un amigo y me dijo que estaría bueno laburar mis canciones. Y eso me dio la primera idea de que podía hacer algo solo. No en soledad, porque no es mi manera de laburar, pero algo que lo encarara yo de otra forma. Después pasó que dejé de estar en MAI, y me pareció que era el momento adecuado.
¿Qué te llevó a tomar un paso al costado de Mi Amigo Invencible?
El proceso con Dutsiland fue muy intenso y muy rupturista para la banda, paralelamente a todas nuestras situaciones personales, que en mi caso había tenido unos años muy complicados. Pero más allá de eso, hubo una sensación general de que había una etapa que estaba cerrada. Sentimos que había una etapa que estaba cerrada y se cerró.
¿Volcaste en (A)cuático las sensaciones que tuviste luego de dar ese paso al costado?
No todas porque es un proceso y a medida que voy procesando voy sacando a luz canciones o expresiones mías que van marcando mi momento. La respuesta sería que en un porcentaje está volcado este proceso, hay un gran porcentaje y después el resto continuará.
Con respecto a la cuarentena, ¿cómo le pega a un músico independiente este receso? ¿Sirve para ponerse creativo, afecta mucho en lo económico, cuál es la situación en general?
Con lo de la cuarentena es una locura, no sé, estoy como en un cachetazo, que mucho no estamos entendiendo que está pasando. Por suerte tengo el diseño que es lo que me da de comer, pero más allá de eso, y con respecto a lo creativo pasó algo muy loco. (A)cuático lo entregué un día antes de que empiece la cuarentena, así que medio me sirvió para empezar a procesar nuevas historias.
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